Algunas heridas emocionales sanan, pero otras pueden resurgir cuando menos lo esperamos. Cuidarlo es fundamental.
Última actualización: 18 de febrero de 2022
Todos tenemos que afrontar situaciones que nos deben especialmente difíciles. Esto nos hace sentir una gran angustia y, en ocasiones, una mezcla de emociones que no sabemos gestionar. Afortunadamente, hay varios caminos que ayudan a sanar las heridas emocionales.
Te invitamos a unirte a nosotros en este viaje para descubrir qué son las heridas emocionales y los diversos caminos que podemos tomar para sanarlas.
“Verse saludable por fuera empieza por dentro”.
-Robert Urich-
¿Qué es una herida emocional?
Una herida emocional es la huella que deja una experiencia desagradable. Suele provocarnos un dolor profundo, pero también puede generar emociones desconcertantes como el miedo y la ira.
Las heridas emocionales surgen de situaciones que nos hacen experimentar un sentimiento de insuficiencia y que nos hieren. Constantemente revivimos estas experiencias, por lo tanto es fundamental emprender caminos de comprensión y amor y lidiar con la gran frustración que nos pueden causar.
Hay varios tipos de heridas emocionales. Para aprender a reconocerlos basta recordar los momentos en los que nos sentimos víctimas de una gran injusticia, los episodios en los que nos sentimos abandonados, traicionados, culpables, humillados, perdidos, quebrantados, etc.
9 caminos para sanar heridas emocionales
Las heridas emocionales se pueden curar, pero las más profundas suelen volver a nuestra vida cuando menos lo esperamos. Por eso es importante curarlos. Mostramos nueve maneras de hacer esto.
autoconocimiento
Los que se conocen saben quiénes son, qué quieren y adónde quieren llegar. Este problema es fundamental, porque de esta manera somos capaces de reconocer qué es lo que realmente nos está causando tanto daño y luego trabajar en ello.
Por otra parte, los que se conocen saben cómo suelen reaccionar ante determinadas situaciones y puede usarlo como una forma de aprender a ser más asertivo en el futuro.
En cambio, cuando nos conocemos somos auténticos. Esto sucede porque empezamos a quitarnos la máscara que usamos para complacer a los demás y mostrarnos cómo somos en realidad.
Aceptar las heridas emocionales como parte de nosotros
Hay momentos difíciles en la vida y tenemos que aceptarlos para poder procesarlos. A veces no lo hacemos, ya sea porque creemos que podemos con todo y que es inaceptable sentirse triste, enojado o culpable, o porque somos incapaces de reconocer las emociones que albergamos dentro de nosotros.
Cuidar las heridas emocionales también significa aceptarlas. Para llegar a este punto, necesitamos acercarnos a nuestras heridas, explorarlas y observarlas con atención. Entonces, comencemos a permitir que las emociones prosperen.
Expresar heridas emocionales significa cuidarlas
Cabe recalcar que ninguna emoción es negativa (¡todas son necesarias!). Por lo tanto, es importante expresarlos. Para ello, es importante conectar con cada uno de ellos y dejarlos aflorar.
Entonces, ¿cómo expresamos las heridas emocionales? Dejando fluir las emociones que nos invaden cuando revivimos situaciones que nos resultan dolorosas.
Podemos expresar heridas emocionales a través de palabras, pensamientos y gestos. A través de palabras, es decir, escribiendo o diciéndole a alguien o hablando en voz alta de la situación; evocar la situación a través del pensamiento; o realizar actividades que nos ayuden a expresar lo que estamos sintiendo, como la meditación.
déjalos fluir
A veces, somos incapaces de dejar fluir las emociones negativas, porque queremos controlarlo todo o porque dejamos de vivir el "aquí y ahora" y pensamos en el pasado o el futuro. Esto hace que la ansiedad y la depresión tomen el control.
Por lo tanto, es importante dejar que las cosas fluyan solas. Consiste en no ir a contracorriente y dejar que las cosas sucedan, sin anticipar y sin aferrarse a lo que pasó, porque no podemos controlar el futuro, pero tampoco podemos cambiar el pasado.
Manejar las emociones para sanar heridas emocionales
La gestión emocional es la clave y la curación de heridas emocionales es la cerradura. Cuando somos asertivos con nuestras emociones, estamos bien encaminados hacia el bienestar.
Ser asertivos con nuestras emociones significa utilizar y comunicar lo que sentimos de la mejor manera posible. Para hacer esto, debemos aprender de nuestras experiencias pasadas y quiénes somos, para que podamos actuar de manera más saludable en el futuro.
