Última actualización: 19 de diciembre de 2014
La preocupación es el sentimiento que nos mantiene clavados en el presente por algo que podría suceder en el futuro. (Wayne Dyer)
Cuando nos preocupamos por algo que aún no ha sucedido, enfocamos toda nuestra energía en anticipar algo que tal vez nunca suceda. De esta forma ocupamos nuestra mente con pensamientos negativos que no tienen otro resultado que atraer más negatividad. Cuando estamos preocupados, no vivimos plenamente el presente y, además, enturbiamos las experiencias que estamos viviendo debido a nuestra mirada pesimista. La mayoría de nuestras preocupaciones, de hecho, tienen que ver con algo sobre lo que no tenemos control alguno. Por lo tanto, podemos preocuparnos tanto como queramos, pero esto no resolverá el problema de ninguna manera, al contrario: la mayoría de las veces, aquello que tanto nos preocupa no resultará tan terrible como imaginamos.
Preocupación y salud mental
La preocupación excesiva se convierte fácilmente en ansiedad, miedo a lo desconocido y al futuro. De esta forma las preocupaciones afectan tanto a nuestra salud física como emocional, llegando a generar trastornos de tipo estrés y ansiedad. Cuando vivimos constantemente preocupados, nuestro cuerpo está en un estado de alerta constante, como si estuviera siempre en peligro; esta condición, por otro lado, solo debe ocurrir algunas veces y no con frecuencia. Poco a poco, por tanto, perdemos la capacidad de evaluar objetivamente las situaciones y damos por sentado que la vida esconde muchos peligros; de esta manera nos excluimos de la posibilidad de relajarnos y disfrutar de las cosas bellas. Vivimos cada situación como un conflicto o algo a resolver, incluso cuando se trata de compromisos sin sentido.
Preocuparse o hacer planes para el futuroHay una gran diferencia entre preocuparse y hacer planes para el futuro. Cuando hacemos planes para el futuro, el presente que estamos viviendo contribuye a tener un futuro mejor; al contrario, cuando nos preocupamos, nuestro presente queda inmovilizado por algo que, creemos, podría suceder en el futuro. La diferencia es obvia.
¿Cómo podemos liberarnos de las preocupaciones?
Es importante reconocer que la incertidumbre es parte de la vida, es natural. El miedo a lo que no sabemos, un sentimiento que todos sentimos tarde o temprano y que en ocasiones puede convertirse en un freno, forma parte de nuestra naturaleza, ya que no siempre podemos estar seguros de lo que sucederá en el futuro. Por lo tanto, es necesario aprender a aceptar la incertidumbre. Cambia tu perspectiva. No te quedes anclado a pensamientos negativos o preocupaciones por el futuro, porque sabes que es inútil y seguro que no solucionarás los problemas. Sólo si te enfocas en el presente y empiezas a tomar el control de tu mente podrás tomar el control de tu destino también. Tomará algún tiempo, pero como dice Robin Sharma en una de sus obras "La mente es un sirviente maravilloso, pero un amo terrible”. Si tus pensamientos son solo negativos es porque no has cuidado tu mente y no le has dado el tiempo necesario para entrenarla a pensar en positivo”. Permítete vivir el presente, elige tus pensamientos y comienza a vivir el HOY sin miedo.