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Última actualización: 15 2021 noviembre
el aroma del cafe nos deleita y estimula, no hay nada más reconfortante que dejarse envolver por su aroma cada mañana. El café es un placer para los sentidos, para el paladar y también para el cerebro. Un estudio reciente revela que su aroma es capaz de motivarnos, potenciar nuestros procesos cognitivos e incluso mejorar nuestro estado de ánimo.
Con solo abrir el tarro de café, no importa si contiene vainas, granos enteros o molidos, el resultado será el mismo: experimentaremos un intenso placer olfativo desde el primer momento en el que nos envuelve el aroma del café.. También nos encanta su textura aterciopelada que nos hace viajar a lugares cálidos y envolventes.
Entre los muchos placeres de la mesa, el café es uno de los más apreciados. Se asoma a la alegría sin embriagarnos, y al agradable fluir del espíritu que estimula no le sigue la tristeza, la languidez o la debilidad.
-Benjamin Franklin-
Estas experiencias tan sugerentes son provocadas precisamente por el café; nuestro cerebro sabio y siempre capaz está gobernado por uno de los sentidos más poderosos en la mayoría de los seres humanos: el olfato. El olor del café viaja desde la corteza cerebral directamente al sistema límbico., hasta esas maravillosas áreas cerebrales en las que las emociones y la memoria comparten los mismos circuitos, las mismas rutas.
Si el aroma del café mejora nuestro rendimiento, ciertamente no es porque nos dé superpoderes o porque intensifique nuestras habilidades. Solo estamos hablando de emociones y bienestar, de un simple efecto placebo. Este es un hecho muy interesante, en el que sin duda vale la pena detenerse.
Nuestros cerebros aman el aroma del café.
Se dice que ninguna parte está tan llena de ideas como una taza de café. Escritores, estudiantes, filósofos y cualquiera que use el café cada mañana para ponerse en marcha o por la noche para soportar largas horas de estudio o trabajo lo saben bien.
Ciertamente no es casualidad que el café fuera la bebida favorita de Napoleón antes de iniciar cualquier batalla (pese a que su estómago pensara lo contrario).
La cafeína es uno de los alcaloides más populares en nuestro cerebro. Es un estímulo natural para el sistema nervioso, cuyos efectos comienzan a manifestarse después de la toma y duran hasta 6 horas. Un efecto sensacional, y todo gracias a su estructura molecular. La cafeína es capaz de bloquear los receptores de adenosina, moléculas que inducen el sueño o la sensación de cansancio.
Pero eso no es todo. El café no solo nos ayuda a despertarnos por la mañana y mejorar nuestro rendimiento en el trabajo o en el estudio. Además de hacer esto, genera una sensación de placer y esto gracias a la dopamina.. Este neurotransmisor induce un estado de actividad, bienestar y motivación muy peculiar; esta es también la razón por la que a veces desarrollamos una verdadera adicción al café.
El aroma del café: una poderosa herramienta desconocida para muchos
Un estudio publicado en junio de 2018 en el Journal of Environmental Psychology revela un dato muy interesante. El aroma del café mejora nuestras capacidades cognitivas; esto quiere decir que optimiza la atención, la capacidad de análisis, la resolución de problemas y rendimiento laboral y académico en general. Suena a magia, pero la autora del estudio, la Dra. Adriana Madzharov, explica que es puro y simple efecto placebo. Curioso, ¿no crees?
El café es un bálsamo para el corazón y el espíritu.
-Giuseppe Verdi-
Los investigadores notaron que cuando el aroma del café se esparce en una habitación o dormitorio, el 90% de las personas presentes experimentan una sensación de bienestar. Además, la cafeína estimula el cerebro, genera placer y activa las funciones cerebrales.
Incluso el aroma por sí solo puede activar todos estos procesos gracias a un camino que parte de la corteza cerebral y llega hasta el sistema límbico.
El efecto placebo tiene un gran poder sobre el ser humano. Además, los expertos en neuromarketing suelen recordar el poder del olfato. Es un medio prácticamente infravalorado. que, en realidad, es el camino más corto para llegar a las emociones y la memoria; un excelente canal, capaz de generar inspiración, calma o actividad, así como de mejorar nuestra capacidad de atención e introspección, para hacernos más creativos y receptivos al mundo que nos rodea.
Helen Keller, una famosa escritora y activista política, perdió la vista y el oído cuando tenía poco más de un año y medio. A partir de este episodio, Helen aprendió muy pronto a sintonizar con los olores. Su mundo adquiría formas y matices gracias a las fragancias percibidas, a cada olor que cambiaba, a los matices de cada aroma, del viento, de la tierra o de las personas que la rodeaban.
El aroma del café era uno de sus olores favoritos. Como esto, su universo se volvió infinito e inmensamente rico gracias al poder del olfato. La industria del marketing lo sabe bien e incluso en el ámbito profesional se empieza a apreciar cada vez más. A veces el olor a vainilla, canela, café o chocolate es suficiente para mejorar el estado de ánimo y la productividad de tus empleados.