5 pasos para sanar las heridas de las mujeres

5 pasos para sanar las heridas de las mujeres

5 pasos para sanar las heridas de las mujeres

Última actualización: 15 de marzo de 2015

Desde que nacimos, las mujeres muchas veces nos vemos obligadas a desempeñar el papel de "víctima" que la sociedad nos impone, impidiéndonos sanar las heridas que nos han hecho sufrir.

De hecho, las mujeres se enfrentan a una gran cantidad de injusticia y dolor gratuito simplemente por ser mujeres. Llegamos a acumular tal cantidad de emociones negativas como para asimilar el dolor, dejando que se vuelva parte de nuestra vida diaria, de nuestra vida y de nuestro ser más profundo.



Y es por eso que es necesario sacudir nuestro corazón para hacerlo levantar y poder curarlo de todo lo que hemos acumulado hasta ahora.

Primer paso: encontrar la herida

Lo que una vez nos hizo felices nunca desaparece. Todo lo que amamos profundamente se vuelve parte de nosotros - Bernardo Stamateas

Se mira al espejo y no se reconoce, sabe que algo le duele, algo que está muy arraigado. En su rostro están los signos del sufrimiento, la angustia y el dolor, por una herida que no quiere ver, aunque sabe que está ahí.

Este tipo de mujer puede levantarse cada mañana y comerse el mundo, quizás porque considera que es la única forma de no pensar en su dolor. O a veces se levanta y tiene un día “no”: en estos casos esa tristeza sin explicación la confunde y la paraliza, haciéndole pesar mucho más la vida.

En este caso, necesitamos investigar nuestra alma y buscar ese dolor en el que no queremos pensar. La mujer herida debe hacerse preguntas y encontrar las respuestas correctas.


Segundo paso: tomar conciencia de la profundidad de la herida.

A veces lo que necesitamos no es una mente brillante que nos hable, sino un corazón paciente que nos escuche.


Nuestras heridas, además de herirnos, nos limitan. Y cuanto más profundas son, más nos limitan. No importa cuánto tiempo llevemos cargando con esa herida: tenemos que encontrar la manera de hablar de ella, deshacernos de ella y tirar lo que habíamos guardado dentro hasta hoy.

Necesitamos a alguien que nos escuche, ya sea un amigo, un familiar, nuestra pareja o un profesional que actúe como un "médico del alma", que nos ofrezca una oportunidad para calmarnos, liberarnos, un bálsamo que calme la ansiedad. que nuestro dolor nos causa.

Tercer paso: desinfectar la herida

Este es el paso más doloroso. Drenar nuestro dolor y desinfectar nuestra alma nos quemará. Consiste en sacar lo que llevamos dentro, por muy feo o inadecuado que nos parezca.

Las heridas del alma están llenas de dolor, ira, frustración, inseguridad, soledad, traición, abandono, incomprensión, tristeza, deseos, engaños, culpas, propias o ajenas, que las han hecho cada vez más dolorosas.

Por eso, una vez que hemos identificado nuestras emociones y sentimientos, ya no podemos permitir que sigan viviendo dentro de nosotros. Puedes llorar ríos de lágrimas si las necesitas. Llorar siempre es una buena manera de sacar el dolor. Cállate, enloquece, rompe cartas, golpea una almohada… Pero hazlo siempre condenando a muerte tu sufrimiento, sin descuentos.

Cuarto paso: cerrar la herida

Algunas mujeres esperan que algo cambie y como nada cambia, ellas cambian. - André Lorde


Cierra tu herida, no dejes que entre nada más. Ciérralo y cóselo bien, porque no puedes permitir que se rompa de nuevo.


Usa una buena aguja y ármate con el hilo de la renovación.o. Queremos volver a juntar todas las piezas para que, mirándote al espejo, puedas volver a sonreír a esa mujer alegre, vivaz e innovadora.. Una mujer sin máscaras, sin el abismo del dolor interno.

Quinto paso: únete al Scar Club.

No entendemos cuánto nos duele una herida, hasta que deja de doler.

Es importante recordar para siempre que, una vez, algo se rompió dentro de nosotros, lo que marcó un antes y un después en tu vida. Muchas mujeres llevan consigo sus cicatrices durante toda su vida.


Así que no te avergüences, únete al grupo de mujeres que han sanado. Mira dentro de ti todos los días y cultiva la capacidad de hacer cosas nuevas que te energicen y rejuvenezcan tu piel emocional.

Inspirado en: lavozdeladiosaenti

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