Decidir no tener hijos y consecuencias

Decidir no tener hijos y consecuencias

Decidir no tener hijos es cada vez más común en el mundo actual. Esto suele deberse a factores socioeconómicos o al pesimismo. Sólo en algunos casos es el resultado de dificultades para asumir la responsabilidad.

Decidir no tener hijos y consecuencias

Última actualización: 19 de febrero de 2022

Decidir no tener hijos, así como al revés, está bien si esta elección obedece a una razón bien fundada. Un hijo cambia por completo la vida individual y la relación de pareja.



Por eso, es un asunto que solo la persona soltera puede aclarar y es mejor hacerlo con cuidado y sin presiones de ningún tipo.

Hay que tener en cuenta que la decisión de no tener hijos es reversible, mientras que la decisión de tenerlos no lo es. Un niño no puede ser borrado de la realidad, aunque los padres decidan distanciarse o darle la espalda. A la luz de esto, es difícil estar seguro de que desea dar a luz a un niño.

Un niño transmite sentimientos que ningún otro vínculo suscita. También implica compromisos inalienables que duran para siempre, a menos que quieras ser un buen padre.

No todos se sienten preparados para un vínculo tan profundo con otro ser humano, en estos casos decidir no tener hijos es la elección correcta.

“No todos los seres vivos con matriz deben tener hijos, así como no todos los seres humanos con cuerdas vocales deben ser cantantes de ópera”.

-Gloria Steinem-

Decidir no tener hijos y prejuicios

Es importante señalar que hasta hace poco tiempo quienes tomaban la decisión de no tener hijos eran mal vistos por la sociedad. En el caso de los hombres, de una forma u otra se asociaba a una determinada discapacidad. En el caso de las mujeres, Durante mucho tiempo se ha entendido como un signo de egoísmo o frialdad extrema..



Si bien sigue aumentando el número de parejas que tienen hijos, también crece el número de las que deciden no tenerlos. Hoy, de hecho, somos más libres para tomar decisiones de este tipo. La procreación ya no se considera una obligación en la vida de toda persona "normal".

Insistimos en que las motivaciones que hay detrás hacen que esta decisión sea correcta o incorrecta. A pesar de ello, también es probable que la decisión de no tener hijos vaya en aumento como mecanismo de adaptación a un mundo con condiciones hostiles.

La superpoblación nos lleva, de un modo u otro, a inclinarnos hacia opciones que mejor garantizan nuestra supervivencia como especie.

Dificultades económicas

Una de las razones por las que las personas deciden no tener hijos es la situación económica. Se ha encontrado que la tendencia a no tener hijos es más frecuente entre los hombres de las clases más desfavorecidas y las mujeres de las clases media y alta que tienen éxito profesional.

En ambos casos, la condición económica de uno es el factor determinante. En un caso, porque las circunstancias no permiten respetar los compromisos que se derivan de tener un hijo en aspectos básicos como la alimentación o la educación. En el otro caso, porque la profesión absorbe a la mujer y es gratificante hasta el punto de no dejar espacio para nada más.

Sorprende, sin embargo, que las mujeres de bajos ingresos no se resistan a no tener hijos al igual que los hombres de las clases adineradas. Probablemente, para ellos un hijo sustituya la satisfacción que no encuentran en el trabajo.


Y tal vez no experimenten la maternidad como un gran cambio., ya que no pretenden su participación en tan exigente embarazo y educación.


Decidir no tener hijos porque ves el futuro con pesimismo

La decisión de no tener hijos también es propia de quienes ven el futuro con pesimismo. No es necesariamente una respuesta neurótica a las vicisitudes de la realidad, pero muchas veces se debe a una evaluación objetiva de muchos factores que pesan sobre la humanidad de hoy. Son tantas las amenazas latentes en el mundo actual que es difícil mirar al futuro con esperanza.


Uno de los indicadores de que la sociedad ve el futuro de manera positiva es el aumento de nacimientos. Ocurrió después de la reconstrucción de muchos países tras la Segunda Guerra Mundial: el famoso baby boom. Eran tiempos en los que un nuevo amanecer se asomaba en el horizonte, invitándonos a apostar por el mañana.

Hoy, está sucediendo casi lo contrario.. Las noticias nos hablan de crisis, de deterioro, de decadencia. Nos movemos a diario sobre un mar de incertidumbres y cambios negativos que nos toman por sorpresa. Es el terreno ideal para un pesimismo razonable, basado en datos objetivos.


Conclusiones

Cuando se decide no tener hijos, lo importante es que esta elección vaya acompañada de una profunda y sana reflexión.. Lo mismo ocurre con quienes deciden formar una familia.

Los niños deben ser fruto del deseo y nacen primero en la cabeza y el corazón para luego ser símbolo del amor a la vida.

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