Última actualización: 10 de diciembre de 2017
Cuando los medios de comunicación hablan de maltrato, suelen referirse al número de denuncias que se han producido en un determinado periodo de tiempo o al número de personas que han muerto a manos de sus parejas. Pero el abuso no es solo eso. Va mucho más allá para quienes lo padecen, que además no siempre entran en las cifras (falsos positivos y falsos negativos).
Por lo general no se mencionan golpes y contusiones, y menos aún aquellas heridas que no se ven. Porque no es sólo el cuerpo el que está herido. Cuando se es víctima de maltrato, es normal que aparezca un gran malestar psicológico, que hay que remediar, empezando a ceder el espacio y esa voz tantas veces silenciada.
“Todavía me asombra que haya personas, seres humanos como nosotros, que sean capaces con absoluta conciencia y de manera completamente deliberada de causar daño de manera continua y sistemática. Sobre todo cuando consiguen transformar a la persona en un ser débil, muy vulnerable”
-María José Rodríguez de Armeta-
Trastorno de estrés postraumático en víctimas de abuso
Cuando se trata de trastorno de estrés postraumático, se suele asociar a desastres naturales, robos, asesinatos o atentados. Pero no por abusar, pero lo cierto es que también se puede aplicar en esta zona. la persona con PTSD revive el evento, está inquieto y trata en vano de olvidar. Todos los síntomas observados con mucha frecuencia en víctimas de violencia de género.
El trastorno de estrés postraumático en víctimas de abuso tiene características específicas. Por un lado, es normal volver a sufrir eventos traumáticos en cualquier momento, entre otras cosas por parte de tu pareja. Esto conduce a un estado siempre vigilante y constantemente alerta, porque quien inflige el daño es quien debe apoyar y proteger..
Por otra parte, el trauma consume gradualmente el estado emocional de la persona abusada, ya que a menudo lleva años pedir ayuda. Es habitual quedarse con el agresor para evitar una nueva agresión, por lo que la víctima siente que no hay solución posible a su situación (indefensión aprendida, abandono).
El síndrome de la mujer maltratada
Percibir que no hay solución a lo que está pasando, o entrar en la indefensión aprendida, también puede desembocar en el síndrome de la mujer maltratada. La mujer se adapta a la situación que vive y disminuye su dolor. Y no solo: distorsiona la realidad, negando o minimizando la gravedad del problema.
También es posible que cambie la forma en que percibe a los demás y a sí misma. En este sentido, puede engañarse a sí misma e idealizar al maltratador, autoconvencido de que dejará de atacarla porque está enamorado de ella. Incluso puede justificarlo culpándose a sí misma de la situación que está viviendo, llegando a pensar que el trato que está recibiendo es justo.
Abuso y depresión
Las víctimas de abuso a menudo tienen baja autoestima. y están aislados, lo que les priva de apoyo social y refuerzo emocional positivo. Todo esto debilitará aún más a la persona haciendo que caiga, en ocasiones, en depresión.
Este trastorno, a su vez, le impedirá tomar decisiones y concentrarse en la situación, además de producir un deterioro en el desempeño laboral y un aumento de la inseguridad. Así la mujer entra en un círculo vicioso en el que cada vez le cuesta más salir de la situación de maltrato.
Pero la depresión también tiene otra consecuencia: el suicidio. Varios estudios muestran que el 29% de las mujeres que acabaron en el hospital por intentos de suicidio habían sido víctimas de malos tratos. LLa probabilidad de suicidio entre las mujeres maltratadas es cinco veces mayor que el resto de la población.
“Este deseo irracional de dominación, control y poder sobre la otra persona es la principal fuerza que alimenta la violencia doméstica en las parejas”
-Luis Rojas Marcos-
Ansiedad asociada con el abuso
Ven si può immaginare, los trastornos de ansiedad también son más comunes entre las víctimas de abuso que los que no lo son. Aparte del trastorno de estrés postraumático mencionado anteriormente, se ha encontrado que las fobias, la agorafobia, el trastorno de ansiedad generalizada y el trastorno obsesivo compulsivo son mayores.
Este último parece surgen como un intento de manejar la ansiedad que proviene de una situación tan impredecible. De esta forma, aparecen pensamientos obsesivos sobre la persona que ejerce el maltrato, junto con conductas compulsivas para intentar reducir la ansiedad que generan las frases que pueblan la mente de la víctima.
“Frente a las atrocidades, debemos tomar una posición. El silencio alienta al verdugo”
-Elie Wiesel-
El atacante ejerce su poder y fuerza sobre su víctima de una manera que la destruye., y lo hace tanto por dentro como por fuera. A nivel psicológico, el maltrato deja una huella en la persona maltratada que puede tener consecuencias nefastas, por lo que es importante prestar atención y aportar una posible solución a la situación en la que se encuentra.
Imágenes cortesía de Chris Lawton, Tertia y René Van Rensburg Bohmer.