Última actualización: 03 octubre, 2017
La vida es una colección fantástica de momentos, por eso la inclinación a embellecerlos y disfrutarlos, a embellecer los momentos, es una de las cosas que más nos reconcilia con nuestra naturaleza.
Durante la mayor parte de nuestras vidas tenemos que seguir horarios, obligaciones y actividades que muy a menudo son estresantes. Estas circunstancias, si no se gestionan correctamente, acaban provocando malestar general, insatisfacción, estrés laboral, ansiedad, encerrándonos en un estado de ánimo en el que nunca quisimos encontrarnos.
Cualquiera puede vivir momentos estresantes, sentirse sofocado, cansado, triste. Situaciones que deberían ser casos aislados se vuelven cada vez más comunes y frecuentes. De alguna manera, este estrés nos lleva al punto de quedar atrapados, hasta que un día nos despertamos y nos encontramos preguntándonos: "¿Pero disfrutar de la vida en cambio?"; "¿Cómo podemos embellecer los momentos?" Son esos momentos que de pequeños creamos de una forma sumamente natural, de los que a veces olvidamos la receta...
Embellecer momentos: ¿en qué consiste?
Embellecer momentos es una habilidad de regulación emocional desarrollado a través de diferentes enfoques, como la Psicología Positiva o la Terapia Conductual Dialéctica para el Trastorno Límite de la Personalidad de la Psicóloga Marsha M. Linehan.
La llamamos habilidad de regulación emocional porque engloba todos los comportamientos y pensamientos destinados a potenciar el bienestar y reducir diversas emociones negativas, como la ira, la ansiedad o la frustración. Embellecer los momentos es una habilidad muy útil para afrontar las obligaciones y situaciones cotidianas con un enfoque positivo.
¿Cómo hacer que las obligaciones cotidianas sean más agradables?
1. Vive el momento presente
En primer lugar, embellecer el momento que vives es una habilidad que requiere al menos una habilidad mínima para aislarte del pasado y del futuro. En este sentido, entrenar mindfulness nos puede ayudar. Se trata de poder, a la hora de afrontar tus actividades diarias, detenerte un momento a observar y aceptar lo que estás viviendo.
Ser capaz de vivir el momento presente es el primer paso para recuperar esa receta perdida antes mencionada. En estos momentos de “dedicación” debemos intentar conocer en profundidad nuestros propios sentimientos, el contexto y las sensaciones que nos despiertan los movimientos realizados y los estímulos externos (como el agua cuando nos duchamos por la mañana).
2. Cambios… ¿quién dijo “miedo”?
La influencia del entorno que nos rodea en nuestro comportamiento y emociones ha sido ampliamente analizada por la Psicología Ambiental. Para beneficiarnos de esta influencia, primero debemos investigar cómo se configura el entorno en el que llevamos a cabo nuestras tareas y obligaciones. Diversos estudios explican que los ambientes ordenados, con luz natural y objetos familiares que nos recuerdan momentos positivos, fortalecen nuestro bienestar y mejoran el rendimiento.
“El propósito de la vida es vivirla, saboreando al máximo las experiencias, para afrontar otras nuevas y ricas experiencias con interés y sin miedo”
-Eleanor Roosevelt-
Introducir o mostrar imágenes que nos recuerden nuestras metas y logros nos ayudará a embellecer momentos y potenciar la sensación de bienestar. También podemos disponer frases que nos motiven y nos recuerden por qué hemos elegido el camino que estamos recorriendo. De esta forma mejoraremos nuestra motivación y aumentaremos nuestra capacidad de esfuerzo y constancia.
Por otro lado, tenemos que retirar objetos o fotos que despierten sentimientos negativos del entorno que nos rodea. Si encontramos objetos que no nos producen sensaciones positivas o que nos traen malos recuerdos, debemos apartarlos de nuestra vista. Esto también fortalecerá nuestro bienestar.
Debemos tener en cuenta que realizar tareas rutinarias y aburridas es más fácil si lo hacemos en un ambiente que nos de ganas de quedarnos, que nos de serenidad y donde nos sintamos “en casa”.
3. Adquirir los mejores materiales y herramientas para trabajar o estudiar
Cuidar los materiales y herramientas con los que trabajamos puede ser muy positivo: es una preocupación por nosotros mismos. Si tenemos que estudiar, lo mejor es hacerlo sobre notas que sean agradables a la vista, que sean coloridas, que tengan imágenes claras y nítidas. Dotarnos de las mejores herramientas para trabajar o estudiar beneficiará nuestro rendimiento y nuestra motivación. Algunos piensan que tomarse el tiempo para hacer esto equivale a perderlo, de hecho es exactamente lo contrario.
Si por el contrario ya hemos dejado atrás los estudios y estamos trabajando, debemos tener las herramientas de trabajo que más nos gustan. Asegurémonos de tener todos los elementos necesarios a nuestra disposición para llevar a cabo nuestras tareas con eficacia. Tener herramientas que nos gusten y que nos faciliten el trabajo nos ayudará a enfocarnos en nuestras tareas laborales con positividad.
Por ejemplo, el diario, la carpeta y la computadora pueden hacer que nuestro trabajo sea más agradable si son visualmente agradables y nos dan ganas de usarlos. Podemos poner como fondo de nuestro escritorio una imagen que nos motive, que despierte emociones positivas en nosotros. Si podemos escuchar música mientras trabajamos, ¡definitivamente tenemos que hacerlo! La música mejora el rendimiento y el estado de ánimo, así como el potencial para la creatividad.
“Cuando estamos entusiasmados con lo que hacemos, sentimos una energía positiva. Es muy simple"
-Paulo Coelho-
4. Cuidar cada detalle de nuestros hábitos diarios
Las comidas son generalmente momentos de interacción muy agradables, por lo que representan ocasiones perfectas para embellecerse. Para potenciar nuestro bienestar general, puede ser de gran ayuda cuidar los detalles a la hora de comer. Asegurarnos de que la comida nos atraiga, que la mesa esté bien puesta, poner una flor o una vela, aunque sea solo para nosotros, nos ayudará a disfrutar al máximo cada momento.
Todos estos pequeños detalles son percibidos por nuestra mente y nos permiten llenar la maleta de emociones positivas y motivación.. Por lo tanto, embellecer los momentos nos permitirá beneficiarnos de nuestra rutina. Sin embargo, también es cierto que cuidar cada detalle requiere esfuerzo, pero es un esfuerzo que vale la pena hacer, porque tiene un impacto positivo que se refleja directamente en nosotros y en las personas que amamos.