Gestionar nuestras emociones no significa que no podamos sentirnos mal, sino encontrar el momento adecuado para expresarlas. Además, nunca debemos culparnos a nosotros mismos si en algún momento nuestras emociones se salen de nuestro control. No olvides que somos seres humanos y los errores son necesarios para aprender.
Resiliencia
La resiliencia es la capacidad de superar la adversidad. Algunos podemos confiar en esta habilidad y otros no, pero lo bueno es que podemos cultivarla. Para hacer esto, necesitas:
- Acepta con gusto los cambios.
- Haciendo del optimismo nuestro mejor aliado.
- Tener sentido del humor.
- Cuidar las relaciones con los demás.
- Participar en actividades que nos hagan crecer y sentirnos bien.
Por otra parte, podemos encontrar significado en nuestras vidas. Es un legado maravilloso el que nos dejó Victos Frankl en el libro En busca del sentido. Se trata de encontrar un sentido que genere satisfacción y aliento. Por supuesto, este significado diferirá dependiendo de la persona.
La resiliencia es una gran aliada, porque nos ayuda a superar circunstancias dolorosas. No quiere decir que nos hará olvidar las heridas emocionales, pero sí que nos ayudará a seguir adelante a pesar del gran dolor que nos puedan causar.
Encontrar la motivación
A veces puede ser difícil hacer cosas que nos motiven. Aquí hay algunos consejos para ayudarlo a motivarse:
- Haciendo deportes. Es una forma de curar heridas emocionales porque hace que el cuerpo libere endorfinas, neurotransmisores que generan una sensación de bienestar.
- Dedícate al arte. Hacer cualquier tipo de arte o ir a verlo puede ser útil, porque es una forma de transformar la angustia en algo placentero. O porque lo captamos, o porque nos identificamos con algo o lo proyectamos hacia el exterior.
- Practica la meditación. La meditación es una puerta de entrada a la conciencia, que nos hace ver lo que nos ha pasado desde otra perspectiva.
Ahora bien, cualquier otra actividad que te haga sentir bien puede ser de gran ayuda. A veces, para sanar heridas emocionales, solo hace falta desconectarse y ver lo que nos duele desde otro punto de vista. Cada uno de nosotros sabe cuál es la mejor forma de hacerlo según el momento que atraviese.
Pedir ayuda para sanar heridas emocionales
Muchas veces cuesta aceptar que no podemos tenerlo todo bajo control, pero está claro que no somos omnipotentes. Sanar heridas emocionales significa reconocer que a veces necesitamos una mano.
Incluso cuando nos ocupamos de las heridas emocionales de otra persona, puede suceder que no sepamos cómo actuar.
Recurrir a la ayuda profesional siempre es una elección inteligente. Nos hace sentir mejor y por lo tanto mejora nuestra calidad de vida.
Los psicólogos son maravillosos porque son expertos en los comportamientos, pensamientos y emociones de los seres humanos. Así pueden ayudarnos a manejar lo que nos duele y ayudarnos a promover y mantener hábitos saludables.
La empatía, fundamental para sanar las heridas emocionales
Recordemos que no somos únicos. Entonces, si bien podemos cuidar nuestras heridas emocionales, también podemos cuidar de los demás. Para hacer esto, necesitamos establecer contacto con ellos.
La empatía consiste en ponerse en el lugar del otro. Solo así podremos entender a fondo lo que le está pasando, sintonizarnos con él o ella y buscar las mejores alternativas que están en nuestras manos para generar beneficios.
Ser empático significa dar lo mejor de uno teniendo en cuenta lo que el otro siente y necesita. Significa sentir compasión, asertividad y tener una cierta conciencia de las propias capacidades, para ofrecer a los demás lo mejor que somos capaces en términos de apoyo emocional.
Sanar las heridas emocionales no es fácil, pero es posible. Es importante ser constantes en nuestra vida diaria, para poder sentirnos mejor. Estar atentos a nosotros mismos y a los demás mejora la calidad de nuestra vida.
Conectar con la parte más oculta y profunda de nosotros, dejar fluir la vida, ser asertivo con las emociones, no sentir vergüenza y pedir ayuda cuando lo creamos necesario son algunas de las herramientas que tenemos a nuestro alcance.
Y nuevamente, utilizar la empatía como herramienta principal para relacionarnos con los demás, cultivar la resiliencia, realizar actividades motivadoras, aceptar con gusto lo sucedido nos ayudará a extender nuestras alas y tomar vuelo para cuidarnos a nosotros mismos y a los demás.