Un aspecto importante a tener en cuenta para la inspiración es que no es una habilidad relegada a la actividad intelectual.
Última actualización: 15 de marzo de 2020
La inspiración se puede describir como "respirar la información de la vida". Para encontrar inspiración, debemos ser conscientes de que el cerebro no es una máquina, sino una realidad plástica y sensible que requiere de unas condiciones óptimas para ofrecer los máximos resultados.
Un aspecto importante a tener en cuenta para la inspiración es que no es una habilidad relegada a la actividad intelectual. Por el contrario, afecta todos los aspectos de la vida. La inspiración es un estado en el que se unen aspectos cognitivos, emocionales y de voluntad. Genera una poderosa sensación de bienestar y es fundamental en los procesos creativos.
No es fácil definir la inspiración en términos exactos. Los diccionarios lo definen como "impulso a la creación artística o intelectual“, “Intervención de un espíritu divino que determina la voluntad del hombre para actuar” o la acción de “respirar la información de la vida”. Encontrar la inspiración consistiría, por tanto, en crear las condiciones favorables para ese impulso o intervención divina a la que se refieren estas definiciones.
"Ve con confianza en la dirección de tus sueños, vive la vida que has imaginado".
-Henry David Thoreau-
Desde un punto de vista etimológico, estas definiciones son ciertamente hermosas, aunque no muy concretas. Esta falta de precisión solo puede sugerir la complejidad de este proceso profundo y maravilloso. Cultivar la inspiración se convierte así también en un hecho trascendental. ¿Como lo haces? Veamos algunas sugerencias.
Inspiración, un fenómeno maravilloso
La inspiración es un estado en el que experimentamos algún tipo de revelación sobre un aspecto esencial de la vida o la realidad como tal.. Es un fenómeno del intelecto ya que implica una comprensión amplia. Sin embargo, también implica una alegría especial, que se traduce en el convencimiento o deseo de realizar una acción determinada.
Se puede decir que la inspiración nos regala momentos de mayor felicidad. Como una fuerza ligera y expansiva que abre nuestras mentes y corazones. Cuando estamos inspirados, sentimos una conexión directa y real con todo el universo. El malestar desaparece. Sentimos una sensación de paz.
Los neurocientíficos Marcos Jung-Beeman y Edward Bowden de la Universidad Northwestern y John Kounios de la Universidad Drexel han realizado interesantes estudios sobre el tema. Según lo que surgió a través de imágenes de resonancia magnética, parte del cerebro, en el lóbulo temporal derecho, se enciende literalmente en ciertos momentos de revelación o epifanía.
Inspiración y motivación
Muchas veces se confunden inspiración y motivación, aunque sean fenómenos muy distintos. La motivación es una fuerza que nos empuja a desarrollar ciertas acciones para lograr algo específico. o para evitar el daño.
Es fruto de un carácter innato y típico de la naturaleza humana: buscar el placer y evitar el dolor. Nos sentimos motivados a hacer algo porque partimos de la idea de que con ello cumpliremos un deseo o evitaremos que suceda algo malo.
La inspiración va más allá, llevando el concepto de placer o dolor a un segundo plano. Es una fuerza tan poderosa que nos permite aceptar el dolor sin problema, ya que la meta lo supera. Ni siquiera se busca un beneficio específico, sino una mayor plenitud. Es lo que sienten quienes dan la vida por la libertad o quienes son capaces de cualquier acoso en nombre de una causa.
Encuentra inspiración
Encontrar la inspiración es un proceso que implica un gran esfuerzo y persistencia. Algunos caminos te permiten nutrir este estado y, en última instancia, alcanzarlo. El primer camino es la meditación, que se ha demostrado científicamente que cambia el funcionamiento del cerebro. Esto facilita los procesos de creación, que a su vez son fruto de la inspiración.
La lectura de obras literarias de ficción o cualquier otra práctica artística son otras formas adecuadas de encontrar inspiración. Estas actividades rompen los esquemas habituales y favorecen la construcción de nuevas perspectivas. A su vez, estos nuevos puntos de vista, tarde o temprano, conducen a esas profundas revelaciones propias del estado de inspiración.
Descansar lo suficiente y cambiar de escenario son otros factores clave para cultivar la inspiración. Descansar implica dormir bien y oxigenar la mente periódicamente, mientras que un cambio de aires significa cambiar el escenario físico y mental cuando te sientes bloqueado; abrir un paréntesis de longitud indefinida. Todo esto facilita momentos de inspiración que muchas veces ayudan a darle la vuelta a todo.