Admiración y amor: ¿cuál es la diferencia?

Admiración y amor: ¿cuál es la diferencia?

La admiración y el amor son dos sentimientos que muchas veces se confunden entre sí. A veces van de la mano, a veces no

Admiración y amor: ¿cuál es la diferencia?

Última actualización: 01 agosto 2020

Una fina línea separa la admiración y el amor.. Tan sutil que no es raro confundir los dos sentimientos, conectados por dinámicas complejas. Se puede admirar sin amar, pero no se puede amar sin sentir admiración.


La cuestión se vuelve confusa si pensamos que durante el enamoramiento se produce una cierta idealización de la persona amada. En esta primera fase de la relación, la admiración y el amor son casi indistinguibles. Con el tiempo, uno u otro comienza a prevalecer. Eventualmente, todo se filtra del corazón y la mente.


La belleza física puede despertar deseo y admiración, de forma muy intensa. También en este caso los dos sentimientos pueden confundirse con el amor. Lo mismo sucede en otras circunstancias; por ejemplo, la celebridad o el poder son capaces de generar tanta admiración que a veces se confunden con el amor.

“Amar significa admirar con el corazón, pero admirar es amar con la mente”.

-Teófilo Gautier-

Admiración y amor, juntos y separados

De una forma u otra, donde hay amor también hay admiración. En este caso los dos sentimientos van de la mano. Sin embargo, no sucede lo mismo si invertimos los términos. Es decir, el amor no siempre está presente donde está presente la admiración.

La complejidad de esta lógica deriva de la tendencia a idealizar a los demás cuando corresponden, de alguna manera, a nuestras expectativas o necesidades. La relación entre los dos términos es aún más complicada, porque a menudo llamamos "amor" al deseo de "ser amado".


Idealizar a una persona significa atribuirle cualidades que no posee o exagerar las que posee. A menudo sucede en la fase de enamoramiento. Todavía no conoces bien a tu pareja y lo miras a través de un filtro: el deseo de que sea una persona fantástica. En este caso, la admiración y el amor están presentes, pero tienen bases débiles, porque en parte son expectativas y fantasías.


Algunos, en cambio, quisieran ser amados por la persona más popular, más atractiva o más poderosa. El amor que eventualmente reciben aumenta su estado emocional o social. Es una situación que puede llegar a ser fervientemente deseada y que puede confundirse con el amor.

Admiración y autoestima

Las personas con baja autoestima a menudo idealizan el amor y tienden a enamorarse de alguien que se considera por encima del promedio. De esta forma, el supuesto sentimiento de amor se inspira en una supuesta admiración. Es, al fin y al cabo, un intento de recuperar algo de amor propio a través de la aprobación y el amor de alguien a quien se le atribuye ese poder..

Hay varios estereotipos en nuestra cultura que nos dicen qué es digno de admiración y qué no.. Si habláramos en términos “comerciales”, podríamos decir que nos inclinamos por quien corresponde a la figura del cliente ideal, aquel que tiene los parámetros requeridos: bello, atlético, con posibilidad de consumo y muy autodeterminado.

Los que tienen sed de aceptación buscarán un estereotipo para confiarte un cariño aparente. Es una forma de sentirse integrado y evitar el fantasma del rechazo. Sin embargo, aquí no hay ni admiración ni amor, sino sólo un duro y fuerte rechazo hacia uno mismo.


Sana admiración y sano amor.

El verdadero amor no debe preocuparse por despertar el amor en el otro, sino por entregarse por el bien del otro. No es un sentimiento que "ciega" y no surge de la mañana a la noche. Requiere conocimiento, aceptación y, por supuesto, admiración. En este caso un sentimiento de verdadera admiración.

El amor encierra admiración porque hemos logrado profundizar en la relación, descubrir las cualidades de la pareja, muchas de las cuales no se manifiestan a simple vista. Y la forma en que se reciben estos descubrimientos es positiva. No hay interés en utilizarlos, solo afecto y alegría por haberlos encontrado.


La admiración es, pues, fruto de la reflexión. Implica reconocer en el otro aquellas virtudes, habilidades o cualidades que consideramos valiosas. Admiramos a un artista por su talento, a un líder por su tenacidad oa un maestro por su sabiduría. Nada de esto tiene nada que ver con el amor en el sentido romántico. Por eso se puede admirar sin amar, pero no al revés.

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