Última actualización: 31 agosto 2015
Si tu problema no tiene remedio, ¿por qué te quejas?
Si es asÃ, ¿por qué te quejas?
proverbio oriental
¿Cuánto te quejas durante el dÃa? Trate de pensar en ello por un momento ...
Cada uno de nosotros lleva dentro de sà una serie de quejas, esperando sacarlas. Nos quejamos del trabajo, de nuestra pareja, de los amigos, de cómo nos trataron en el último restaurante al que fuimos a cenar, etc. La lista podrÃa ser interminable.
En nuestra sociedad, quejarse se está convirtiendo en un hábito.. Sin embargo, después de haber despreciado todo lo que pudimos, volvemos a nuestra vida cotidiana y las quejas poco a poco acaban en el olvido.
Sin embargo, hay personas que se quejan de su estilo de vida.: No hay un solo dÃa en que no suceda algo de lo que quejarse.
A veces, las quejas se utilizan como una válvula de alivio, para liberar la tensión; los problemas surgen cuando nos aferramos a ellos y los hacemos indispensables para nuestra vida. Al hacerlo, no aparte de centrarse exclusivamente en la negatividad.
Esta continua espiral de quejas no lleva a ninguna parte, al contrario: nos paraliza. El psicólogo Joan Garriga sostiene que "quejarse reduce la vitalidad de las personas".
Quejarse no ayuda a cambiar la situación, ni las personas ni las cosas; la única función de las quejas es informar que no nos gusta la realidad.
Las quejas no resuelven nada, a menos que las digamos puramente para desahogarnos. Esta práctica es efectiva solo si no es repetitiva en el tiempo, de lo contrario se vuelve contraproducente, ya que no trae solución.
¿Piensas que si te quejas, las circunstancias te parecerán diferentes? ¿Crees que todo se resolverá con un truco de magia?
A veces, las quejas también son una indicación de una la falta de responsabilidad hacia las personas y situaciones, o la asunción del papel de vÃctima.
Por supuesto, podrás identificar a las personas de tu entorno que se quejan de su situación, pero no hacen nada por cambiarla. Personas que sólo saben hablar, centrándose en los aspectos negativos de las cosas y que no buscan soluciones o alternativas.
Cuando nos quejamos, de alguna manera estamos culpando a otros y a las circunstancias externas de nuestra infelicidad: quitamos toda responsabilidad, como si nuestro bienestar dependiera de factores externos; nos convertimos en vÃctimas de nuestra realidad.
Las quejas nos quitan el poder que tenemos, nos hacen resistir a la aceptación de la realidad, nos paralizan en la acción y oscurecen el futuro.
De hecho, si las quejas constantes se han convertido en un hábito, es porque hay algún beneficio en pronunciarlas. Por lo tanto, es necesario comprender qué hay detrás de esas quejas, cuáles son las necesidades ocultas.
Al quejarnos, damos a entender que las cosas no salieron como querÃamos, que los demás no se comportaron como esperábamos. Nos gustarÃa que las cosas se arreglaran solas, pero las quejas no pueden resolver nada: el cambio debe venir de dentro de nosotros.
De nada sirve quejarse si no se toman medidas para buscar alternativas de solución. A menudo basta con observar y comprender los acontecimientos.; depende de ti enfocar tus energÃas en vivir o morir lentamente.
Pregúntate para qué son las quejas que estás haciendo y respóndelas con la verdad: de esta manera, podrás averiguar lo que realmente necesitas.
En internet se puede encontrar información sobre una iniciativa que propone dejar de quejarse. Los autores de este movimiento, Blancpain y Pelgrims, hablan de la importancia de los beneficios que se obtienen si dejamos de quejarnos durante un mes: obtendrÃamos un mayor nivel de felicidad y aprenderÃamos conceptos sobre la comunicación con los demás.
PodrÃas pasar un mes sin quejarte? La felicidad y el bienestar se ocultan bajo el manto de la victimización.