¡Adiós preocupaciones, bienvenido sin preocupaciones!

¡Adiós preocupaciones, bienvenido sin preocupaciones!

¡Adiós preocupaciones, bienvenido sin preocupaciones!

Última actualización: 10 agosto 2015

La palabra preocupación, como sugiere el propio término, significa ocuparse de algo antes de tiempo.

Cuando estamos preocupados por el mañana, no logramos disfrutar el presente, el hoy, el momento presente. Es decir, las preocupaciones paralizan el presente y, lo que es más grave, inmovilizan el aquí y el ahora..

¿Cuántas veces te ha pasado que no has podido conciliar el sueño porque estabas dándole vueltas a un problema? Este derroche de energía, utilizado para evaluar una infinidad de posibilidades, provoca un cansancio físico y mental que tendrá el efecto contrario al deseado: cuando tengamos que afrontar y gestionar el problema en cuestión, estaremos agotados y nuestra capacidad de toma de decisiones se verá comprometida.



Esto ocurre si el problema es real y concreto. ¿Cuántas veces reflexionas sobre un problema imaginario?

Hay personas que caen en un túnel infinito de preocupaciones, creando monstruos imaginarios, una infinidad de consecuencias desagradables que pueden ocurrir en un período de tiempo más o menos largo..

Estas personas no viven el presente, el momento, porque están demasiado preocupadas por resolver problemas que en el 90% de los casos ni siquiera se producirán. Los humanos somos una especie interesante, ¿no?

Nos gusta arruinar nuestras vidas sin razón.

Y no confundas la falta de preocupación con la pereza o la irresponsabilidad, porque los que no están preocupados abordarán el problema o asunto cuando sea necesario, mientras que los perezosos o irresponsables evitarán abordarlo por completo..

En este punto te animamos a deshacerte de tus preocupaciones, practica la “vida sin preocupaciones”, es decir, ¡una vida sin preocupaciones!

¡Cortalo!

Cuando tu mente se prepare para correr un maratón de 50 problemas imaginarios, detente. Déjalo respirar. Cuando tu vida va a un ritmo acelerado y tus pensamientos van al 100 por hora, debes saber que esta velocidad empuja tu mente más allá de la racionalidad, hasta el punto de querer abrazar el futuro.. Conviértete en futurólogo, haz predicciones tan fatídicas e improbables como tu grado de preocupación.



Se racional. Haz un análisis reflexivo

Ante una preocupación recurrente, intenta caricaturizarla. Esto no significa que haya que ridiculizarlo o evitar tomarlo en consideración, sino llevarlo al extremo, que es imaginar qué es lo peor que puede pasar.. Verás que no es tan malo como pensabas. Si lo piensas con calma, comprenderás que las posibilidades de que suceda lo peor son insignificantes.

Hay cosas que escapan a nuestro control, como la vida, la muerte, los desastres naturales o los accidentes. Y en lo que nos importa, nada cambia, no ayudará. Tienes que aprender a vivir la vida sin preocupaciones, así estarás mejor preparado para hacer frente a este tipo de situaciones en caso de que se presenten. Tu mente no se agotará por la constante anticipación de lo que te puede pasar o no y entonces podrás resolver el asunto con éxito..

Delegar a otros

Aunque te enfermen, los problemas de tu pareja (o de cualquier otra persona) no te conciernen, son sus problemas. Sé empático y trata de ayudarlo en lo que puedas, pero no te apropies de sus dilemas.. No te molestes con los problemas de otras personas que no te conciernen, ya has tenido suficiente de los tuyos.

Olvídate de los "si" y los "peros"

Los "si" son esos amigos imaginarios que tienen la buena costumbre de interrumpir tus pensamientos, desencadenando infinidad de dudas.. “¿Y si no es la decisión correcta…?”, “¿Y si mañana me despiden…?”.


Los "si", en lugar de ayudarte, te provocan un estrés innecesario. Si la decisión es incorrecta, el error le será útil la próxima vez. Si te despiden mañana, entonces no te preocupes porque puedes trabajar como un adivino exitoso gracias a tus "si".


Porque, la mayoría de las veces, los "si" están equivocados. En consecuencia, calcule el tiempo de la semana que puede dedicar a estos pronósticos y comience a pensar en formas más constructivas de usarlos..

Centrarse en el presente

Cuando te rodeas de demasiadas preocupaciones, no te importa el tiempo real. Vives en un mañana ficticio que te impide disfrutar de un café con un amigo, un libro que tenías muchas ganas de leer, una conversación o, simplemente, la maravillosa sensación de relajarte y no pensar en nada..


Aprende a deshacerte de las preocupaciones. Sal, respira, observa, escucha, saborea y siente cada momento. Con todos los sentidos que tienes a tu disposición. El tiempo vuela y los momentos pasados ​​nunca regresan. ¡Deja a un lado tus "si" y tus "peros", porque hoy tienes otras cosas más bonitas que hacer!

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