Última actualización: 03 de febrero de 2018
Darwin nos enseñó que todo el que viene al mundo lleva consigo una gran cantidad de recursos que le permiten sobrevivir de una forma u otra. Como explica Abraham Maslow, la supervivencia forma la base, mientras que la autorrealización está en la cima de la pirámide jerárquica, en el vértice del árbol de clasificación de nuestras necesidades.
Nuestras raíces nos permiten mantenernos vivos, pero eso no significa que las hojas o los frutos sean menos importantes. Abraham Maslow estaba muy interesado en las cualidades de las personas que parecían vivir de forma más plena, saludable, regulada y adaptada. Según Maslow, cada individuo tiene el potencial de autorrealización, motivado por el deseo inherente de acercarse a la persona que quiere ser.
Eduardo Punset, por su parte, explica que, a diferencia del resto de animales, nuestro ciclo de vida nos permite plantearnos dos objetivos diferentes y relacionados: el mantenimiento y cuidado del organismo y la consecución de la felicidad (este último favorecido por el crecimiento de la esperanza de vida en nuestra especie).
Autorrealización: características
En 1963 Abraham Maslow afirmó que las personas autorrealizadas comparten algunas características:
- Son eficientes y precisos en la percepción de la realidad.
- Se aceptan a sí mismos, a los demás ya la naturaleza.
- Son espontáneos en sus pensamientos y emociones. Son más naturales que artificiales.
- Se centran en los problemas, se preocupan por cuestiones filosóficas.
- Son independientes y autónomos.
- Están dotados de frescura a la hora de asociar conocimientos e ideas.
- A menudo experimentan "sentimientos oceánicos", siendo uno con la naturaleza que trasciende el tiempo y el espacio.
- Se identifican con la humanidad: son democráticos y respetuosos con los demás.
- Construyen vínculos profundos, pero solo con unas pocas personas.
- Tienen un sentido del humor filosófico, reflexivo y no hostil.
- Recurren a la creatividad para encontrar soluciones y tienen estrategias para despertarla cuando sienten que está dormida.
- Mantienen un desapego interno de la cultura en la que viven.
- Son lo suficientemente fuertes, independientes y tienen mucha confianza en sí mismos, tanto que en ocasiones pueden parecer temperamentales e incluso insensibles.
Autorrealización Intensa: Experiencia Máxima
Maslow usó el término "experiencia máxima" para referirse a momentos de intensa autorrealización.. Durante estas experiencias, las personas sienten que están conectadas con los elementos de su entorno. El psicólogo Mihalyi Czikszentmihalyi (1975, 1988) desarrolló el concepto de Flujo.
Este término hace referencia a experiencias óptimas, en las que la percepción es más aguda y se produce una pérdida del sentido del tiempo. Los sentimientos que se experimentan suelen ser de admiración, asombro e incluso éxtasis. Puede ocurrir de forma pasiva, escuchando una canción o mirando una obra de arte. Aunque suele darse cuando la persona está totalmente inmersa en una actividad productiva.
Curiosamente, la experiencia de flujo se compone de algunos componentes principales: objetivos claros y alcanzables, alto grado de concentración y atención, retroalimentación directa e inmediata, equilibrio entre el nivel de habilidad y el desafío, y una motivación inherentemente gratificante.
“La meta principal es la autorrealización íntima del Ser, que no debe ser descuidada por metas secundarias, y el mejor servicio que se puede hacer a los demás es la liberación de uno mismo”.
-Buda Gautama-
Fluye primero, luego sé feliz
Lo cierto es que un estado de felicidad y autorrealización se puede alcanzar a través de un proceso consciente. Sucede cuando nuestra atención se centra en "algo" que luego nos produce una sensación agradable.
Cabe recordar que Csikszentmihalyi usó la palabra fluir para describir el estado mental que experimentan las personas cuando parecen mantener un alto grado de concentración sin ningún esfuerzo, incluso con cierto placer. Este concepto hace referencia a la sentimiento y emoción de aquellas acciones o movimientos que al principio rara vez están motivados por factores externos y que al final nunca lo son..
Pero estas experiencias no tienen que ser agradables. Como dice el autor, cuando fluimos no somos felices, pero no podemos ser felices sin estas experiencias de flujo. Recordamos que la felicidad está íntimamente ligada a nuestros estados interiores. Fluir significa que nuestra atención está totalmente enfocada en la tarea. Una vez completado, podemos centrarnos en nuestro estado, mirar hacia atrás y ver qué sucedió.
“En cierto sentido, aquellos que están 'en flujo' no son conscientes de la experiencia en ese momento; sin embargo, cuando reflexionan, sienten que han estado plenamente vivos, totalmente realizados y envueltos en una 'experiencia cumbre'"
-Gardner, 1993-
La secuencia del concepto de flujo sería esta:
- acción: hacemos algo y nos concentramos totalmente en la tarea.
- visión: después de la finalización de la acción, se evalúa lo que sucedió. Mirando hacia atrás, apreciamos la experiencia.
- Emocion: para experimentar la felicidad, uno debe concentrarse en los propios estados internos, y es en este punto que uno puede decir que es feliz.
La filosofía de Csikszentmihalyi concibe el verbo vivir como una fusión armoniosa de hacer, pensar y sentir. Ponerse metas y alcanzarlas sin sentir que ha habido un sacrificio nos permite llegar a lo más alto, a la autorrealización, pero también a fluir en y desde nuestro interior hacia la búsqueda de la felicidad.
"Si quieres entender la palabra felicidad, debes entenderla como una recompensa y no como una meta".
-Antoine de Saint-Exupéry-
referencias:
Punset, E. (2009). “En busca de la felicidad”, Editorial: Fazi.