Última actualización: 27 de junio de 2018
Puede suceder que te sientas confundido frente a tus emociones. Si no puedes interpretar lo que sientes en ciertas situaciones no te pasa nada, no entender tus emociones es más común de lo que piensas y ciertamente no hay de qué preocuparse.
Esto, sin embargo, no significa que no se pueda hacer nada al respecto. Comprender por qué a veces somos ciegos a nuestras emociones ayuda a ver lo que sucede en nuestro interior y a actuar con mayor conciencia.. Para ello, existen diversas técnicas que conducen a un mejor conocimiento de nosotros mismos.
Para empezar, es importante señalar que muchas personas no pueden entender sus emociones porque no saben interpretar correctamente las señales que les envía su cuerpo. Solemos asociar las emociones con un sentimiento, pero en realidad todas las emociones parten de una sensación física. Esto quiere decir que, independientemente de nuestro grado de confusión, podemos entrar en contacto con una emoción prestando atención a lo que le sucede a nuestro cuerpo.
"Tu intelecto puede confundirte, pero tus emociones nunca te mentirán".
-Roger Ebert-
Porque es difícil entender las propias emociones.
Hay varias razones que explican por qué no es fácil comprender las propias emociones o lo que sucede dentro de uno mismo. A veces esta desconexión con nuestras emociones puede hacernos sentir frustrados; el "vacío emocional" puede ser inquietante cuando se convierte en una forma de sentir.
Veamos con una sencilla explicación cómo reconocer mejor las emociones, cómo gestionarlas de forma eficaz y vivirlas con mayor conciencia.
1- La emoción está en marcha
En los primeros momentos en que surge una emoción, no siempre es fácil identificarla. La reacción física (la primera respuesta del cuerpo) puede confundirse o no percibirse como consecuencia de un estado emocional.
A veces la reacción es tan inesperada que no entendemos lo que está pasando. A veces, ser consciente de que estás experimentando una emoción es casi más importante que identificar la emoción en sí.
2- Experimentar más de una emoción a la vez en un torbellino de sentimientos
Si a veces te sucede que no sabes interpretar una sola emoción, imagina lo complicado que es si dos o más emociones se mezclan en una combinación que es difícil de entender.
Esta competencia entre emociones puede generar incomodidad y confusión. Por ejemplo, puede ocurrir que sintamos tristeza e ira a la vez, dos sentimientos tan fuertes que nos sentimos paralizados o impotentes.
3- No hay palabras para expresar lo que sientes
A veces tenemos una mezcla de emociones que no podemos nombrar, porque no entendemos o porque no existe una definición adecuada para nuestro idioma.
En este caso puede ayudar dividir el sentimiento en las emociones básicas que lo componen.
4- Es la primera vez que sientes una emoción
Es normal sentirse confundido cuando experimentamos un sentimiento por primera vez. Incluso puede ser aterrador o conducir a errores y confusión.
Afortunadamente, esto se resuelve con la experiencia: cuantas más veces se haya experimentado una sensación, más fácil será reconocerla.
5- Desapego de las propias emociones
La disociación puede ocurrir por varias razones, pero la más común es que los sentimientos a menudo han sido reprimidos como mecanismo de defensa en el pasado. Esto hace que sea más difícil comprender las propias emociones en el momento presente..
Por lo general, este mecanismo se pone en marcha en un intento de evitar las emociones negativas, pero acaba expandiéndose a todos los demás, hasta ponernos en la condición de no sentir nada más.
Qué hacer para reconectar con nuestro mundo interior
Lo primero que debe hacer para ponerse en contacto con sus emociones es ser consciente de su presencia y dejar que afloren. Y aunque no siempre es posible, a veces dejar fluir tus emociones es tan simple como respirar. Pueden ayudar a la práctica de la meditación o la atención plena.
Conectar con nuestras emociones requiere la capacidad de conectar con nosotros mismos. Sin embargo, si la situación se complica, no se avergüence de pedir ayuda. A veces, todo lo que necesitamos para reconectarnos con nuestros sentimientos es apoyo externo.
“Cuanto más abiertos estemos a nuestras emociones, más hábiles seremos para leer los sentimientos de otras personas”.
-Daniel Goleman-