Escrito y verificado por el psicólogo. GetPersonalGrowth.
Última actualización: 15 2022 noviembre
Según la antropóloga Helen Fisher, las personas nacen para amar. Más o menos correctamente, este sentimiento intenso y complejo es también la fuente de nuestra existencia. Nuestra creatividad y muchas preocupaciones dependen del amor. Saber elevolución del amor dentro de la pareja también nos permitirá profundizar en nuestra propia esencia.
Si dijéramos ahora mismo que "el amor lo es todo", muchos podrían ser escépticos. Culturalmente somos cínicos de esta idea. Desde el punto de vista biológico y antropológico, esta sensación, este impulso vital y revolucionario nos ha permitido consolidarnos como especie. Porque el amor no solo facilita la consolidación de una pareja y el nacimiento de los hijos.
El afecto da lugar a la cooperación. Nos hace sentir el objeto de la atención y el cuidado de otra persona. El amor nos da el espacio que necesitamos para reducir la ansiedad y el estrés. Extingue los miedos. Despertar nuestro lado creativo. Comprender y profundizar en la evolución del amor en la pareja nos permite ver cómo se esconden beneficios, funciones y significados en cada fase de nuestra relación.
“La pasión es la que más rápido se desarrolla y la que más rápido desaparece. La intimidad se desarrolla más lentamente y el compromiso aún más gradualmente".
-Robert Sternberg-
La evolución del amor en la pareja, un material variable pero sólido
Gerald Hüther, neurobiólogo y profesor de neurobiología de la Universidad de Gotinga en Alemania, nos ofrece una interesante reformulación sobre la evolución del ser humano. Según el estudioso, hasta ahora la ciencia ha destacado el aspecto de la selección natural y el principio de supervivencia basado en el individuo más fuerte. Sin embargo, según el Dr. Hüther, Fue solo este pegamento muy delicado pero increíblemente sólido lo que nos permitió progresar como especie. El amor.
Este material indetectable bajo la lente de un microscopio no siempre dura ni mantiene la misma forma o estado. Aparecen obstáculos, decepciones, desafíos. Para Gerald Hüther, así como para la antropóloga Helen Fisher, nada es más importante que comprender la evolución del amor en la pareja. Si entendiéramos las características de cada fase, estaríamos mejor preparados los altibajos que pueden ocurrir en cualquier momento. Veamos algunos de ellos.
Obsesión
La primera fase, la más agradable. Enamorarse, este preludio lleno de misterios, fantasías y nuevos descubrimientos. Un cóctel explosivo de dopamina, serotonina, oxitocina y noradrenalina. Todo es particularmente intenso en esta fase. Las emociones se descontrolan y nada y para nuestro cerebro nada es más significativo que la persona deseada.
Tal como nos recuerda el famoso psicólogo John Gottman en su libro Principa Amoris: The New Science of Love, esta fase inicial del enamoramiento define el llamado enamoramiento. Por enamoramiento, nos referimos a un estado de gracia absoluta en el que un individuo se siente abrumado por la euforia y la esperanza.
Amor romántico o vínculo
Después de este amor a primera vista que nos tiró de la cama con una oleada de hormonas llenas de pasión y atracción, llegamos a otra etapa. La evolución del amor en la pareja alcanza una nueva etapa: las dudas. ¿La relación significa lo mismo para ambos? ¿Se quedará conmigo en todo momento? ¿Puedo confiar en esta persona?
- Estas preguntas nos llevan a esta nueva etapa: el amor romántico. La pasión permanece, pero con ella surgen los miedos y las preocupaciones. Sin embargo, sobre todo nos abruma el deseo de estar vinculados a la persona amada. Es una de las fases más bonitas de una relación. Se emprenden auténticos viajes en los que la obsesión por el enamoramiento da paso a un sentimiento de auténtica confianza.
- Es más común que surjan otros problemas durante la fase del amor romántico. Queremos hacer nuestro vínculo más fuerte y para eso estamos obligados a conocernos mejor, negociar y resolver desacuerdos. Tenemos que ser esa pareja de bailarines en la que ambos tienen que controlar sus pasos sin arrastrar al otro, en el que debe brillar la empatía, la reciprocidad, el cuidado y la tolerancia. Si realizamos estos pasos con eficacia e inteligencia, generaremos madurez para los pasos que siguen.
El amor maduro, la trampa de la lealtad
No tenemos una estimación precisa de la duración del amor romántico. Hay quienes establecen una media de 4 o 5 años. Sin embargo, Helen Fisher indica que entre el 30 y el 40% de las parejas mayores informan que todavía están en esta fase. Las personas entrevistadas dijeron que el romance no se desvanece. De hecho, persiste y garantiza un vínculo muy satisfactorio.
Por otro lado, John Gottman enfatiza la importancia de trabajar para nutrir un amor maduro. Se trata de la capacidad de construir un compromiso sólido, de ver en el otro al mejor compañero. Debemos valorar a la pareja comportándonos con ternura y cariño. De esta forma nuestra relación será un lazo afectivo cariñoso y comprensivo que nos enriquece a ambos por igual.
La evolución del amor en la pareja no depende del tiempo. La forma en que las diversas etapas del amor entran en nuestra vida no es automática. El amor y sus cambios no están regulados. Lograr la estabilidad y esa felicidad leal, que compromete y enriquece, requiere trabajo. Es esencial una artesanía intuitiva y cuidadosa que sepa qué esquinas limar y dónde montar las bisagras. La mirada comprende, el oído escucha y el corazón comprende, cede y acoge.
Es un viaje complejo, sin duda, pero el amor es una aventura por la que la alegría vale la pena, no vale la pena.
Imágenes cortesía de Vladimir Kush