Última actualización: 19 de febrero de 2022
Sabemos que el amor lo cura todo, cubre heridas y crea nuevas visiones del futuro. Pero, ¿qué sucede cuando somos nosotros los que amamos o nos sentimos amados? Cuando amamos a alguien y el otro se siente amado, se produce una sensación de aceptación y confianza que nos da la motivación ideal para dar lo mejor de nosotros mismos y convertirnos en mejores personas. El amor como fuente de motivación y entusiasmo nos hace mejores.
Ser amados nos hace sentir seguros, creer en nosotros mismos y confiar en nuestro potencial. El amor incondicional crea un motor en nosotros, que abre puertas y posibilidades de expresión. Sentirse amado es un refuerzo que mejora nuestro bienestar, ya que significa que alguien nos aprecia tal como somos. Por eso el amor nos invita a mostrarnos al otro de manera sincera y auténtica.
“El amor es el reconocimiento del potencial de la persona amada y actúa como energía transformadora. La mirada y el amor del otro nos dan vida y nos ayudan a transformarnos”.
-Elsa Punset-
El amor nos da vida y nos hace brillar, el amor nos da confianza y nos permite desarrollar nuestro potencial. Nos hace mejores y nos ayuda a hacer crecer nuestras habilidades, sin prejuicios y sin miedo a demostrarlas. No necesariamente tiene que ser el amor de pareja lo que nos revitalice, ya que el amor que los padres demuestran a sus hijos también les hace crecer con seguridad y confianza.
El cerebro de alguien que tiene y expresa amor.
Cuando amamos, generamos en el otro un maravilloso sentimiento de paz y seguridad. Esperamos lo mejor de la otra persona y estamos seguros de que nos responderá de la misma manera, sin proyectar miedo o desconfianza, solo nuestros mejores deseos y lo positivo que vemos en aquellos a quienes apreciamos. Cuando damos amor, fomentamos una buena autoestima gracias a la burbuja de calma y tranquilidad que creamos en este intercambio.
¿Qué sucede realmente en el cerebro cuando amas? Gracias a las técnicas de neuroimagen, Andreas Bartels y Semir Zeki, del University College London, realizaron un estudio en el que observaron la actividad cerebral de algunos sujetos mientras veían fotos de sus amantes e imágenes de sus amigos, con el fin de estudiar y comparar las diferencias.
Gracias a esta técnica y a este estudio, se descubrió que cuando nos enamoramos o sentimos amor por nuestros hijos, desconectamos ciertas partes del cerebro ligada a otras emociones y, sobre todo, a nuestra capacidad de crítica social.
También se ha encontrado que cuando miramos a nuestra pareja, algunas partes de la corteza prefrontal y algunas áreas que se relacionan con la agresión, el miedo o la planificación están desconectadas. Esto afecta nuestro juicio, ya que tendemos a confiar más y a ser menos estrictos con nuestra valoración social. Con esto podríamos decir que nuestro cerebro está programado, cuando nos enamoramos, para ver todos los aspectos positivos de la otra persona.
El amor como fuente de motivación para ser mejores
Los científicos dicen que “El apego humano utiliza un mecanismo que supera la distancia social al desactivar los circuitos conectados a las emociones negativas y la evaluación social crítica, y une a los individuos a través del circuito de la recompensa, lo que explica el poder del amor como fuente de motivación y entusiasmo”.
Por lo tanto, podemos decir que el amor y el amar nos hacen mejores.. El amor nos da la fuerza para enfrentar nuevos desafíos porque nos da una persona a nuestro lado que tiene fe en nosotros y esto nos ayuda a mejorar nuestro potencial para avanzar y comprometernos.
Amando tenemos la posibilidad de crear todo esto en la pareja. Así, cuando proyectamos nuestro amor, creamos en el otro las mejores sensaciones y lo mejor de nosotros. Tanto amar como ser amados nos da la oportunidad de mejorar y desarrollarnos en un ambiente seguro, entonces, ¿qué esperas para amar?
El amor como fuente de motivación nos da la fuerza para afrontar nuevos retos
