Última actualización: 02 octubre, 2017
Una crisis de pareja nos lleva a preguntarnos “¿por qué antes era diferente y ahora ya no funciona?”. Sin duda es una pregunta que te habrás hecho más de una vez en el transcurso de una relación y que te habrá provocado dudas, desconfianza y una gran sensación de inseguridad. Pero, sobre todo, que habrá transformado la relación con la pareja en una situación casi insoportable.
Las crisis en una relación no tienen por qué preocuparnos. Son normales y suelen ocurrir cuando la pareja se encuentra en una fase de transición y siente que necesita cuidados. cambiar. Sin embargo, lo que debe preocuparnos y mantenernos atentos es cómo enfrentamos estas crisis.
Echarle la culpa a tu pareja, fingir que no ha pasado nada, creer que todo terminará o autoconvencernos de que hay alguien más que está minando nuestra relación son malas conductas y que debemos analizar a fondo. Es normal que, con el paso de los años, nuestra relación se enfrente a nuevos retos o proyectos que nunca imaginamos.. La pregunta es: ¿cómo lidiar con todo esto?
La mayoría de las parejas tienen miedo al cambio. Si la relación ya no es "como era" y algo ha cambiado, a menudo estalla una crisis.
Creencias y comportamientos que provocan crisis de pareja
Las relaciones son muy importantes para la mayoría de las personas. Aun así, existen numerosas creencias y comportamientos que hacen de algo tan hermoso una pesadilla. Por ejemplo, muchas veces tenemos una idea muy rígida de cómo debe ser una relación y cómo debe comportarse nuestra pareja, e incluso nuestra concepción del amor se basa en muchos estereotipos. Todo esto afecta negativamente y puede provocar una profunda crisis en la relación.
"La crisis es un estado de cosas en el que el cambio es inminente, de una forma u otra".
-Webster-
Otro ejemplo es el hecho de que, aunque a menudo no nos demos cuenta, la mayoría de la gente quiere que la fase de enamoramiento nunca termine. Cuando la intensidad de esta fase disminuye, de hecho, comenzamos a ver a nuestra pareja por lo que realmente es, sin filtros. Es en ese momento cuando las expectativas y la idealización se desvanecen y todo esto puede llevar a una crisis.
Tras descubrir que nuestra pareja no es la persona que pensábamos que era, y que llevamos mucho tiempo cegados por el enamoramiento, intentaremos que la relación continúe de la mejor manera posible. Y para ello, en algunos casos, intentaremos cambiar al otro, moldearlo y hacer que se asemeje a ese ideal y esas expectativas que se han roto.
Sin embargo, esto no significa aceptar al otro, sino intentar que se parezca a nosotros. Cuando persistimos en comportarnos de esta manera, la pareja puede sentirse ofendida y lo más probable es que estalle una crisis. Pero piénsalo: ¿cómo te sentirías si alguien intentara cambiarte? Pedirle a tu pareja que cambie puede ser una buena idea solo después de haber discutido y tratado de llegar a un compromiso, sin exigir nada.
Otro error común es creer que una vez que tenemos a la persona que amamos a nuestro lado, ya no tenemos que esforzarnos para mantenerla junto a nosotros. El amor debe cultivarse todos los días, pero por alguna extraña razón muchas veces lo damos por sentado y nos relajamos. De esta forma, sin embargo, nos olvidamos de demostrarle a nuestra pareja lo importante que es para nosotros, lo mucho que la queremos y la amamos. Y esto es crucial si queremos mantener una relación saludable basada en el respeto y la admiración.
Culpar a la pareja de todo lo que sale mal en la relación indica que somos incapaces de asumir nuestras responsabilidades. Una pareja, de hecho, es un equipo: y actuar de esta manera no respeta al equipo.
Sin duda, sin embargo, El aspecto principal detrás de la mayoría de las crisis matrimoniales es la falta de comunicación. No le digas inmediatamente al otro que algo nos molesta, pero mantenlo adentro hasta que explotemos; dudar de la otra persona, pero no decir nada y vivir con un constante sentimiento de desconfianza; tomar decisiones que afectan a la pareja sin consultar al otro: todo ello hará que el vínculo se rompa.
Cada miembro de la pareja debe tener su propio espacio
Otro aspecto que puede provocar una crisis de pareja es la dependencia emocional. Un problema derivado de muchas creencias erróneas, por ejemplo que la pareja es nuestra única fuente de felicidad y que sin ella no seríamos nada. Esto lleva a muchas parejas a ser totalmente dependientes el uno del otro. No solo por cuestiones prácticas, sino también para lograr el bienestar emocional.
En cambio, debemos recordar que en cualquier relación es necesario que cada miembro tenga su propio espacio en el que poder estar sin su pareja. El momento de salir con tus amigos, de realizar una actividad que les guste... Porque la pareja no es el centro de nuestro mundo y, si hacemos que todo gire en torno a él, al final echaremos de menos el aire.
Esta dependencia total de la otra persona también puede provocar miedos, inseguridades y dudas sobre la relación, lo que muy probablemente provocará una crisis inmediata.
Una pareja no está formada por dos medias manzanas, nuestra pareja no nos completa. La persona con la que queremos compartir nuestra vida es un compañero de viaje, no lo único que da sentido a nuestra existencia.
A veces puede ocurrir, pues, que se hagan comparaciones entre nuestra relación y la de otras parejas. Quizás los observamos y pensamos que son perfectos, que hacen todo juntos, que nunca se separan… Esto también puede afectar nuestra relación, porque nos hace querer que todo sea idílico. Pero no sabemos realmente qué le sucede a esa pareja cuando cruzan la puerta, incluso podría ser que se peleen todo el día cuando no están en público.
Comparar nuestra relación con los demás es injusto y no tiene sentido, porque cada persona es diferente, todos han tenido experiencias diferentes y se han enfrentado a problemas diferentes. Cada pareja es un mundo en sí mismo, y es bueno no olvidarlo nunca.
“El amor maduro atrae sin prometer y une sin ataduras. Se alimenta del aprecio y se expande con la libertad".
-Ari Shemot-
Una crisis es una oportunidad
Después de todo, las crisis no son más que oportunidades para cambiar, para transformar la relación de uno, ya sea para avanzar o para terminarla definitivamente. Cada crisis es una señal de advertencia que nos dice que debemos reflexionar sobre nuestra relación y tomar una decisión.
Para solucionar una crisis de pareja, por tanto, el primer paso es estar preparado para hacerlo, es decir querer afrontar el problema de la mejor manera posible, tanto para nosotros como para nuestra pareja. Esto significa no solo reflexionar y hablar juntos, sino también hacerlo individualmente.
Cuando hablamos con tu pareja al respecto, es importante dejar de lado las quejas y acusaciones y actuar de manera práctica y positiva. De nada sirve reiterar todo lo que ha ido mal hasta ese momento, sino que hay que pensar en cómo se puede solucionar o mejorar ese problema, para llegar a un compromiso. Si no lo hacemos, nuestra relación seguirá cayendo en nuevas crisis. Si no eres capaz de resolver los problemas de esta forma, otra opción podría ser contactar con un psicólogo especialista en relaciones de pareja, que seguro podrá ayudarte.
Una crisis puede llevar a la ruptura de la relación o cambiarla y fortalecerla. En ambos casos, es una experiencia que debemos afrontar de frente si queremos crecer tanto en lo personal como en nuestra relación.