Cuando la pereza llama a la puerta

Cuando la pereza llama a la puerta

Cuando la pereza llama a la puerta

Última actualización: 06 marzo, 2015

Todos sabemos acerca de la pereza.
Tal vez ella ha sido tu compañera de vida durante mucho tiempo.
Tal vez solo aparecía a veces y luego desaparecía sin dejar rastro.

¿Por qué aparece la pereza?

La pereza es amiga de la comodidad, de lo conocido, de no correr riesgos. Cuando nos acompaña sólo queremos quedarnos con él, en soledad, sin hacer nada, sin movernos, sin investigar. No es casualidad que la pereza toque a nuestra puerta cuando más necesitamos salir, arriesgarnos, probar cosas nuevas. Es una "estrategia emocional y mental equivocada" que aparentemente nos protege de todo lo que nos supera, de lo que nos hace sentir mal, de lo que nos asusta.



Por eso la pereza aparece en nuestra vida justo cuando estamos a punto de explotar, cuando hay demasiados problemas, cuando todo nos duele y no sabemos qué hacer o no queremos hacer nada.

La pereza nos protege de cualquier movimiento porque dispone todo el cuerpo y la mente para "descansar". Sin embargo, ¿realmente estamos descansando? ¿Estamos tranquilos? Solo al recuerdo de la pereza ya sentimos una sensación de fastidio, de malestar, sabemos que tenemos que “hacer algo”, pero no sabemos por dónde empezar y seguimos por el mismo camino, tirados en el sofá, pasar los días, sin tomar decisiones, sin hacer avanzar, sin arriesgar nada, sin hacer deporte, sin buscar trabajo, sin estudiar, sin dejar de fumar, etc.

¿Qué hacer con la pereza? ¿Donde empezar?

Si su compañía no es agradable, estaremos mejor sin ella. Lo que pasa es que, después de un periodo de pereza, no es fácil volver a la carretera.



Te proponemos planificar, partiendo de algo sencillo, no demasiado arriesgado ni atrevido, para empezar a moverte y salir de nuevo. poder caminar a un destino simple.

En segundo lugar, haz que tu objetivo sea completarlo, todos los días, sin excepción. Esto producirá satisfacción y movimiento, y el movimiento genera más movimiento, que es el motor que necesitamos para dejar atrás la pereza.

Si un día la pereza ha venido a visitarte, déjala en paz, sal de casa, prepara un plan a implementar y ponlo en práctica. Más bien invita a tu fuerza de voluntad, y con ella podrás caminar, realizar proyectos, avanzar hacia el cambio.

cultivar la fuerza de voluntad

Hay que cultivar la voluntad, hay que invitarla y cuidarla para que se quede contigo. Lo único que necesitas es tener voluntad, que es querer dejar la pereza y retomar tu vida. Para ello utiliza todas tus fuerzas, esas que tienes dentro de ti cuando te preocupas mucho por algo y estás decidido a poder conseguirlo. A medida que saques esa fuerza interior, sentirás que tienes más, que eres fuerte y que si te apuntas nada puede detenerte ni alejarte de la pereza porque puedes lograr lo que te propongas.


Lo mágico de este descubrimiento es que, aunque al principio requerirá mucho esfuerzo que te has tenido que imponer, poco a poco te darás cuenta de que la fuerza de voluntad surge por sí sola, porque hay muchas cosas que te motivan. puesta en marcha, todo ello sin necesidad de ningún esfuerzo.


Para ello, el regalo de este arranque obligado es la satisfacción y motivación de “ponerse en marcha” que te hará sentir muy bien contigo mismo.

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