El valor de los recuerdos para la vida

El valor de los recuerdos para la vida

-Dr. Seuss-Psicólogos indican que todos nuestros recuerdos tienen una relación muy estrecha con las emociones.

El valor de los recuerdos para la vida

Última actualización: 04 agosto 2020

El valor de los recuerdos positivos es uno de los principales elementos de estabilidad, un refugio que puede protegernos. Como dijo Pio Baroja, “En gran parte somos la extensión de nuestro pasado; el resultado de un recuerdo”.

En esta perspectiva, el cerebro es un órgano capaz de almacenar, ordenar y priorizar todos nuestros recuerdos. Aunque obsoleta, la metáfora de la computadora se ha utilizado en psicología durante años para explicar el cerebro, y especialmente la memoria; la ciudad de los recuerdos.



“A veces no sabes el valor de un momento hasta que se convierte en recuerdo”.
-Dr. Seuss-

Los psicólogos indican que todos nuestros recuerdos tienen una relación muy estrecha con las emociones. Precisamente por eso, cuando nos centramos en un determinado recuerdo, somos capaces de recordar perfectamente las emociones sentidas en ese momento.

Un recuerdo agradable puede restaurar una paz interior perdida o reconstruir una autoestima perdida. Por el contrario, si la experiencia que revives pertenece a un recuerdo amargo, trae consigo emociones nada positivas.

El valor de los recuerdos

Hace algún tiempo llegó a nuestras manos una maravillosa historia sobre el valor de los recuerdos; un encuentro importante, después de muchos años, con el pasado. En mayo de 2017 un niño de 14 años llamado Patryk Lessman estaba de vacaciones con su familia en una residencia de verano, junto al lago Jeziorak (Polonia).

El joven pasaba sus días construyendo casas de madera y pescando. Un día, por casualidad, mientras estaba en una zona boscosa se encontró con dos latas antiguas, e inmediatamente informó a los padres del hallazgo. Estos alertaron a las autoridades locales, que irrumpieron en el bosque equipados con detectores de metales en busca de más objetos.



Unos meses después, luego de un análisis detallado del hallazgo, se convocó una conferencia de prensa para informar a la comunidad del incidente. Los dos contenedores encontrados estaban llenos de artículos personales y recuerdos familiares del conde Hans Joachim Finckenstein., en el pasado dueño de esa zona boscosa.

Entre los diversos objetos encontrados en el primer contenedor también estaban los últimos deseos del conde, el escudo de armas y el escudo de la familia Finckenstein. (una antigua familia aristocrática prusiana), el pasaporte de Hans Joachim e incluso un diario escrito por él durante la Primera Guerra Mundial. El segundo contenedor contenía el uniforme usado durante la Segunda Guerra Mundial y un gran número de postales y poemas de sus hijas.

Hans Joachim Finckenstein nació en 1978 y vivió ambos conflictos mundiales. Durante el verano de 1944, ante el avance soviético, Hans Joachim y su esposa Hildegard enviaron a sus hijas a Pomerania (territorio entre Alemania y Polonia), donde permanecieron escondidas. Los diversos objetos encontrados, por otro lado, siempre fueron enterrados en ese período, aunque nunca estuvo claro si fue el padre o la madre quien los cuidó.

Cómo un evento pasado puede recordarnos el valor de los recuerdos

La investigación permitió rastrear a la hija menor del conde en Alemania, más precisamente en Waldtraut, aún con vida. Cuando vio los objetos que pertenecían a su padre, se conmovió profundamente., estallando en lágrimas mientras apretaba los zapatos de sus padres. La mujer dijo a los periodistas que todas las noches, cuando su padre las acompañaba a la cama, ella y su hermana se aferraban a sus zapatos, riéndose, hasta que el sueño las vencía.


También pudo recordar algunos de los poemas redescubiertos, escritos por ella misma más de setenta años antes. Con los ojos llenos de lágrimas de alegría, les dijo a los periodistas que querían entrevistarla: “Siempre he querido escribir. Mi madre insistía en que aprendiera a coser y bordar, pero tenía claro que mi futuro estaba en los libros”.



Recordó las tormentas de verano en el lago Jeziorak y el olor a tierra mojada:: “Esas tardes interminables en que no podíamos salir por la lluvia y yo recitaba poemas, mientras mi hermana invocaba la llegada del sol con música; toda la familia disfrutó con entusiasmo del espectáculo. Fue un momento maravilloso en mi vida, que ahora puedo recuperar gracias a estos recuerdos”.


Esta historia nos recuerda cuán precioso es el tiempo cuando está motivado por deseos reales y profundos. Muchas veces estamos acostumbrados a posponer lo importante, ocultando nuestras emociones. Pero cada momento está cargado de la magia que nosotros mismos le damos. Si pudieras dibujar tu mejor recuerdo, ¿cómo lo dibujarías?

"Los recuerdos son una forma de aferrarnos a lo que amamos, lo que somos y lo que no queremos perder"
-Anónimo-

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