Adolescentes: la enfermedad de los adolescentes

Adolescentes: la enfermedad de los adolescentes

Adolescentes: la enfermedad de los adolescentes

Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.

Última actualización: 14 de diciembre de 2021

Hace unos meses, se viralizó en Internet la historia de una adolescente que, tras llegar tarde a la escuela, le pidió a su madre que le escribiera una excusa. La madre, probablemente sorprendida por el descaro de su hija, hizo gala de originalidad, justificando el retraso de la niña con un mal llamado adolescente.



La madre, Nicole Poppic, publicó en sus redes sociales la justificación escrita para su hija: "Esto es lo que pasa cuando llegas tarde por tus elecciones sin sentido y me pides una excusa".

La justificación que le escribió a su hija, Cara, fue así: “Cara llegó tarde esta mañana por la adolescencia. La enfermedad se está extendiendo por todo el país, pero todavía no hay cura. Presenta diferentes síntomas, pero esta mañana mi hija acusaba una severa incapacidad para levantarse de la cama, y ​​también un repulsivo deseo de responder mal a la mujer que la trajo al mundo. Se sintió mucho mejor después de que le tiré el teléfono por la ventana. Llámame si vuelven los síntomas”.

“La adolescencia es un nuevo nacimiento, a medida que en ella surgen rasgos humanos más completos e intensos”.

-Stanley Hall-

La adolescencia es el comienzo de la metamorfosis

El psicólogo Stanley Hall, considerado un pionero en el estudio de la adolescencia como etapa del desarrollo, describió la adolescencia como un segundo nacimiento en el que se produce una suerte de resumen de las vivencias de la infancia, con el añadido de una serie de crisis y aprendizajes.

La adolescencia es una etapa que va de los 12 a los 20 años y que ve la sucesión de una serie de cambios no solo físicos, sino también cognitivos, emocionales y existenciales. Por eso, en esta fase de la vida se tiende a cuestionar el mundo y el papel que uno juega en él.



La revolución tiene lugar en todos los aspectos, ya que la persona se encuentra perdida en una auténtica montaña rusa emocional y cognitiva que la lleva a comportarse de forma "revolucionaria".

La rebelión de las hormonas y la nueva posición socioemocional justifican la "enfermedad" de la adolescencia a los ojos de todos.

Una de las preguntas más comunes entre los padres es por qué, si el adolescente ya ha desarrollado la capacidad de pensar como un adulto, no actúa como tal. Esta pregunta tiene una respuesta clara: la madurez cognitiva y la madurez emocional no van de la mano.

Por esta razón el adolescente suele ser emocionalmente inmaduro en muchos aspectos, llegando a ser casi fluctuante, explosivo y temperamental (todas las características se remontan a la adolescencia). Sin embargo, es precisamente gracias a la madurez cognitiva o de pensamiento que el adolescente inicia la búsqueda de su propia identidad o esencia personal.

Por regla general, el adolescente ha desarrollado habilidades emocionales que lo ponen al mismo nivel que un adulto. Sin embargo, a diferencia de este último, no puede confiar en toda su experiencia, por lo que se centra principalmente en el análisis de ese mundo emocional del que intenta absorber al máximo.

Es frecuente que durante este particular abismo de emociones, el adolescente manifieste regularmente estados de ánimo negativos y emociones de gran intensidad, confundiéndolos ya que muchas veces son simultáneos.  

Esta activación emocional implica tal sobrecarga que el adolescente es incapaz de dar pleno sentido a todas sus emociones, al menos no a primera vista. Sin embargo, es bueno tener en cuenta cómo este aluvión de experiencias le ayudará a tomar conciencia del complejo conjunto de emociones, pensamientos, acciones y situaciones psicosociales que le rodean.


Tres factores que explican las complejas relaciones familiares durante la adolescencia

Millones de padres en todo el planeta se volverán a ver en la situación de la que hablamos, o adolescente. Un hijo o hija adolescente, en su afán por mantener una actitud exuberante y desafiante, se encontrará rebelándose contra las normas impuestas por la familia o la sociedad.


Tenga en cuenta que esta es una fase muy confusa para el adolescente. donde cuesta encontrarse, donde uno cambia y se reinventa. Es una fase en la que reina la inestabilidad, por lo que es difícil ver la luz al final del túnel.

La complejidad de las relaciones familiares durante la adolescencia, dejando de lado las diferencias individuales, se puede resumir en los siguientes tres factores.

1. Conflictos con los padres y con la posición en la sociedad

A menudo sucede en esta etapa que los adolescentes son tratados como niños, pero se les exige que se comporten como adultos., alterando un poco su visión de la madurez y las certezas que tienen de sí mismos. Al hacerlo, surge una etapa conflictiva entre ellos y la sociedad.

Este es un fenómeno muy específico llamado desincronización. Se produce cuando el desarrollo personal del individuo se produce de forma cada vez más precoz, mientras que la integración de la persona en el mundo adulto y laboral se produce de forma tardía. Esto prolonga la adolescencia y muchas veces empeora los conflictos familiares.

2. Cambios en el estado de ánimo

El adolescente es, por definición, emocionalmente inestable. Sus cambios de humor son más bruscos que nunca y lo llevan a experimentar estados de ánimo extremos y negativos con mayor frecuencia. En promedio, experimenta una cantidad mucho mayor de sentimientos negativos durante el mismo día que los adultos y los preadolescentes.


Al mismo tiempo, se vuelve aún más inestable, intenso y negativo si no puede contar con la popularidad entre sus compañeros, si tiene un bajo rendimiento académico o si se ve obligado a vivir conflictos familiares como el divorcio. La adolescencia, siempre teniendo en cuenta las diferencias individuales, es una etapa de la vida que fácilmente corre el riesgo de volverse "emocionalmente complicada".


3. Conducta peligrosa

Los adolescentes, impulsados ​​por el deseo de ir en contra de lo establecido, adoptan fácilmente conductas ilegales, antisociales, temerarias o, en definitiva, de cierto riesgo. A diferencia de los cambios de humor y los conflictos familiares, estos comportamientos son más frecuentes en la adolescencia tardía o la juventud temprana.

Esta tendencia se explica por la impulsividad y el deseo de buscar nuevas emociones. Estos factores, combinados con lo especificado anteriormente, nos ayudan a comprender que se trata de un período crítico que requiere la supervisión y orientación de los padres (a la distancia adecuada y siempre teniendo en cuenta las circunstancias).

No debemos olvidar que durante la adolescencia el individuo absorbe todo lo que ve y experimenta a su alrededor, por lo que es bueno cuidar las apariencias. No existe una varita mágica que pueda ayudarnos a gestionar esta fase, sin embargo es posible iniciar una fase de preparación para la adolescencia similar a la que se produce cuando un bebé está a punto de llegar a la familia.

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