Última actualización: 02 octubre, 2017
La violencia es una de esas epidemias que conoce pocos límites o fronteras. Desgraciadamente, la podemos encontrar en cualquier parte del planeta y tiene muchas caras, tanto que podemos hablar de diferentes tipos de violencia. Desde las fórmulas con las que se nos reprende o reprocha, hasta las guerras más violentas que, aún hoy, se llevan consigo cientos de vidas en muchos países. Incluso si no participamos directamente en estos últimos, todavía los presenciamos y terminan perjudicándonos en diferentes medidas.
Parece que la agresión, o al menos una parte de ella, está escrita en nuestra herencia genética; sin embargo, la violencia, que es una forma de manifestación de esta agresión, es cultural. Se aprende y se reproduce (y, por tanto, se enseña y valida). De la misma manera, sin embargo, también puedes desaprender y dejar de fomentarlo.
"La violencia es el miedo a los ideales de los demás"
-Mahatma Gandhi-
Para hacer esto, uno de los pasos más importantes es identificar las formas bajo las cuales se manifiesta. A continuación haremos un pequeño inventario de sus representaciones más habituales.
7 tipos de violencia
1. Violencia económica
Este tipo de violencia tiene dos caras.. Uno de estos es explícito, mientras que el otro está oculto.. La violencia económica explícita es aquella que se ejerce abiertamente contra los bienes o patrimonios ajenos. Robos, estafas, fraudes y todas aquellas acciones a consecuencia de las cuales nuestras finanzas acaban siendo perjudicadas de forma ilegal e injusta.
La violencia económica oculta se basa en los mecanismos internos del sistema económico que socavan nuestros intereses. Sucede cuando, por ejemplo, en la dinámica del mercado laboral, los salarios bajan y nos vemos obligados a enfrentar una competencia desleal (quien mantiene los precios bajos tiene más posibilidades de recibir trabajo). Y también, por supuesto, cuando se establecen medidas aparentemente ecuánimes que, en realidad, responden a intereses externos.
2. Violencia política e institucional
La violencia política incluye todas las prácticas que puede llevar a cabo un determinado partido político en contra de nuestros intereses, específicamente para explotarnos. Por ejemplo, cuando los contribuyentes son, al mismo tiempo, víctimas de una clase política corrupta.
La violencia institucional tiene que ver con el maltrato y abuso de las víctimas de alguna institución. Este es el caso de un servicio mal o medio prestado, lo que genera un perjuicio para el usuario. La violencia dentro de los establecimientos de salud también es parte de esta subespecie, donde, muchas veces, el dolor del paciente es ignorado o minimizado.
3. Violencia sexual y/o de género
Aunque estemos en pleno siglo XXI, entre los tipos de violencia que existen, no solo persiste la contra la mujer sino que, en algunos casos, incluso ha aumentado. Esta forma de agresión se basa en motivaciones de género. Esto quiere decir que se inflige porque la mujer hace o no hace lo que los hombres, u otras mujeres, esperan o exigen de ella.
Los hombres también son víctimas de violencia sexual y emocional por parte de mujeres y otros hombres. A veces son perjudicadas o rechazadas por el mero hecho de ser hombres. Desafortunadamente, también han aumentado las denuncias de abuso sexual de menores por parte de mujeres.
4. Violencia cultural
La publicidad propone en gran medida un estilo de vida que muchos acaban copiando. Se considera una forma de violencia porque provoca una especie de hegemonía que acaba alimentando la intolerancia y el desprecio por los modelos de vida o realidad que no se ajustan a este estereotipo anunciado.
Asimismo, todavía existen muchas sociedades que aprueban y legitiman la violencia contra determinados segmentos de la población, ya sea colectiva o limitada a minorías. Aquí es donde entra en escena la persecución que se ejerce contra las etnias, las comunidades LGTB, etc.
5. Violencia religiosa
Hay muchos grupos religiosos y sectas que operan en el mundo hoy y luchan por ganar poder y aumentar el número de seguidores. Aunque algunos de ellos son una expresión genuina de fe, también es cierto que muchos otros actúan persiguiendo realmente los intereses económicos de las personas que dictan y administran los preceptos de esa fe, sin hacer demasiados escrúpulos para jugar con las esperanzas de las personas que les siguen.
Estas sectas explotan el miedo y la confusión de sus seguidores para ganar dinero, ya sea directa o indirectamente (a través de su trabajo o voluntad de atraer a otros seguidores). Generalmente son emisarios de mensajes macabros sobre el fin del mundo y la destrucción de la raza humana. A partir de estos, y aprovechando el miedo que pueden llegar a infundir en los creyentes, aniquilan su voluntad, logrando en consecuencia obtener de ellos lo que quieren.
6. Acoso cibernético
Con la llegada de las redes sociales, comenzó a proliferar una nueva forma de violencia. De una forma u otra, las nuevas tecnologías facilitan el trabajo de los acosadores, ya que permiten que los más cobardes permanezcan en el anonimato. Al mismo tiempo, las leyes de los distintos países aún no son muy claras en esta materia y, por ello, muchas conductas violentas quedan impunes.
La posibilidad de hacer una foto y proyectarla en tiempo real está al alcance de todos; es una posibilidad utilizada por muchos, que ha dado lugar a nuevas formas de violencia. Un ejemplo generalizado es que alguien puede hacer un video de nosotros y luego subirlo a la red, usando nuestra imagen para burlarse de nosotros, o tratando de reflejar nuestra persona en ese comportamiento aislado, como si eso fuera lo que nos define. Antes de que nos enteremos y reivindiquemos nuestros derechos, es posible que miles de personas ya hayan visto nuestras imágenes y hayan sacado algunas conclusiones distorsionadas.
7. Violencia mediática
La agenda de muchos medios de comunicación incluye una buena dosis de noticias violentas. Parecería que cuanto más sangrienta es la información, más fuerte es el impacto que produce y mayor el número de espectadores que atrae. En ocasiones, ver un boletín de noticias o leer el periódico equivale a recibir un flujo de datos que, por su selección y difusión, distorsionan la imagen que realmente nos llega.
Lo peor es que, si los medios ofrecen este tipo de noticias, significa que hay una audiencia que las consume y que, de alguna manera, se ha acostumbrado al impacto que producen. Esto es precisamente por qué los medios siempre buscan este tipo de información que supere a la anterior en cuanto a impacto. El dolor, la muerte, la tortura y cualquier tipo de acontecimiento trágico se fueron convirtiendo poco a poco en espectáculo.
Los mencionados son solo algunos tipos de violencia, algunas formas en que se presenta. La lista completa es mucho más larga. No obstante, hemos expuesto los principales tipos que, en importancia y frecuencia, acaban condicionándonos a todos.