Cuando la impulsividad nos destruye

    Cuando la impulsividad nos destruye

    Cuando la impulsividad nos destruye

    Última actualización: 05 agosto 2015

    ¿Cuáles son los aspectos positivos de ser impulsivo? Parece que no hay muchos, todo lo contrario. La impulsividad nos perjudica a nosotros y a quienes nos rodean. Lo peor es que es algo inconsciente de lo que luego nos arrepentimos, pero sin poder retroceder en el tiempo para cambiar lo que hemos dicho o hecho.

    Por eso es importante aprender a dominar los impulsos y pensar un poco más antes de actuar..



    Si en cuanto alguien te dice algo, reaccionas de inmediato y respondes mal; si te hacen una pregunta y contestas lo primero que se te ocurre; si eres el primero en iniciar una discusión; si cuando las cosas van mal tiras al suelo todo lo que tienes en las manos o empiezas a gritar o hacer berrinches como niños, quizás tengas un problema de impulsividad.

    No te preocupes, todo en la vida tiene solución (excepto la muerte, como dicen muchos proverbios). En primer lugar, es bueno entender que ser impulsivo de vez en cuando no está mal porque esta actitud podría ayudarte a no ser muy tímido o retraído, a conseguir lo que quieres oa hacerte escuchar.. Sin embargo, el problema surge cuando la impulsividad es la regla y no la excepción.

    Hay diferentes tipos de personas impulsivas o compulsivas. Estos últimos, por ejemplo, son los que compran aunque no haya necesidad o acumulan cosas y objetos en la casa. No hablaremos en este artículo de personas compulsivas, sino de otras formas de canalizar y reaccionar ante las emociones. Es decir, cuando usamos la ira, la ira, el nerviosismo o el llanto si algo no sale como queríamos o esperábamos o si no sabemos cómo encontrar la solución a un problema..



    La forma en que nos expresamos transmite muchas cosas. No siempre transmitimos lo correcto con nuestras palabras o actitudes. Puede que no tengamos la intención de molestar o lastimar a los demás, pero al final lo hacemos de todos modos.

    Si tú también tiras la piedra al primer estímulo, si respondes antes de analizar bien la situación, si tu reacción inicial es enojarte o discutir, si estás cegado por la ira y solo quieres lastimar al otro, vengarte o gritar. , entonces ten cuidado porque la impulsividad podría beneficiarte de un mal chiste.

    No hay que poner excusas: “estoy estresado”, “lo hice sin pensar”, “tengo muchos problemas”, “la crisis económica me está dando problemas”, “soy impulsivo por naturaleza” , “Tengo mi período”, etc. Enfrenta la situación y acepta que tienes un problema de impulsividad. este es el primer paso.

    Entonces, llega el momento de actuar y no de reaccionar. Esto quiere decir que, si ante un estímulo que no es precisamente positivo, tu primera reacción es contraatacar, entonces es mejor que esperes. La técnica de contar hasta diez (o hasta veinte, treinta, cien…) o respirar profundamente puede ser útil. En otras palabras, cualquier cosa que le impida responder rápidamente o gritar tan pronto como la otra persona termine de hablar es útil.

    ¿Para qué necesitas esto? Por no decir lo primero que te viene a la mente y que muchas veces no es lo correcto o incluso lo más seguro.

    A veces, detenerse unos segundos no significa que no puedas continuar la conversación o que no entiendas algo, simplemente significa tomarte un tiempo para procesar la información. Si le das mucho crédito a tu mente y reaccionas más rápido que la luz, no siempre haces o dices lo correcto..



    Cuando puedas poner las cosas en perspectiva, todo estará bien. Cuando te tomas el tiempo de analizar las palabras de otras personas y las tuyas, puedes lograr mejores resultados. Cuando evitas que el impulso salga de tu boca o de tu cuerpo, te pones frente al otro de otra manera.. Cuando piensa antes de hablar o medir sus palabras, entonces puede llegar a un buen compromiso.


    Por último, os dejamos con este pensamiento para que reflexionéis:

    Siempre piensa en lo que vas a hacer antes de tomar acción. No permitas que la impulsividad te controle, de lo contrario tu camino se llenará de oscuridad.

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