Última actualización: 13 septiembre, 2020
El amor según el budismo difiere totalmente del concepto de amor occidental. En el primer contexto, el amor se define como un sentimiento puro que se entrega a otro ser vivo de forma desinteresada. Conduce al bienestar absoluto sabiendo que no has causado dolor y sufrimiento, sino que has ayudado a generar energía en la otra persona.
En Occidente, el amor es un concepto ambivalente que exige la presencia del otro, la reciprocidad y la pertenencia. Puede considerarse ambivalente porque si por un lado requiere la satisfacción del deseo de la pareja, por otro lado se enfoca en el ego. En otras palabras, es un sentimiento menos desinteresado que el amor según el budismo.
Nos encontramos en presencia de dos conceptos opuestos en que, según las palabras de Sigmund Freud, aunque el objeto del amor busca la protección del otro, hay una intención de preservarlo como propio y también puede convertirse en fuente de ofensa e insulto cuando se separa de sí mismo.
Esto sucede porque las pulsiones de vida y muerte hacen uso de una relación dialéctica. El amor no puede concebirse separadamente del odio. Más precisamente, según la teoría psicoanalítica, la pulsión de vida, que pretende unir y preservar, está ligada a la pulsión de muerte, que quiere destruir y separar. Se alimentan uno al otro.
Veamos con más detalle qué significa amar según el budismo.
El amor según el budismo: las principales características.
Amar según el budismo no tiene nada que ver con la concepción establecida en occidente. Una de las principales características del amor según el budismo es precisamente la capacidad de sentir compasión por el otro. En este sentido, todos los seres vivos deben ser respetados.
La concepción budista también afirma que la intención que impulsa el amor debe ser la misma que nutre la fe., es decir, debe apuntar a iluminar, eliminando el sufrimiento que en cambio caracteriza el amor occidental. Es un deseo genuino de hacer el bien al otro., compartiendo energía y recursos.
“Hay muchas formas de aumentar la energía positiva, pero la más poderosa de todas es generar amor y fe, que nacen de la energía de la sabiduría original. Si nos conectamos a través de la fe con la vasta y profunda continuidad de la mente, entonces emergerán las cualidades internas, gráciles y luminosas de la energía de la sabiduría. La esencia del amor es la compasión de seres sublimes capaces de transmitir energía”.
-Thinley Norbu-
La bondad y la benevolencia como partes significativas del amor
Amar según el budismo significa ser amable y benévolo, pero sin apegarse a la otra persona, tendencia que en retrospectiva causa sufrimiento. Para practicar el amor según la filosofía budista, no es necesario aferrarse a nada, ya que nada es estático, todo cambia y se transforma.
La doctrina promete que la felicidad y la plenitud residen exclusivamente en uno mismo, y de ahí deben partir para ser compartidas. Sin embargo, no hay un compartir total: la adicción no pertenece a esta filosofía.
El amor según el budismo es interminable, ya que la energía de la que se alimenta pertenece al universo y no al propio individuo. Cuando el amor no posee las características antes mencionadas, según el budismo uno se encuentra ante una proyección egoísta de las propias necesidades.
“Las enseñanzas sobre el amor dadas por Buda son claras, científicas y aplicables. El amor, la compasión, la alegría y la ecuanimidad son la naturaleza misma de una persona iluminada. Estos son los cuatro aspectos del amor dentro de nosotros mismos y dentro de todos y de todo".
-Thich Nhat Hanh-
Saber alegrarse verdaderamente por el otro, sin ningún tipo de resentimiento, es otra de las características que definen al amor verdadero. Finalmente, esto deberá ser equilibrado y medido, para no trastornar el alma y convertirse en adicción.
Comprender el amor verdadero por otro ser humano desde el punto de vista oriental puede resultar una tarea difícil debido a la diferente formación cultural recibida y naturalizada. Sin embargo, intentar ponerlo en práctica es un método excelente para explotar todas las capacidades inherentes a nuestra alma.
