Última actualización: 12 de junio de 2017
Cuando te sientas perdido, cuando sientas que te falta algo, pero no sabes qué, cuando lo que antes te hacía feliz ya no tiene éxito o cuando te falten energías vitales, detente y búscalo dentro de ti. La mejor versión de ti es aquella que te hace sonreír cada mañana y que no pierde el placer de disfrutar la vida.
Tu cuerpo y tu mente te están hablando, te están pidiendo que te detengas un momento para poder hacer una búsqueda en lo profundo de ti. Escuche atentamente y pregúntese: ¿qué es lo que quiero? A veces vamos como robots y no tenemos tiempo, durante el día, para parar y tomar conciencia de lo que nos pasa, de cómo nos sentimos o si realmente estamos donde queremos estar.
Los deberes son parte de nuestra vida diaria, pero... ¿De verdad dedicamos tiempo a nosotros mismos ya lo que nos hace felices? Debemos encontrar en nosotros mismos aquello que nos hace sonreír y nos motiva a seguir disfrutando de las oportunidades que surgen de nuestras acciones.
Son los pequeños detalles los que nos ayudan a reconciliarnos con la vida. Para ello basta una ducha caliente, un café recién hecho, algo de música al caminar, una cerveza después del trabajo, ver una buena película o leer el final feliz de un libro. Solo cuenta un chiste, besa y deja que te besen, haz reír a los demás...
Si pudiéramos tomar conciencia de todo esto, también seríamos capaces de detenernos y encontrarnos con nosotros mismos. Elimina el modo automático de "must" y "must" y entra en el modo de "disfrutar de la vida", aunque sigas haciendo las mismas actividades de siempre.
Busca excepciones, rompe tus propias reglas
A veces vivimos siguiendo unas reglas (demasiado rígidas y rigurosas) que nos imponemos nosotros mismos. Son reglas que nos obligan a llevar un peso que nos impide despegar y luego volar. Si llevamos una mochila muy pesada sobre los hombros, entonces será difícil poder sentirnos ligeros, será más difícil seguir adelante con tranquilidad y libertad, será más fácil ceder a la tentación de seguir un camino que no nos conviene tomar.
Cuando hablamos de buscar excepciones, nos referimos a que tenemos horarios y deberes que no podemos ignorar, pero a veces es bueno encontrar un tiempo para no hacer nada, posponer un poco el deber y descansar. o simplemente déjalo fluir. Recupera fuerzas, respira y luego vuelve a la vida como siempre con una gran sonrisa.
Las leyes y las normas también están hechas para romperse y, sobre todo, para adaptarse a nuestras necesidades. Hacemos nuestros planes, pero de tal forma que sean lo suficientemente flexibles como para poder adaptarlos a los imprevistos y, en ocasiones, incluso a algunos de nuestros caprichos o deseos. Para sentirnos completos y felices, para ser nosotros mismos. Ciertamente no queremos entrar en un molde, queremos ser felices y crear la persona que somos.
Si hay algo que nos mantiene unidos, que nos impide ser nosotros mismos, que nos impide disfrutar de la vida, entonces tenemos que hacer algunos cambios. Tal vez no podamos cambiar lo que ya sucedió, pero podemos cambiar la forma en que vemos esos hechos. Es importante buscar un punto de vista que nos permita ser libres y contemplar la vida de una manera más positiva..
Ver los desafíos y oportunidades
Un nuevo trabajo, un viaje a una ciudad desconocida, conocer gente nueva de diferentes culturas, explorar un nuevo lugar, apuntarse a nuevas actividades pueden ser algunas de las cosas que nos empujan a dar un salto al vacío, pero también nos permiten conocer una nueva parte de nosotros mismos y divertirnos.
Los peligros de entrar en un mundo desconocido pueden hacernos sentir vulnerables y es por eso que muchas veces no tenemos el coraje de saltar. Quizá el camino que más nos conviene sea precisamente el que nos bloquea el miedo. Detrás de nuestros miedos, se esconden esos preciados tesoros.
¿Cómo nos comportaríamos y qué decisión tomaríamos si no tuviéramos miedo? Puede ser una buena pregunta que te hagas para abrir una nueva puerta. Si buscamos dentro de nosotros mismos, encontraremos todas las herramientas necesarias y quizás esa zona inexplorada de nuestro ser pueda darnos mucho más de lo que pensamos y, así, hacernos más felices.
Ver retos y oportunidades, obstáculos y oportunidades donde otros solo ven trampas y adversidades es una virtud que podemos trabajar y, sobre todo, de la que podemos alegrarnos. La felicidad se encuentra en las pequeñas cosas de cada día. Depende de cada uno de nosotros tomar conciencia de ello para disfrutar un poco más de la vida.. A veces solo necesitamos detenernos por un momento y darnos cuenta de todas las cosas maravillosas que nos rodean.