Última actualización: 17 marzo, 2015
“No ser amado es simplemente mala suerte. La verdadera desgracia es no saber amar”. Con esta hermosa frase, el escritor francés Albert Camus definió el amor.
Estas pocas palabras resumen la pasión y la derrota de cuando amamos a alguien.
Hay mucha gente que se pregunta: ¿por qué no me quiere? Verbalizan en privado lo que esconde el corazón. La desorientación y el miedo hacen el resto, confundiéndonos y dejándonos un mal sabor de boca.
¿Cómo nos enamoramos?
El amor no es una ciencia exacta, no responde a conceptos claros cuyos métodos resulten en lo que deseamos. El amor es la emoción más grande que podemos sentir por nosotros mismos y por las personas que nos rodean.
Te invitamos a mirar hacia atrás y recordar el inicio de tus relaciones sentimentales, seguramente tendrán un comienzo en común: la atracción inexplicable con la persona que amamos.
Puede ser una mirada, una risa, timidez… todas estas cosas son la esencia del amor y dan lugar a un primer acercamiento amoroso, que con el tiempo puede convertirse en una relación sentimental.
Mi pareja es perfecta, amo a mi pareja.
Si escuchas a alguien decir que su pareja es perfecta, no solo te sentirás incrédulo, sino que también podrás decir que la persona que hace tal afirmación está en la peligrosa fase de la atracción. Es en esta fase cuando tenemos los sentimientos más fuertes y el enfado más verdadero hacia nuestra pareja. Este período se caracteriza por un deseo imparable de enfatizar los aspectos positivos de nuestra otra mitad, minimizando sus defectos y tensiones.
La idealización de la persona que amamos se desvanece poco a poco con el paso del tiempo y con la superación de la fase de atracción. La inmadurez y el deseo innato de ser amado son emociones que alimentan esta actitud.
Es natural y nadie escapa a este torrente de sentimientos de alegría y felicidad continua. La experiencia y el conocimiento de nuestras emociones calmarán estos sentimientos en futuros episodios de atracción, transformándolos en sensaciones más serenas y maduras, sin por ello perder la ilusión de estar enamorados.
Este entorno idílico será de corta duración. Con el paso del tiempo empezaremos a ver las cosas como son, a eliminar esa pátina dorada que nos hacía ver todo perfecto; esto sucede cuando la relación con nuestra pareja se estabiliza.
Mi pareja tiene defectos, pero lo amo.
Es entonces, cuando nos damos cuenta de que nuestra pareja no es perfecta, cuando se desvanecen los filtros que nos hacían ver todo maravilloso y nos hacían sentirnos terriblemente atraídos por nuestra pareja, que nos damos cuenta de que los defectos también existen, que el 10 se convierte en 7 u 8, que se rebaja la nota inicial que le habíamos atribuido a nuestro socio.
Comienza una fase de verdadero conocimientoLa ausencia de la persona amada, los sentimientos de incompatibilidad, el sentimiento de no conocerse emergen en la rutina de las parejas: obviamente este no es el final de un amor, sino el comienzo de un trabajo a realizar personalmente.