El amor platónico y el mal uso de este concepto

El amor platónico y el mal uso de este concepto

Lo que hoy llamamos amor platónico es sólo una variante del concepto expresado por Platón.

El amor platónico y el mal uso de este concepto

Última actualización: 04 septiembre, 2020

¿Quién no ha escuchado o utilizado nunca la expresión “amor platónico” para referirse a una persona por la que se siente un impulso romántico, pero que se considera inalcanzable? Un sentimiento de amor no correspondido e idealizado con el que uno fantasea. Pero, de hecho, ¿qué tiene que ver este tipo de amor con Platón? ¿Fue Platón quien habló de este famoso amor platónico del que hablamos hoy?



la respuesta es no. Platón nunca habló de un concepto de amor que se refiriera a una persona inalcanzable. Lo que ahora llamamos amor platónico es solo una variante del concepto expresado por Platón. Aunque la evolución del término es comprensible en cierto modo, es importante poder hacer una distinción entre el amor platónico moderno y el amor platónico del que hablaba Platón.

El concepto de amor en el Banquete de Platón 

El filósofo griego, en Simposio, uno de sus diálogos más apreciados por su contenido filosófico y literario, trata el tema del amor, como siempre a través de las palabras de Sócrates.

Esta obra habla de la celebración de un banquete durante el cual cada uno de los presentes pronuncia un discurso sobre el amor. Discursos que van desde el más superficial hasta el más profundo que concluye el discurso de Sócrates, el que representa el pensamiento de Platón.

Fedro, que es el primero en hablar, señala que Eros, el dios griego del amor, es el más antiguo de los dioses y representa la fuerza inspiradora para realizar grandes hazañas, afirmando que es el amor lo que nos da el coraje de ser mejores personas.



Pausanias, más profundamente, habla de los diversos tipos de amor: el amor corporal y el amor celestial. El primero es más físico y superficial, mientras que el segundo está más relacionado con la perfección moral.

Aristófanes habla de una concepción mitológica del hombre. En un principio había tres tipos de seres: hombres, mujeres y andróginos. Estos últimos conspirarían contra los dioses y, como castigo, Zeus los habría partido en dos. A partir de ese momento, el ser humano va en busca de su propia mitad y de ahí el mito del alma gemela, uno por la homosexualidad y otro por la heterosexualidad, dependiendo de su estado inicial, para encontrar la mitad de lo que son sus estados privados.

Finalmente, Sócrates habla del amor como la fuerza que lleva a la contemplación de la belleza más pura e ideal.

El amor según Platón

Como se ha mencionado más arriba, el personaje de Sócrates en las obras de Platón representa su propio pensamiento. Por eso sabemos que la aportación de Sócrates en el Banquete no es otra que la concepción del amor de Platón.

Platón, como toda su filosofía, hace una distinción entre el mundo de las ideas y el mundo terrenal. En el mundo de las ideas es posible encontrar el conocimiento puro, mientras que en el mundo terrenal solo existe el conocimiento imperfecto, que trata de imitar el mundo perfecto de las ideas.

Según Platón, lo mismo es cierto para el amor. El amor platónico no tiene nada que ver con el amor puramente físico, sino con la búsqueda de la belleza. El amor por lo bello se entiende como el concepto supremo del amor, que sólo se encuentra en el mundo de las ideas. Conocer la belleza en todo su esplendor es la meta del amor. La belleza como concepto puro y abstracto es el significado que Platón le da al amor. Un amor hecho de contemplación y admiración.



Amor platonico

Platón habló del amor al conocimiento como el más perfecto y puro. El amor platónico no corresponde a la idealización de una persona, sino al logro del conocimiento, un tipo de belleza totalmente espiritual.

No es difícil imaginar que con el paso de los años el concepto de amor platónico pueda llevar a este concepto de "ideal" e "inalcanzable". Para Platón, el camino a recorrer para alcanzar la belleza, y poder hablar del amor en todo su esplendor, es un arduo camino a través del conocimiento.


Este camino parte del amor por la belleza física en términos de ideales estéticos, pasando por la belleza del alma, hasta el amor por el conocimiento, para obtener el conocimiento de la belleza en sí misma. De hecho, Platón dice:

“Eterna belleza, que ni nace ni muere, ni crece ni disminuye, que no es bella de una manera y fea de otra, ni ahora sí y ahora no; ni bello ni feo según ciertos informes; ni hermosa aquí y fea allá, ni como si fuera hermosa para unos, pero fea para otros. Además, esta belleza no se le revelará ni con el rostro ni con las manos, ni con ninguna otra cosa que pertenezca al cuerpo, ni como concepto o ciencia, ni como residiendo en otra cosa que no sea ella misma, por ejemplo, en una persona viva. , o en la tierra, o en el cielo, o en otra parte, pero como es para sí mismo y consigo mismo, eternamente unívoco. La contemplación de la belleza misma.
-Platón


Una curiosidad para concluir: la expresión "amor platónico" se utilizó por primera vez en el siglo XV, cuando Marsilio Ficino se refirió al amor a la inteligencia ya la belleza del carácter de una persona.

Posteriormente, la expresión se convirtió en un lugar común gracias a la publicación de la obra Platonic Lovers del poeta y dramaturgo inglés William Davenant, quien compartía la concepción del amor de Platón.

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