Cada pareja tiene su historia, sus conflictos y dificultades, pero uno de los factores clave que descarrilan la mayoría de las relaciones amorosas es la prisa a la hora de elegir pareja, o dar el paso por inercia, dejándose llevar por las circunstancias. Sin embargo, para que la relación funcione, antes de comprometernos finalmente, tendríamos que hacernos algunas preguntas en las que nunca pensamos lo suficiente.
Lo que es esencial es invisible a los ojos
- Mira a tu pareja con los ojos del alma. Cierra los ojos, imagina que eres ciego y nunca has visto a tu pareja. ¿Qué sientes? ¿Qué se destaca de él / ella? ¿Te gusta lo que ves? En nuestra sociedad nos dejamos llevar por lo que vemos con nuestros ojos, pero casi nunca miramos dentro de las personas. Es cierto que la atracción física es importante, pero eso no es todo, sobre todo cuando se busca a alguien con quien convivir.
- Buscar apertura y capacidad de aprendizaje. Un dicho popular dice "el ignorante no es muy tolerante" y no se equivoca. No intente cambiar a la persona, pero asegúrese de que tenga una actitud abierta hacia la vida y que esté dispuesta a aprender. A lo largo de los años, las parejas que permanecen juntas son las que saben adaptarse y lograr evolucionar.
- Comparte pasiones. Los recuerdos son el "pegamento" que une a la pareja. Recordar los buenos y los malos momentos que vivimos juntos une a las personas. Sin embargo, cuando dos personas son muy diferentes y no tienen pasiones comunes, tendrán dificultades para construir esos agradables recuerdos. Por lo tanto, las probabilidades de que la relación se rompa en la primera crisis son muy altas.
- Busque tolerancia y comprensión. Cada pareja pasa por momentos difíciles y todos cometemos errores. En estos casos, si la persona a su lado no es tolerante, la brecha en la relación se hará cada vez más profunda. Por supuesto, cada persona tiene sus limitaciones, no se trata de aceptar todo y convertirse en un felpudo, pero debes poder adoptar una actitud positiva y estar dispuesto a invertir emocionalmente en la relación.
- Fuerte como un árbol, sensible como una flor. La pareja es la persona en la que buscar apoyo en los momentos más difíciles, por lo que es importante que sea lo suficientemente fuerte para apoyarnos cuando estamos a punto de desmayarnos. Sin embargo, la fuerza no servirá de nada si se convierte en posesión. Por lo tanto, también es importante que la persona sea lo suficientemente sensible como para saber cómo puede ayudarlo. Hay momentos en los que no necesitas decir ni hacer nada, solo necesitas existir. La sensibilidad le permite comprender cuándo es apropiado acercarse y cuándo es mejor dar un paso atrás.
- Alguien a quien puedas contarle todo. La pareja no solo tiene que ser un amante, también tiene que ser un amigo. Por lo tanto, pregúntese: ¿Puedo confiarle algo a esta persona? ¿Estarás dispuesto a escucharme? ¿Es comprensivo y comparte mis valores? Si no puedes confiar en tu pareja y no te sientes cómodo hablando de algunos problemas, es probable que aún no estés listo para dar el paso, o tal vez la persona no sea tu alma gemela.
- Una persona que muestra sus sentimientos. En una sociedad que nos ha enseñado a ocultar lo que sentimos, es muy difícil encontrar personas que sean capaces de expresar sus emociones de forma asertiva y que se comprometan sin reservas en la relación. La mayoría de las personas tienen miedo de expresar sus sentimientos, especialmente cuando se trata de amor, porque piensan que equivale a ponerse en manos del otro. Sin embargo, esta es precisamente una de las claves del éxito de las parejas duraderas: la capacidad de desnudarse emocionalmente frente al otro. Solo así dos personas pueden conectarse profundamente y construir una relación sólida.
PS Elija a alguien que haga su vida más grande, no más pequeña.