Última actualización: 15 de marzo de 2015
Están ahí afuera, esperándonos, atrayéndonos a su trampa y luego vaciándonos. Nos gustan y confiamos en ellos más que en nadie. Esperamos más, pero recibimos cada vez menos. Son ellos: los depredadores emocionales. No quieren nuestra sangre, quieren nuestra energía emocional.
Como en cualquier tipo de relación que formamos a lo largo de nuestra vida, los lazos afectivos también crecen en un sentido o en otro dependiendo de cómo los cultivemos. Eso sí, si los alimentamos con tristeza, envidia, quejas o enojo, solo obtendremos lazos enfermizos.
Algunas relaciones pueden ser incluso demasiado negativas para nosotros, tanto que generan traumas que dañan nuestro bienestar emocional. Hay personas que, de forma más o menos consciente, pueden hacernos sentir deprimidos, melancólicos, enojados o incluso anulados.
Lo seguro es que, sin estrategias de autodefensa para mantenerse a salvo, las víctimas de personas tóxicas desarrollan conductas y síntomas poco saludables (comer en exceso, aislarse, tener constantes cambios de humor, sentirse siempre cansado, etc.).
Los llamamos de las más diversas maneras: personas tóxicas, vampiros o depredadores emocionales, parásitos, etc. Y la verdad es que, aunque no haya estudios científicos reales al respecto, es evidente que hay personas que logran absorber todas nuestras energías y llevarnos hacia un estado de pesadez y resignación que nos dificulta la vida.
A continuación trazaremos los perfiles de 5 tipos de personas que intoxican nuestras emociones, chupando nuestras energías como vampiros y cazados como auténticos depredadores.
1. La persona fría
Este tipo de persona suele expresar su enfado con una sonrisa en el rostro; incluso cuando tiene una expresión preocupada, es muy hábil para mantener la calma. Son expertos en enmascarar y "suavizar" la hostilidad. Todos hemos usado esta técnica algunas veces, pero los depredadores abusan de ella y nos hacen perder los estribos.
La mejor autodefensa es mantener a raya su comportamiento manteniendo firmes nuestras creencias, estableciendo límites y afirmándonos. Merecemos que nos traten con amor y sinceridad, no podemos permitir que nos hablen como si siempre nos estuvieran haciendo un favor.
2. La persona narcisista
Todo gira en torno a ellos, ya que creen que son el centro del mundo. Son egocéntricos, vanidosos y siempre buscan admiración y atención. Pueden parecer personas inteligentes y amables, hasta que sienten que su papel principal se ve amenazado.
Como su lema es "Yo soy lo primero", enfadarse o expresar asertivamente nuestras necesidades no tendrá ningún efecto en ellos. Por lo general, de hecho, su empatía está ausente o bien escondida y pueden tener dificultades para concebir que aman a alguien fuera de sí mismos.
La mejor defensa personal es apreciar sus méritos, pero de forma realista, y entender que no podemos esperar demasiado de ellos. Mientras tanto, no dejes que te aplasten o hacerte sentir inferior. Tienes que entender que el narcisismo es una necesidad para ellos. Solo puede obtener su cooperación apelando a su interés y señalando que ellos también se beneficiarán.
3. La persona agresiva
Este depredador parece tener como único propósito acusar, agredir, humillar, criticar y generar conflicto. Son personas adictas a la ira, guardan rencores y quieren castigar a los demás. Te golpean todo el tiempo, desgarrándote con su furia.
La mejor defensa personal es proteger tu autoestima para asegurar la de ellos. ira no lo destruyas. Tómese su tiempo, tómese un descanso y respire. Trate de ser neutral y equilibrado frente a sus ataques de ira, e no responda hasta que esté tranquilo.
De esta manera podrás sorprenderlos, dejar que se desahoguen y luego exponer tu versión de los hechos, obligándolos a prestarte atención. Incluso puede empatizar con ellos, mostrando interés en lo que está causando su enojo.
4. La persona mártir
Existen en todas partes: mártires son los reyes y reinas del drama. Saben hacerte sentir culpable apretando los botones de la inseguridad y echando sal en tus heridas.
La mejor defensa personal es dejar de lado la obsesión por ser perfecto, todos cometemos errores., pero si realmente te sientes culpable por algo, entonces toma tu espacio y llora si sientes la necesidad.
También puedes responder a sus ataques con una afirmación positiva como esta: “Entiendo tu punto de vista, pero cuando dices eso hieres mis sentimientos. Te agradecería que no lo volvieras a hacer”.
5. La persona celosa y chismosa
Son las personas que asoman las narices por todos lados, que disfrutan hablando mal de la gente que hay detrás y arruinando su reputación difundiendo rumores falsos. Cuando lo hacen, todos a su alrededor se sienten humillados.
La mejor defensa propia es no preocuparse por lo que estas personas digan de nosotros y no tomar sus chismes como algo personal.. La actitud correcta es ignorarlos y no rebajarnos a su nivel. Si estamos en un grupo y empiezan a hablar mal de otra persona, lo mejor es cambiar de tema y no compartir ninguna información con ellos.
Sin embargo, también es bueno decirles claramente que sabes lo que están haciendo y que no te gusta nada. Puedes hablar con ellos diciendo algo como “Tus comentarios son muy ofensivos, ¿cómo te sentirías si dijeran algo así sobre ti? Por favor, deja de hablar mal de mí”.
Trata de identificar qué tipo de personas te están causando dolor emocional, y genera tus propios mecanismos de autodefensa para evitar que perjudiquen tu bienestar psicológico. ¡Distanciarte de estas personas tóxicas solo te hará bien!