Última actualización: 24 marzo, 2022
El sol se puede tapar para siempre;
el mar se secará en un instante;
el eje de la tierra puede romperse
como un cristal frágil.
¡Cualquier cosa podría pasar! voluntad de muerte
cúbreme con su velo fúnebre;
pero nunca en mi se extinguirá
la llama de tu amor.
Gustavo Adolfo Bécquer
No sabes cuánto te amo y cuánto te amaré. Seguro que puedes imaginarlo bien, porque no hay persona en este mundo que sea capaz de amar tan inmensamente como tú.
Lo intento, créeme, pero soy incapaz de expresar todo lo que siente mi corazón cuando pienso en ti. Eres una gran mujer, llena de títulos de los que no presumes, y lo suficientemente fuerte como para poderlo todo, especialmente cuando algo amenaza la felicidad de las personas que amas.
Cuando era niño, pensaba que eras una especie de superhéroe, pero ha pasado mucho tiempo desde entonces... pero hoy estoy seguro de que lo eres. Graduada en amor, en todo momento te hiciste cargo de mis heridas en mis rodillas y corazón, sanando con tus besos todo mi dolor.
Mi maestra de vida, mi enfermera, mi confidente, mi eterna compañera… Siempre has sabido aplacar mis preocupaciones y valorar mis sacrificios. Algún día me contarás cómo adquiriste esta gran habilidad, porque ser tu hija es un gran privilegio y quiero que mis hijos sientan lo mismo por mí.
Aunque a veces te sientas derrotado, veo en tus ojos que las batallas del día a día y de la vida no han podido doblegarte. Sé que esto nunca sucederá, porque tu valor y fuerza han servido para mantener a una familia. Este es tu inmenso poder.
¿Cómo puedo estar tan seguro? Por muchas razones, pero sobre todo porque llevas años forjando espadas y escudos para toda la familia con el acero más resistente, y ahora cuentas con un gran ejército que protegerá tu corazón para siempre.
Tu amor es el responsable de que yo no me conforme con nada, mi querer cada vez más y mi necesidad de volver a aprender a apreciar la vida cada vez que sale el sol. Predicaste con tu ejemplo los valores más importantes que poseo hoy y que guardaré para siempre: amar con todo mi corazón, tener una mano para dar y otra para recibir, ser humilde y sentirme orgulloso de mí mismo y de mi familia
Has luchado contra el viento y las mareas, has calmado las tempestades más violentas y aunque te he lastimado con mi indiferencia y mi inconsciencia, siempre he encontrado un lugar donde refugiarme, en tus brazos y en tu corazón.
Gracias a ti hoy sé que mis éxitos me pertenecen y que mis sueños no tienen fecha de caducidad. Y cuanto más pequeña me sentía, más me protegías, llenando mis vacíos de desesperación con tus besos. Gracias por haber tenido la paciencia de hacerme comprender mis errores y por ser sobrehumanamente fuerte para soportar las cargas que oprimían mi alma.
Eres mi mayor privilegio y mi mayor regalo. Te lo mereces todo, por darme la vida y mucho más. Tal vez no lo entendí, pero hoy sé que todos tus sacrificios y todos tus deseos fueron para mí. Por esto eres mi felicidad y mi orgullo.
¿Por qué aprendiste a hacer todo con una sola mano, por qué me diste tu parte del pastel sin preguntar, por qué me esperaste hasta altas horas de la noche para que llegara a casa y por qué eres el único que realmente sabe lo que pienso y lo que soy lo siento.
Gracias por ser mi ángel de la guarda, por hacer mi vida más hermosa, por darme tu corazón lleno de amor verdadero y por darme la fuerza para alcanzar lo inalcanzable.