Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
Cuenta la leyenda que los espantapájaros no pueden tener amigos. Los hombres dieron a los espantapájaros un aire siniestro y espantoso, y los plantaron en inmensos campos para que, con su apariencia, su cabeza de calabaza, su cuerpo y sus manos de madera, espantaran a los pájaros.
El protagonista de este cortometraje es un espantapájaros solitario, lo que va en contra de su propia naturaleza. Quiere ser amigo de los pájaros y, por ello, no duda en realizar actos de generosidad hacia ellos todos los días, esperando llamar su atención.
El poder de la generosidad
Este pequeño y maravilloso cortometraje no puede dejar indiferente a nadie. En cierto modo, necesitamos reflexionar sobre nosotros mismos y sobre el sentido de la soledad, la generosidad y la esencia verdaderamente incomprensible, que a veces caracteriza a la humanidad.
Muchas veces hemos quedado atrapados en nuestros maizales solitarios, actuando con nobleza siempre que sea posible, dando voz a nuestros corazones, sin que nuestras acciones, nuestras peticiones, sean reconocidas.
¿Debemos cambiar nuestra actitud para sufrir menos? Absolutamente no. Quien deja de ser generoso cierra las puertas de su corazón y deja de ser él mismo. Piénsalo.
La leyenda del espantapájaros
Si te atrae el universo de Tim Burton, encontrarás muchas similitudes con la estética de este cortometraje. Árboles con ramas caídas, colores con tonalidades grises y oscuras que nos obligan a reflexionar, a ponernos en contacto con nuestros propios miedos...
Nuestro protagonista fue creado, tal y como revela el cuervo ciego, con el objetivo de ahuyentar a todos los animales, especialmente a las aves. Estaba por tanto condenado a vivir en la soledad eterna, regido por los ciclos de cultivo y las reglas impuestas por los hombres.
Vio crecer el trigo, las nubes rodar sobre él y las noches convertirse en días. Sin embargo, de nada le servía a nuestro espantapájaros mostrarse generoso con los cuervos todos los días, ofreciéndoles grano, para que se detuvieran, a comer, a ser sus amigos.
La generosidad invisible
Hay muchas ocasiones en que nuestras acciones y esfuerzos no son reconocidos.
Nos esforzamos día a día en hacer las cosas bien, no solo por los demás, no por la apariencia o por el beneficio personal. Los actos nobles provienen de un corazón sincero, que no sabe latir de otra manera, porque esa es su forma de existir.
Nuestro espantapájaros ni siquiera sabe cuál es su función al principio. Se limita a estar, despertarse cada mañana en los campos de trigo, viendo soplar el viento, como si no fuera parte de ese mecanismo cuyo fin es ahuyentar a los cuervos, para favorecer su soledad.
Aceptar para cambiar
Así es como nos sentimos en ciertos puntos de nuestro ciclo de vida. Pensamos que nuestro camino es claro, que lo que nos rodea nos define y también llegamos a aceptar la tristeza, el desencanto.
- Sin embargo, siempre llega un momento en el que nos vemos obligados a reaccionar. Nuestro espantapájaros sale de su zona de confort cuando el cuervo le explica cuál es el propósito para el que fue creado. Y reacciona, se rebela: se escapa del campo de trigo y le pide a su amo que le permita hacer otro trabajo.
- Todos nos vemos, en ocasiones, obligados a traspasar los límites, e ir más allá de los roles que los demás, especialmente la sociedad, nos han impuesto. Como el espantapájaros, optamos por arrancar de raíz, pero sin perder nuestra esencia, nuestra nobleza y nuestra generosidad.
En este delicado y maravilloso cortometraje, realizado por Marco Besas y Olivier Nakache, y dirigido por Marco Besas en 2005, veremos qué sucede cuando nuestro dulce y sin gracia personaje decide deshacerse de su esencia, es decir de aquellas palabras que en un principio definieron lo que era: “espanta-gorriones”.
Lo que sucede es un punto de partida para la reflexión, que te hará conmover, llorar y sonreír, con el vuelo final de los cuervos, que al final, reconocerán la generosidad de quienes siempre han querido ser su amigo.