Hay relaciones en las que la ansiedad es el elemento predominante, porque uno o ambos sienten una especie de profunda desconfianza hacia el otro. En ocasiones esto se debe al llamado apego ansioso que algunas personas desarrollan hacia su pareja; otros porque la pareja es esquiva o indolente.
Última actualización: 18 septiembre, 2022
El apego ansioso perfila un vínculo en el que predominan la inquietud, la posesividad y la inseguridad. Por lo general, dicha relación se establece debido a problemas no resueltos con uno o ambos socios. Otras veces, sin embargo, el comportamiento ansioso es provocado o alimentado por uno de los dos miembros.
Si bien existe una inseguridad básica, no siempre es quien la vive quien nutre o activa este tipo de relación. En otras palabras, a veces la relación se convierte en motivo de ansiedad por la actitud de la pareja.
No es fácil distinguir un caso de apego ansioso de uno en el que la ansiedad es desencadenada por una pareja esquiva. Por esta razón, muchas personas no logran responder a la pregunta: "¿Es mi inseguridad la que me lleva a sentir ansiedad por mi pareja o es mi pareja quien se comporta de una manera que haría que cualquiera se sintiera ansioso?"
“La ansiedad no se puede evitar, pero se puede reducir. El problema del manejo de la ansiedad consiste en reducirla a niveles normales y utilizar la ansiedad normal como estímulo para aumentar la percepción, el estado de alerta y las ganas de vivir”.
-Rollo May-
El apego ansioso en la pareja
El apego ansioso, también llamado apego inseguro-ambivalente, define un vínculo en el que existe un gran deseo de intimidad con la pareja, pero al mismo tiempo hay un miedo profundo de perderlo. Este sentimiento conduce a una vivencia aprensiva de cualquier manifestación, por mínima que sea, de extrañamiento o rechazo.
La persona ansiosa, de hecho, interpreta así muchos comportamientos que en realidad no indican retraimiento o rechazo. Viviendo cada situación de esta manera, prevalece una gran desconfianza hacia la pareja y todo lo que le concierne. A menudo hay una reacción desproporcionada a comportamientos que son completamente normales.
En estos casos, la reacción del compañero es decisiva. Lo ideal es que adoptes una actitud comprensiva y comprendas que la ansiedad de tu pareja proviene de una profunda inseguridad y, en ocasiones, de un trauma psicológico no resuelto.
Una persona que sufre de apego ansioso necesita calidez, comprensión y seguridad. Si aprende a confiar en su pareja, lo más probable es que su ansiedad disminuya.
El compañero esquivo
Quienes tienen un apego ansioso no necesitan de una persona que se haga cargo de sus inseguridades y miedos, y mucho menos tienen que relacionarse con quienes los aumentan. Una pareja esquiva, de hecho, alimenta la ansiedad de la persona con la que está y fortalece su apego, que sólo es dañino.
Muchas veces lo hace sin darse cuenta, pero también puede convertir la relación en un juego de poder hacia la pareja. Un compañero escurridizo es aquel que, ante el conflicto, huye o permanece en silencio.
Y también los que intentan resolver los problemas a la ligera sin profundizar en lo que está pasando o los que intelectualizan todo impidiendo que las emociones afloren. Incluso aquellos que se irritan o se sienten incómodos cuando su pareja llora o tiene dolor.
Otro rasgo esquivo de la personalidad es la falta de emotividad. Para los ansiosos, es perjudicial tener como pareja a alguien que tiene dificultades para tener una relación, que odia los compromisos o que no quiere estar conectado.
También están quienes ridiculizan o minimizan las emociones de su pareja; esta actitud aumenta sus inseguridades.
¿Soy yo o es él/ella?
Muchas veces es difícil entender si la pareja está formada por un miembro que sufre de apego ansioso crónica, con todas las consecuencias del caso, o si existe un apego normal que se vuelve ansioso porque la pareja dice y hace cosas que aumentan las inseguridades no resueltas de la pareja.
Para responder a la pregunta de si es apego ansioso o comportamiento evitativo lo que prevalece en una relación, es importante identificar miedos que son ciertos:
- Miedo a que la pareja no quiera comprometerse.
- Miedo a que un conflicto no pueda resolverse porque la otra persona se niega a afrontarlo.
- Miedo a no ser escuchado o comprendido por la pareja.
- Miedo a ser vulnerable.
Si alguno de estos miedos está presente, probablemente el compañero es esquivo. Otros miedos, especialmente si son intensos, indican en cambio el predominio de un apego ansioso en lugar de una pareja esquiva. Nos referimos al miedo a perder a la otra persona, a que nuestra pareja se enamore de otra persona, a que deje de querernos o al miedo a estar solo.
