La sexualidad no tiene edad: dura toda la vida

La sexualidad no tiene edad: dura toda la vida

Quienes piensan que la esfera sexual solo afecta a ciertas etapas de la vida se equivocan. La sexualidad no tiene edad y acompaña nuestra existencia.

La sexualidad no tiene edad: dura toda la vida

Última actualización: 30 de junio de 2022

Es común asociar la esfera sexual únicamente con la edad adulta. En particular, en una etapa de la vida en la que te creas "físicamente" preparado y más apto para vivirla adecuadamente. Por el contrario, y como veremos en este artículo, la sexualidad no tiene edad. Aparece en nuestra vida desde temprana edad y nos acompaña en cada etapa de nuestra existencia, incluso cuando nos hacemos muy mayores.



Para entender por qué la sexualidad no tiene edad, primero conviene saber de qué estamos hablando. Por motivos culturales y religiosos, muchas veces es difícil hablar de temas de este tipo. Además, a menudo se utiliza un vocabulario incorrecto o solo parcialmente correcto.

Así que procedamos en orden, explicando mejor qué se entiende por sexualidad, sexo y sexuación.

Qué “es” y qué “no es” la sexualidad

La sexualidad no es sinónimo de orientación sexual. Mucha gente confunde estos conceptos. De hecho, los términos "condición sexual", "opción sexual" y "sexualidad" se utilizan a menudo para referirse a la orientación sexual del deseo erótico..

Pero estos tres términos no son sinónimos, sino todo lo contrario. La orientación sexual no es una opción, ya que las opciones se eligen y la orientación sexual no la elige el individuo. Pero ni siquiera es una condición, porque no “condiciona” absolutamente nada.

La sexualidad, como concepto, se refiere a la "manera en que las personas viven como sujetos sexuales", según el Instituto de Sexología INCISEX. Es decir, es la expresión de hombres y mujeres en sentir y vivir como tales.

Los hombres y las mujeres son sexuados. Ellos "tienen" un sexo, en términos de identidad sexual. Pero hay infinitas formas de ser hombre (una para cada uno) e infinitas formas de ser mujer (una para cada uno). Y, por supuesto, la forma en que hombres y mujeres expresan su forma está definida precisamente por la sexualidad.


Sexualidad y sexuación

La sexología, en su campo más teórico, se encarga de estructurar este y muchos otros conceptos, dotándolos de armonía y coherencia.. La sexualidad (y muchos otros conceptos que derivan de la palabra "sexo") no está directamente relacionada con las relaciones eróticas, como mucha gente cree.

Está más relacionado con otro concepto: la sexuación. Se trata del proceso constante de definirnos y redefinirnos como hombres y como mujeres. Esto comienza antes del nacimiento (durante el embarazo) y termina con el final de la vida.

La sexualidad no es sólo un proceso biológico, es ante todo biográfico. Está sujeto a todo tipo de influencias que nos configuran como seres sexuales con nuestras modalidades, matices y peculiaridades.

En consecuencia, la sexualidad y la sexuación forman parte de nuestro ser por el mero hecho de ser seres sexuales. Esto quiere decir que ambos están presentes en nuestra vida, en todo momento.

La sexualidad no tiene edad: infancia y vejez

Teniendo en cuenta que este concepto quizás no es lo que la gente suele tener en mente, vale la pena profundizar un poco más. Partiendo siempre de la conciencia de ser animales o seres sexuales, es fácil comprender cómo esto nos acompaña a lo largo de la vida. Y, obviamente, esta expresión de nuestro ser cambia según la etapa vital en la que nos encontremos.

La sexualidad infantil y senil suele ser ignorada. Por razones muy diferentes, pero con un denominador común: la ignorancia. Si entendemos este concepto desde su verdadero significado, el "veto", este tabú sexual sobre la infancia o la vejez pierde por completo su significado. Sin embargo, la sexualidad no tiene edad.

La sexualidad en la vejez es una de nuestras expresiones más hermosas como seres vivos, porque los ancianos y las ancianas se expresan a partir de la vivencia de un camino que les ha dado sabiduría, madurez..


A pesar de ello, persiste un veto a la sexualidad en la vejez por una cuestión cultural. Y, en Occidente, por ejemplo en España, todavía queda mucho por hacer para mejorar este aspecto. Lo que luego se traduce en una mayor comprensión de la llamada tercera edad. Quizá asomarnos a otras culturas y ver cómo se concibe esta fase vital nos ayude a despejar nuestra ignorancia y nuestros miedos.

Por otro lado, la sexualidad infantil es igual de bella, pero por otras razones. Así como la vejez nos da experiencia, la sexualidad se da en un contexto de inocencia y exploración. Lo bueno es que en esta etapa de la vida no estamos contaminados por prácticamente ninguna influencia social, cultural o religiosa. Siendo pequeños, nos expresamos sin tabúes, sin filtros, impulsados ​​por nuestra curiosidad por el mundo que nos rodea.


Para acabar con los estereotipos y tabúes que rodean conceptos como la sexualidad, es fundamental profundizar en ellos y comprenderlos. También se necesitan más intervenciones a nivel de educación sexual. Sólo así podremos desestabilizar todas las manifestaciones que componen el hecho sexual humano que es, al mismo tiempo, maravilloso y extraordinariamente natural.

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