exigen la libertad a la que tienen derecho.A veces esta situación se ha prolongado durante años de tal manera que cuando la cuerda está demasiado tensa, la relación se puede romper irreparablemente. Para no asumir el papel de controlador posesivo, una de las principales características que debemos desarrollar es lo que se conoce como "autonomía emocional".
Cuando las personas no tienen suficiente autocontrol, tienden a querer controlar todo lo que les rodea, lo que significa que quieren controlar a los demás. Este es un comportamiento típico de las personas inseguras, especialmente desde el punto de vista emocional. De hecho, las personas más dominantes y celosas en una relación son las más inseguras mientras que los líderes más autoritarios son también los menos capaces. La explicación de este fenómeno es simple: ya que estas personas no saben cómo controlarse y muchas veces son víctimas de sus propias inseguridades y miedos, tratan de hacer todo lo posible para controlar su entorno. Evidentemente, esto les genera muchos problemas en las relaciones interpersonales y poco a poco logran sofocar la independencia de quienes les rodean. Hasta que llegamos a un punto en el que se rebelan
exigen la libertad a la que tienen derecho.A veces esta situación se ha prolongado durante años de tal manera que cuando la cuerda está demasiado tensa, la relación se puede romper irreparablemente. Para no asumir el papel de controlador posesivo, una de las principales características que debemos desarrollar es lo que se conoce como "autonomía emocional".
exigen la libertad a la que tienen derecho.A veces esta situación se ha prolongado durante años de tal manera que cuando la cuerda está demasiado tensa, la relación se puede romper irreparablemente. Para no asumir el papel de controlador posesivo, una de las principales características que debemos desarrollar es lo que se conoce como "autonomía emocional".