¿De qué se quejan las personas que están a punto de morir?

    ¿De qué se quejan las personas que están a punto de morir?

    ¿De qué se quejan las personas que están a punto de morir?

    Última actualización: 03 de junio de 2015

    Probablemente, uno de los mayores castigos que nos podemos infligir a nosotros mismos es sacrificar el presente para defendernos de todos nuestros miedos al futuro. Cuando, en realidad, el futuro es una suposición y el presente una certeza.

    La lista que aparece en este artículo fue compilada por una enfermera que ha trabajado en cuidados paliativos durante años; los pacientes de esta señora tenían una expectativa de vida de no más de tres meses.



    Ella los acompañó durante los últimos días y los hizo sentir lo mejor posible después de saber que el final estaba cerca. “En ese momento la gente crece mucho más que en toda su vida”, el reclama.

    La capacidad de las personas para crecer en un punto sin retorno de su existencia no debe subestimarse. Muchos dirán que en ese estado ya nada tiene sentido, pero, en realidad, en esos momentos los sentimientos de arrepentimiento y gratitud cobran más valor.

    Algunos de los cambios que experimentaron estos pacientes fueron realmente impresionantes. Cada uno de ellos tenía diferentes emociones, desde la ira hasta la negación, pasando por el miedo, la resignación o la aceptación; esto último es lo que te permite encontrar la paz antes de partir.

    Cuando la enfermera les preguntó cuáles eran sus arrepentimientos o qué les gustaría que tuvieran distinto de su vida, en la mayoría de los casos las respuestas fueron comunes. Los más frecuentes fueron:

    • “Tal vez tuve el coraje de vivir atendiendo a mí mismo, y no a lo que los demás esperaban de mí”. Esta era la preocupación más recurrente. Cuando una persona se da cuenta de que su existencia terrenal está llegando a su fin, es más fácil ver con claridad el pasado, mirar hacia atrás y ver cuántos sueños quedan sin cumplir. Está comprobado que la mayoría de las personas solo cumplen la mitad de sus deseos y mueren sabiendo que podrían cumplir el resto si tan solo los trataran con seriedad y no cedieran a lo que otras personas consideraban correcto o recomendable.

    Aprender a vivir escuchándonos a nosotros mismos es un reto que no debemos abandonar: tenemos que hacer lo que más nos gusta, sin dar peso al “qué dirán”. Cada uno tiene que disfrutar de la vida como le gusta y no esperar a que sea demasiado tarde para quejarse. Recuerda que la salud te ofrece una libertad que pocos saben reconocer hasta que la pierden.



    • “Me hubiera gustado trabajar menos”. Esta afirmación fue más común entre los pacientes masculinos, quienes creían que descuidaban a su familia y amistades para trabajar más de diez horas al día.

    No habían presenciado el nacimiento o crianza de sus hijos, no estaban presentes en momentos importantes como cumpleaños o aniversarios, siempre pensaban en el jefe y los problemas en la oficina. Todos sentían nostalgia de la juventud, de la época en que sus hijos eran pequeños o de la época en que eran recién casados. En cuanto a las mujeres, el tema de la ausencia del hogar no se presentaba en esos días, pero aquellos que están cerca de la vejez se quejarán de estas cosas como lo hacen los hombres.

    Simplifique su estilo de vida, tome decisiones precisas en el camino, comprenda que el dinero no lo es todo (aunque nos lo hagan creer) nos ayudará a no quejarnos de estas cosas cuando estemos en nuestro lecho de muerte. Ser feliz con lo que tienes, no querer demasiadas cosas materiales, pasar más tiempo con tus hijos, pareja, padres o amigos, disfrutar de tus días libres, no trabajar demasiadas horas extras, etc.: todo esto es una excelente manera de vivir .

    • "Si tan solo hubiera tenido el coraje de expresar mis sentimientos". ¿Cuántas veces nos quedamos con la amarga sensación de no haber podido decir lo que sentimos? Muchos reprimen este sentimiento para estar en paz con los demás o porque les da vergüenza. Está probado que muchas enfermedades surgen para contener todos los malos pensamientos, los reproches, las palabras no dichas, etc. En realidad, no solo se reprimen las emociones negativas, sino también las positivas, como "te amo", "te necesito", "lo siento".

    No podemos controlar la reacción de nuestro interlocutor cuando decimos algo, pero lo cierto es que de esta manera podemos deshacernos de un gran peso acumulado en nuestro pecho. No dudes en hablar tanto de cosas positivas como negativas: si no lo haces, te arrepentirás.



    • “Me hubiera gustado seguir en contacto con mis amigos”. Las viejas amistades ofrecen muchos beneficios, pero no todos se dan cuenta de ellos hasta que llegan los últimos momentos de la vida y los recuerdan. Ahora ya no tienen problemas en el trabajo, una agenda llena, tareas genéricas y preocupaciones financieras. No siempre es posible rastrear a los amigos cuando los moribundos piden reunirse con ellos para contarles cómo se sienten o simplemente para verse por última vez. Varios confesaron que hacía mucho tiempo (décadas) que no veían a sus amigos, porque siempre estaban demasiado ocupados para una reunión.

    Con el estilo de vida actual, es fácil encontrar "un hueco libre" en la agenda para ir a tomar una copa de vino o un café con un amigo de la infancia. Debido a la nueva tecnología, la gente ya no programa reuniones, porque todo se dice por las redes sociales. Sin embargo, hablar cara a cara con un amigo es el mejor recuerdo que uno puede guardar, incluso más allá de la vida.



    Organice su tiempo para que pueda ver a sus amigos al menos una vez al mes y luego conversar con ellos sobre sus vidas.

    Añade un comentario de ¿De qué se quejan las personas que están a punto de morir?
    ¡Comentario enviado con éxito! Lo revisaremos en las próximas horas.