Última actualización: 15 septiembre, 2022
La llegada de Internet nos ha cambiado la vida, nadie lo puede negar. La tecnología está presente en todo lo que hacemos… ¡Si no fuera por ella, no podrías leer este artículo!
Los principales usuarios de la red son los jóvenes, que pasan la mayor parte de su tiempo conectados: intercambian fotos, comentan lo que sucede a través de las redes sociales, se toman los famosos selfies y chatean por WhatsApp. Sin embargo, aunque representan la mayoría de los usuarios, no son solo los jóvenes los que se conectan con frecuencia.
Internet ha dado a luz a nuevas formas de comunicarse, de conocerse, de mantenerse en contacto. Incluso hay toneladas de parejas que tienen que agradecer a Internet, de lo contrario nunca se habrían conocido. Pero lo que queremos contarte en este artículo va más allá.
¿Has oído hablar del término sexting antes? Si no lo sabes, te explicamos en qué consiste. La palabra sexting deriva de la unión de dos palabras: sex (sexo) y texting (enviar y recibir mensajes con el teléfono móvil). A estas alturas, habrás entendido de qué tipo de fenómeno se trata.
El sexting, sin embargo, no consiste únicamente en enviar mensajes de texto con contenido erótico, sino que también incluye el envío de fotos o vídeos sexuales.
El mecanismo es el siguiente: una persona se graba a sí misma con un smartphone, tablet o webcam mientras se desnuda, juega con su pelo o asume poses sexuales (en los casos más extremos, también puede filmar escenas de autoerotismo o de pareja). relaciones). Luego, el video se envía a otra persona o alguien está viendo la escena en vivo desde otro dispositivo.
Si bien para muchas personas el sexting es una práctica divertida que solo sirve para coquetear o calentar a tu pareja, en otros casos podría tener consecuencias desagradables. Por ejemplo, cuando le envías el video a una persona que solo conociste a través de la web y que puede tener intenciones muy diferentes.
Esta es una tendencia muy popular entre los adolescentes, quienes lamentablemente no la perciben como algo peligroso. La mayoría de los padres ni siquiera son conscientes de ello y no saben qué riesgos conlleva. A su edad, pues, los adolescentes a menudo no son conscientes de lo que puede suceder y, por lo tanto, no toman precauciones.
Si bien puede parecer un simple juego erótico o sexual, sextear es más que simplemente enviarle a alguien un video o una foto comprometedora. Estos archivos, de hecho, podrían propagarse sin control y ser vistos por miles de personas, que pueden o no conocer el tema del video.
Los riesgos más comunes del sexting:
1 - Pérdida de privacidad: cuando se envía el material, perdemos nuestro control sobre él. Podría acabar en manos de cualquiera.
2 - Trauma psicólogico: cuando mostramos nuestra intimidad a otra persona (ya sea una o varias personas), podemos desencadenar problemas como depresión, vergüenza, exclusión del grupo de amigos, etc.
3 - El ciberacoso: si esos videos o fotos terminan en manos de un compañero de clase, el sujeto podría ser humillado frente a los demás, ser víctima de chantaje, etc.
4 - Extorsión: ese material se puede utilizar para chantajear a la persona involucrada, obligarla a hacer cosas bajo la amenaza de mostrar todo a padres, profesores, amigos, etc.
Y hay mucho más: Los sexters suelen ser más vulnerables a caer en las garras de un maníaco sexual o un pedófilo, así que es bueno tener mucho cuidado. No es un juego sencillo, estás poniendo en riesgo tu seguridad física y psicológica.
¿Qué puedes hacer como padre? Presta atención al uso que hacen nuestros hijos de los dispositivos electrónicos, háblales de los peligros que pueden ocasionar comportamientos como estos, trata de captar cambios en su comportamiento, que podrían esconder un problema del que no quieren hablar, etc.
Y por último, un consejo para los jóvenes que practican el sexting: recuerda que nada de lo que publicas o publicas en internet es privado. Cuando presionas enter, no puedes volver atrás.
Sextear no es un comportamiento dañino en sí mismo, pero hay varios factores que lo rodean que pueden hacerlo peligroso. Debemos tener cuidado y ser precavidos: como siempre se dice, más vale prevenir que curar.