Relaciones difíciles: cómo reinterpretar tu propia narrativa

Relaciones difíciles: cómo reinterpretar tu propia narrativa

Obstáculos, debilidades, tristezas son los ingredientes vitales en la base de relaciones difíciles y que varían según cómo las afrontemos. Hoy los analizaremos desde una perspectiva literaria: nos convertiremos en los héroes protagonistas de nuestra vida.

Relaciones difíciles: cómo reinterpretar tu propia narrativa

Última actualización: 02 de junio de 2022

Somos seres sociales. Como tal, es difícil, si no imposible, desarrollar una vida saludable sin hacer conexiones con nadie. Desde pequeños socializamos y pasamos a formar parte de grupos más o menos numerosos, que con el tiempo pueden expandirse y dar lugar a relaciones de todo tipo, incluso relaciones difíciles. 



¿Quién no ha experimentado nunca tensión en una relación? En la familia, en el trabajo o en pareja, cualquier relación puede convertirse en una relación difícil. Podemos pensar que tales situaciones vienen como obstáculos, pero en realidad deberíamos verlos como desafíos.

No nos engañemos: la vida es un desafío constante. Superamos etapas, ciclos y relaciones. Cuando las personas se relacionan con sus respectivos bagajes, personalidades, temperamentos, circunstancias presentes y sueños futuros, estamos casi ante un experimento psicoquímico, ambicioso y optimista, sí, pero que no siempre puede salir bien. Descubrimos las relaciones difíciles desde un nuevo punto de vista.

Llamas o combustión

Generalmente cuando entramos en una relación con alguien (ya sea romántica, de negocios, familiar o platónica), todos queremos sentirnos dentro de esa llama que nos hace sentir vivos, amados, admirados y respetados. Muchas veces, sin embargo, la llama se convierte en pura combustión, y muchas veces eso no nos gusta.

Algunas de nuestras relaciones se vuelven difíciles sin que podamos hacer nada al respecto. Las tensiones a menudo resultan en actitudes desafiantes e incluso confrontaciones verbales. Cuando podemos, tendemos a evitar a estas personas para no exacerbar el conflicto, pero no siempre lo conseguimos.



Otra forma de lidiar con las relaciones difíciles

Si pensamos en la literatura o el cine, vemos que cada protagonista tiene un carácter propio, dinámico, sensible al devenir de la trama. Las situaciones de conflicto surgen del enfrentamiento con otros protagonistas, antagonistas del primero. Son ellos quienes desafían la perspectiva del protagonista, poniéndolo en situaciones que actúan como estímulos para explicar y mejorar recursos y habilidades.

La vida no es tan diferente de una película. Debemos ponernos nuestra máscara de protagonista y comenzar a delinear a nuestros antagonistas y los desafíos que vienen con ellos, para que puedas liberar tensiones y crecer.

Víctimas o héroes de relaciones difíciles

Ante situaciones tensas relacionadas con una relación difícil, siempre hay dos opciones: podemos quejarnos y ser víctimas de nuestros antagonistas o buscar la salida para salir victoriosos. No es un enfrentamiento, sino un trabajo interior. encaminada a poner de manifiesto las variables o factores que nos llevaron a esa situación.

La inseguridad no es buena compañía para lidiar con relaciones difíciles. Para elegir el camino del héroe, lo primero que debe hacer es aprender a apreciarse y respetarse a sí mismo. A veces, una frase como “Si me sigues hablando así, me voy” refleja la actitud de una persona valiente y poderosa. Nuestros antagonistas ejercen poder sobre nosotros precisamente porque golpean donde duele.

Aprender y sanar relaciones.

Una parte muy importante de nuestro desarrollo psicológico radica en comprender, sanar y cambiar las respuestas a nuestras heridas emocionales. Muchos terapeutas argumentan que tendemos a atraer a personas que poseen las peores y mejores características de nuestros padres.


Esto sucede por una razón. Es una reacción inconsciente a la necesidad (secreta para nosotros) de solucionar problemas relacionados con nuestros padres que no hemos podido solucionar. En muchos casos, puede ser la búsqueda de la admiración y el respeto de un padre crítico y severo.


Si somos cuidadosos, nuestras relaciones difíciles suelen tener un factor común: un antagonista como figura de autoridad que tal vez represente el rol de padre dominante que nunca hemos podido cumplir.

Este juego antagonista es la técnica utilizada con éxito en muchas sesiones de apoyo al desarrollo personal. Consiste en crear un ejercicio personalizado en el que el individuo encontrará su personaje y su antagonista. La diferencia con la literatura es que nuestros antagonistas no son personajes demoníacos ni malos por naturaleza; suelen ser personas como nosotros, con sus miedos, esperanzas, emociones y patrones de conducta adquiridos. Frágil… ya la vez débil.

Los maestros de la paciencia

Si decidimos enfrentar nuestras difíciles relaciones como héroes, comenzaremos a ver la nuestros antagonistas como verdaderos maestros de paciencia, coraje, compasión y flexibilidad...


De hecho, podemos entenderlos como una oportunidad para fortalecer y mejorar nuestro carácter y nuestros músculos emocionales. Trabajando estos aspectos, podremos desarrollar y mejorar los dormitorios y los recursos olvidados o ignorados.

las preguntas clave

En el coaching hay algunas preguntas clave que podemos hacernos para gestionar mejor las relaciones difíciles. Son preguntas destinadas a exponer nuestra capacidad de discernimiento. 

Si queremos jugar a escribir el libro de nuestra vida, nos encontraremos analizando los personajes que lo pueblan. Nos preguntaremos cuáles son nuestros antagonistas actuales y qué los hace tan hostiles hacia nosotros.

Nos preguntaremos cuáles son las razones que nos llevaron a elegir a esos antagonistas si fuimos nosotros quienes escribimos nuestra historia. Por lo general, los antagonistas se introducen para crear una versión más evolucionada del protagonista de la historia.


Otra cuestión que nos ayudará a manejar las relaciones difíciles es sobre las habilidades o virtudes que nos pueden ayudar en el desafío. En el coaching aprendemos a gestionar una larga serie de virtudes, como la asertividad, la resiliencia, el coraje, la compasión, la paciencia, la autoconciencia…

Si estás dispuesto a ser el autor de tu propia historia, tal vez deberías sentarte y empezar a escribir el guión de tu vida. Observa situaciones y relaciones difíciles desde un escalón superior, el del director, que te dará una mejor perspectiva que la del actor en el centro de atención.

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