Vivir en el pasado es contraproducente

Vivir en el pasado es contraproducente

¿En qué "zona horaria" vivimos? Quien permanece inmerso en el pasado vive en la tristeza y el resentimiento; sin embargo, no siempre se da cuenta de esto. Algunas estrategias pueden ayudarnos a abrir los ojos.

Vivir en el pasado es contraproducente

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 13 de abril de 2022

Vivir en el pasado significa no solo existir en un presente borroso, pero también pierde numerosas oportunidades.


En general, muchas de esas heridas emocionales de ayer se deslizan hacia una grieta de dolor latente que nunca sana. Es agotador poner la atención en el aquí y ahora cuando la mente se refugia en universos pasados.


Pérdidas, decepciones, sueños frustrados, amores inolvidables y hasta infancias destrozadas por traumas. Muchas personas se convierten en verdaderos okupas de su pasado; una situación que fragmenta la salud psicológica.

La filosofía budista ya lo sugería hace milenios: el bienestar se encuentra sólo cuando se vive plenamente el momento presente. Sin embargo, rara vez somos conscientes de lo apegados que estamos a nuestro paisaje pasado.

A veces cada decisión que se toma o no, cada miedo que se apodera de nosotros y cada sensación que se experimenta es el resultado de esta realidad. Tomar conciencia de esto es el primer paso para generar cambios, para liberarnos de los viejos hilos que nos privan de potencial y bienestar.

"No vivas en el pasado, no sueñes el futuro, enfoca tu mente en el momento presente".

-Buda-

Vivir en el pasado, ¿es así?

Vivir en el pasado no siempre significa estar envuelto en la nostalgia. Un trabajo de investigación de la Universidad de California señala que la nostalgia es una emoción levemente positiva.


Desde un punto de vista psicológico, sabemos que esta dimensión nos permite dar sentido a quienes somos y, a su vez, construye nuestra identidad a lo largo del tiempo. Por lo tanto, sentir nostalgia no significa vivir en el pasado, ya que este último estado se proyecta en sufrimiento emocional.


Se trata, por el contrario, de posicionarse en lo perdido, abrazar la ausencia, tocar la herida abierta y sumergirse en lo que ya no tiene sentido. Sin embargo, no siempre somos conscientes de ello.

Puedes vivir, trabajar y relacionarte sin entender tanto de ti mismo la infelicidad presente es el resultado costoso de no haber superado el ayer.

1. Cúlpate a ti mismo por casi todo

La culpa es un sentimiento perenne de insatisfacción que nos devora y nos invalida. En general, el las personas que no han superado su pasado llevan el peso constante de la culpa y autopercepción negativa. Como un agujero negro que todo lo consume.

Nada de lo que se haga será procesado de manera positiva y también está el eco de ese diálogo interior negativo e incapacitante que nunca se calla.

2. Compara cualquier realidad con otro pasaje (filtro retrospectivo)

Cuando conoces a alguien nuevo, te arrepientes de no haberlo conocido antes. Después de un momento placentero, la mirada conduce inmediatamente a un momento pasado.

La mente pasa del pasado al presente como un péndulo., comparando ayer con hoy, y viceversa. Todo ello lo somete a un estado de gran agotamiento psicológico.


3. Vivir en el pasado y miedo al cambio

Una señal inevitable cuando vivimos en el pasado es la resistencia al cambio. El apego psicoemocional al ayer es tan patológico que cada variación se experimenta como una amenaza.

El mero hecho de que algo cambie día a día se experimenta como una pérdida., una violación de su seguridad.

El cambio nos obliga a viajar por terrenos desconocidos. Sin embargo, quienes han vivido eventos traumáticos en el pasado no se sienten preparados. No tienen herramientas, sienten miedo y un alto grado de inseguridad.



4. Baja autoestima

La persona vive aferrada a la dimensión pasada de su mundo interior porque no ha pasado un evento determinado.

Esa herida, ese problema latente, encalla en la autoestima y boicotea la propia imagen. Uno no se siente a gusto, sino frágil, falible y, a veces, en falta. Realidades psicológicas muy complejas que disminuyen la capacidad de ser feliz en el presente.

5. Predominan las emociones negativas: tristeza, ira y soledad

Vives en el pasado cuando siempre sientes tristeza por lo que ayer se fue. También es común enfadarse y tener arrebatos de ira.

Asimismo, existe la sensación de que nadie puede comprendernos ni conocer nuestra realidad personal; todo esto genera un sentimiento de soledad.

6. Es difícil construir relaciones satisfactorias y significativas

Quienes viven en el pasado reservan todas las energías en él y apartan la mirada del aquí y ahora, donde ocurre lo realmente importante.

No podemos ser buenos socios ni buenos amigos cuando somos prisioneros de un ayer que nos impide amar a quienes nos rodean hoy. Esto conduce a relaciones a corto plazo, constantes regaños e inevitable soledad.


7. Vive en el pasado y sé infeliz

Amargura, resentimiento, sentimiento de fracaso... Vivir en el pasado es vivir en la herida abierta, en esa región psicológica donde sólo habitan la resistencia, las emociones adversas y la soledad.

La felicidad no pasa por la cerradura de quien solo mira hacia atrás. Nada nuevo surge en la mente inflexible que no se ocupa de lo que está pasando aquí y ahora o mira al futuro con esperanza.

Nada crece en la trama pasada. Ayer ya no existe, ya no está, dejemos de prestar atención a las cosas que no tienen sentido ni presencia.

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