Última actualización: 16 marzo, 2022
El amor líquido es un concepto interesante enunciada por el sociólogo Zygmunt Bauman.
Esta imagen poética pero desconsolada encierra una realidad que parece bastante frecuente hoy en día: la fragilidad de los lazos.
Una idea ligada a la esencia misma de la sociedad actual en la que se valora demasiado lo efímero, el consumismo puntual que satisface una necesidad momentánea que luego se desecha.
No nos referimos sólo a las relaciones interpersonales, sino también a la relación que establecemos con nosotros mismos, o lo que el mismo Bauman llama “la liquidez del amor propio”.
Para amar a otra persona de manera madura, primero hay que amarse a uno mismo.
Falta de autoestima y amor propio., por lo que acabamos perdiendo a los demás, es una constante en la sociedad actual.
Profundicemos en este interesante concepto del amor líquido. Un amor que está cada vez más presente en nuestra sociedad y del que debemos ser conscientes.
Amor líquido e individualidad
Establecer un vínculo fuerte no es fácil para muchas personas.. Requiere un sentido de responsabilidad y compromiso que quizás no estés dispuesto a asumir.
También es posible que se imponga el factor miedo e incluso una inmadurez personal, pero es imposible concebir una relación verdadera, sólida, estable y duradera.
El propio Bauman explica que muchas relaciones hoy en día son "conexiones" en lugar de "relaciones". Ya no hablamos solo de la primacía de las nuevas tecnologías y las redes sociales, que nos unen con más personas en el momento que elegimos.
Este concepto va más allá. El individualismo busca únicamente satisfacer necesidades específicas con un principio y un final; de ahí la idea del amor líquido, de las emociones que no se pueden contener y que se escurren fugazmente de las manos hasta desaparecer.
Vivimos en un mundo dinámico donde lo real a veces se une a lo virtual, una modernidad líquida donde muchas cosas parecen salirse de control.
Formamos relaciones inestables porque nuestra sociedad parece fomentar interacciones más flexibles. Y no solo hablamos de relaciones, también pensamos en la educación de los más pequeños.
Les ofrecemos numerosos juguetes, tecnologías, establecemos una dinámica basada en el chantaje por la que cada objetivo alcanzado corresponde a un nuevo regalo.
Los arrojamos casi involuntariamente a una sociedad de consumo carente de valores y criamos individuos que se vuelven tiranos, que no reconocen límites y que, de alguna manera, ellos también terminan convirtiéndose en líquidos.
Sus amistades nacen en las redes sociales, y para cerrar una tienen que hacer clic en "bloquear".
La importancia del amor propio para combatir el amor líquido
Las personas no son bienes de consumo., ni tenemos una obsolescencia programada como cualquier electrodoméstico. Pensamos, sentimos y amamos. Pero siempre debemos partir de nosotros mismos, viéndonos como personas dignas de amor.
El amor líquido siempre nos deja con una sensación de vacío, hambrientos y profundamente insatisfechos. ¿Para qué lo necesitamos? ¿Por qué vivir con tanta incertidumbre?
A veces, el amor líquido se esconde detrás de él. inseguridad personal. No verse capaz de mantener un vínculo lo suficientemente fuerte como para pensar en el futuro con otra persona.
La inseguridad es un reflejo de la autoestima que no se ha desarrollado adecuadamente. Donde uno busca sólo una satisfacción específica, uno huye.
Cualquier compromiso puede mostrar nuestra falta de competencia, nuestra inmadurez. Pero, ¿por qué no darle una oportunidad?
En esta vida nada es seguro y todos andamos a tientas en la niebla; si comenzamos a confiar, avanzaremos con mayor seguridad, apostando a la estabilidad. Por el auténtico compromiso con nosotros mismos y con las personas que nos rodean.
Conclusiones
Bauman dice que para ser feliz hay que tener en cuenta dos valores esenciales: libertad y seguridad. Seguridad sin libertad es esclavitud, pero libertad sin seguridad es caos total.
Todos necesitamos ambas dimensiones para encontrar el equilibrio en nuestras vidas. ¿Estás de acuerdo?