Comunicación indirecta: una forma directa de arruinar las relaciones

Comunicación indirecta: una forma directa de arruinar las relaciones

La comunicación indirecta puede ser un recurso valioso en algunos contextos. Sin embargo, quienes lo utilizan en el lenguaje cotidiano generan tensión y sufrimiento.

Comunicación indirecta: una forma directa de arruinar las relaciones

Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.

Última actualización: 15 2022 noviembre

Cuando el uso de la comunicación indirecta es continuo, el mensaje enviado es de tipo perverso. Un verdadero abuso psicológico.

La comunicación indirecta puede ser un recurso valioso en algunos contextos. Sin embargo, quienes lo utilizan en el lenguaje cotidiano con la pareja, la familia o los amigos generan tensión y sufrimiento. Quien dice una cosa, pero deja entender otra entre líneas, entorpece el proceso de comunicación y pone en práctica un maltrato muy perverso. Sobre todo cuando se trata de reproches.



Muy a menudo ignoramos el poder del lenguaje y adoptamos hábitos bastante peligrosos. Incluso podemos llegar a admirar a quienes tienen la habilidad de usar el sarcasmo oa quienes logran obtener información indirectamente a través de un innegable y curioso ingenio.

Por supuesto todo depende del contexto, la situación y el momento. Hay, sin embargo, personas que continuamente hacen uso de esta comunicación oculta, potencialmente dañina y no afectiva. Por lo tanto, debemos preguntarnos, ¿por qué lo usamos si es tan negativo? Hay dos razones principales: la primera es la originalidad, la segunda es que es una forma de comunicación en la que el hablante se protege. Solo usa la fórmula "No quise decir eso".

"La tendencia a la agresión es una disposición innata en el hombre".

-Sigmund Freud-

La comunicación indirecta, como bien sabemos, rara vez es agradable. Porque a través del juego y la manipulación lingüística se nos dice una cosa que puede significar otra. Quizás en determinados contextos, como el de la seducción, el juego puede resultar agradable, pero en la mayoría de los casos no lo es.



El uso continuado de la comunicación indirecta y la comunicación perversa.

El uso de la comunicación indirecta es característico de las personas pasivo-agresivas. Son perfiles utilizados para hacer uso de los insultos, para atribuir culpas, para proyectar silencio cuando las cosas no salen como ellos esperan. Aunque a todo el mundo le puede pasar el uso de frases indirectas en contextos de broma o relajación, es bueno saber reconocer cuando el momento no es el adecuado.

El profesor de psicología de la Universidad de Florida James K. McNulty etiqueta esta dinámica con el nombre de hostilidad indirecta. Es una falta de comunicación deliberada que carece de coherencia entre lo que dices y lo que quieres comunicar. Además, es habitual que el uso de construcciones indirectas vaya acompañado de un lenguaje no verbal que no deje lugar a dudas y malentendidos. Conjunto de miradas, gestos o actitudes que revelan emociones como la ira, el conflicto o el desprecio.

En la mayoría de los casos, nuestra comunicación no verbal es más sincera que la verbal. Por ello, la persona víctima de la comunicación indirecta procesa primero el mensaje lanzado por la mirada o el tono de voz de su interlocutor, más que el mensaje en sí. Y el efecto es inmediato. Cuando estas dinámicas son constantes dentro de la pareja o entre padres e hijos, cuando las frases indirectas tienen el peso del desprecio o la burla, se produce el maltrato psicológico.

Es una comunicación perversa con graves consecuencias para la víctima.

¿Cómo reaccionar ante las oraciones indirectas?

El mencionado profesor McNulty es un notable experto en el campo de las relaciones afectivas. Un estudio realizado en 2016 aclaró qué estrategias de comunicación son las más adecuadas dentro de la pareja, y pueden ayudar a resolver diferencias y conflictos.



Una estrategia es evitar las frases de doble vínculo a toda costa. El término, acuñado por el antropólogo Gregory Bateson, define el uso de mensajes indirectos o ambiguos que boicotean o anulan el afecto y, sobre todo, el respeto. Ahora nos queda claro que no debemos hacer uso de este tipo de comunicación, pero ¿y si somos nosotros quienes la recibimos a diario? ¿Cómo reaccionar frente a quienes están acostumbrados a hablarnos de esta manera?


Veamos algunas estrategias.

Estrategias para frenar las excavaciones

Se debe esperar una comunicación efectiva. Siempre que nos den un empujón, debemos exigir información clara. Si nuestro interlocutor responde que no tiene la "habilidad" suficiente para hacerlo, le pedimos hablar con otra persona.

  • Identificar al individuo pasivo-agresivo. Detrás de una persona acostumbrada a usar excavaciones, suele haber un perfil pasivo-agresivo. En estos casos es fundamental poner límites y establecer lo que estamos dispuestos a aceptar y lo que queremos recibir.
  • Trate de ser el mejor ejemplo que se espera de los demás. Si buscamos una comunicación sincera, nos comunicamos de esa manera.
  • No te dejes dominar. Detrás de la práctica de la comunicación indirecta, a menudo hay un claro deseo de dominación. Las frases indirectas, el sarcasmo y las bromas son formas de minar la autoestima de los demás, al implementar una forma de dominación.
  • Además del lenguaje dañino, se podrían promulgar otras dinámicas peligrosas que deben identificarse y detenerse. Levantemos barreras cuanto antes.

Aunque la comunicación indirecta puede ser tolerada (e incluso apreciada) en determinados momentos, recuerda que hay situaciones en las que no es nada buena. Las emociones, especialmente las negativas, requieren un lenguaje sincero. Piénsalo.


"Una palabra que da en el blanco, aquí hay algo que puede matar o humillar sin ensuciarte las manos".

-Pierre Desproges-

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