Última actualización: 06 septiembre, 2020
Probablemente nadie te ha enseñado a lidiar directamente con lo que causa el dolor, como te han enseñado matemáticas en la escuela.. Quizás siempre te han dicho “no llores”, “el tiempo lo cura todo”, “ya pasará”… Pero nada de esto te ha ayudado, es más, te ha hecho sentir peor. Hoy te ofrecemos 5 ejercicios para lidiar con las causas del dolor de las que quizás nunca te hayas hablado.
Ignorar el dolor que sientes o fingir no verlo no son opciones válidas. Esta emoción necesita una mirada directa; aunque duela, es necesario enfrentarlo para que se vuelva uno con nosotros y no nos consumes por años. Veamos cómo lidiar con lo que causa el dolor.
Ejercicios para lidiar con lo que causa el dolor
1. Aprende a dejar ir el dolor
Para el primer ejercicio con el que afrontar lo que duele, solo necesitarás un lápiz o un objeto pequeño que no se rompa. Sostenlo en tu mano y apriétalo tan fuerte como puedas. Ahora imagina que ese objeto son tus emociones, tus pensamientos o esa persona que no te conviene.
Agarrar ese objeto será doloroso al principio, luego te lastimará las manos. Cuando eso pasa, deja caer el objeto, en el que has visualizado todo lo que te duele, al suelo. Te aferraste a él, pero luego pudiste soltarlo. Lo mismo ocurre con todas esas emociones o personas que tanto dolor te causan. Puedes dejarlos ir.
Cuando nos aferramos a ciertas situaciones, consideramos que ya son parte de nosotros aunque nos lastimen, y somos incapaces de ver que somos nosotros los que elegimos sufrir. En cualquier momento, podemos separarnos.
2. Observa cómo nos hablamos a nosotros mismos
El segundo ejercicio para lidiar con lo que duele te ayudará a entender cómo te hablas a ti mismo.. Puede pensar que está haciendo esto de una manera positiva, pero se sorprenderá cuando descubra que está abordando más pensamientos y frases negativos de lo que piensa. Para hacer bien este ejercicio, te daremos un ejemplo.
Imagina que estás en el gimnasio y alguien inicia una conversación contigo. Eventualmente, la otra persona dice "Me alegro de haber hablado contigo" y no reaccionas de inmediato. Estás un poco nervioso y respondes un poco inseguro "yo también". Mientras caminas hacia el vestuario, no puedes dejar de pensar en lo estúpido que has sido y lo ridículo que eres cada vez que hablas con otras personas.
Lo importante es ser consciente de estas situaciones y, en cuanto puedas, ponerte delante de un espejo y decirte lo que has pensado. ¿Es positivo? ¿Negativo? Notarás cómo te ha afectado la autoestima repetidamente, sin ser consciente de ello, sólo sufriendo los efectos.
3. Anclate al presente
Una forma de lidiar con lo que te duele es anclarte en el presente.. Seguro que conoces la técnica del mindfulness. Puedes concentrarte en el momento presente olvidando el pasado y el futuro por un momento, ya que ahí es donde está el dolor.
Durante una semana, elige algo en lo que te quieras concentrar. Por ejemplo, el lunes de cómo respiras, el martes de cómo tus pies están en contacto con el suelo, el miércoles de cómo el agua toca tu piel cuando te lavas las manos, lavas los platos o te duchas… Haz lo mismo el resto de la semana. Esto te ayudará a apreciar las pequeñas cosas y a distanciarte un poco más de lo que te está haciendo sentir mal.
Aferrarnos a lo que nos duele nos impide disfrutar de las pequeñas cosas, porque todo gira en torno a ese dolor que podemos soltar en cualquier momento.
4. Imagina la peor situación
Este ejercicio te permitirá sustraer drama a la situación que te está haciendo sufrir. Muchas veces las emociones nublan tu visión al punto de hacer que todo parezca terrible. Por esta razón, hay que intentar imaginar una situación peor.
Imagina que tu pareja o tú no estáis bien. Te has estado aferrando a una relación que te duele y te cuesta terminar con esta situación. Algunas veces estrellas claramente la decisión que tienes que tomar, pero el miedo te invade y te impide actuar. Aunque sea difícil, imagina la peor situación.
¿Que es lo peor que puede pasar? Tal vez estar solo, ser diferente al resto de tus amigos porque no tienes pareja, no estar con alguien que te ame… Te sugerimos que anotes todas estas circunstancias difíciles, pero no dramáticas. Te darás cuenta de que muchas cosas que has imaginado no son tan malas.
Para cada respuesta, trate de explicar por qué debería causarle dolor. En algunos casos obtendrás respuestas absurdas, en otros encontrarás que una situación te hace sentir mal porque te aferras a ella. Aferrarse al dolor te lleva inexorablemente a sufrimiento. Todos estos ejercicios que te hemos comentado para hacer frente a lo que te está causando el dolor pueden ayudarte a ver con más claridad lo que te está pasando y, por tanto, a tomar una decisión que te haga sentir bien.
5. Una pregunta esencial
El último ejercicio consta de una sola pregunta esencial. ¿Qué le dirías a alguien que está pasando por la misma situación que tú? Imagina que el protagonista es tu hermano o un amigo, está viviendo la misma situación que tú. La respuesta a la pregunta que te has hecho será la que deberás aplicarte a ti mismo. Esta pregunta puede ayudarte a abrir los ojos.
Tendemos a aferrarnos al dolor, haciendo que se convierta en sufrimiento. La ironía es que podemos dejarlo ir cuando queramos, pero para hacerlo necesitamos ser conscientes de ello. ¿Cuántas veces te has aferrado a lo que te causaba dolor? ¿Cómo saliste?