Las diferentes formas de falsedad están presentes no solo en los humanos, sino también en el comportamiento de muchos animales.
Última actualización: 23 de febrero de 2020
En el comportamiento humano existen diferentes formas de falsedad, las cuales tienen diferentes niveles, múltiples propósitos y diversas consecuencias. Los seres humanos nacen mentirosos. Podríamos decir que no hay una sola persona cien por cien sincera en cada momento de su vida.
La moral común condena cualquier forma de falsedad. Esto, sin embargo, podría ser un error. Primero, todos los seres humanos dicen mentiras. Segundo, las motivaciones para la simulación, la mentira y el engaño pueden ser válidas bajo ciertas circunstancias.
El mismo concepto de verdad es muy cuestionable. En la mayoría de los casos es difícil establecer certezas absolutas. Del mismo modo, podemos repetir una mentira de buena fe sin ser conscientes de ello o creer, a nuestro juicio, que lo que decimos es verdad sin que realmente lo sea. Por lo dicho anteriormente, siempre es necesario relativizar el valor moral de las distintas formas de falsedad.
“La mentira más común es aquella con la que un hombre se engaña a sí mismo. Engañar a los demás es un defecto relativamente vano".
-Friedrich Nietzsche-
Las formas de la falsedad en la naturaleza.
Los seres humanos no son los únicos que muestran formas de falsedad en sus acciones. La naturaleza está llena de ejemplos de comportamientos que utilizan los animales para engañar a los depredadores o para simular comportamientos destinados a lograr un objetivo determinado. En principio, las diferentes facetas del engaño están encaminadas a la supervivencia.
Cuando un animal se queda quieto para pasar desapercibido por su depredador, está usando una forma de simulación. Lo mismo sucede cuando se camufla o se esconde. El objetivo es engañar a aquellos que pueden hacerle daño. Algo similar sucede también cuando un animal quiere comida y espera a que su oponente se distraiga para conseguirla.
Por razones similares, los humanos comienzan a mentir muy temprano. La naturaleza de todo ser vivo es salvaguardarse a sí mismo antes que cualquier otra cosa.. Como resultado, la franqueza y la sinceridad son conductas aprendidas, pero no tienen el mismo significado en todas las culturas. En algunas culturas se promueven algunos valores porque forman parte de un pacto de convivencia pacífica, mientras que en otras se les otorga un significado religioso ligado al pecado.
Formas de falsedad: la simulación
La simulación es una de las formas de la falsedad que pasa desapercibida. En su nivel más básico es equivalente a "pretender". Esto implica un cierto grado de distorsión de la realidad que a veces es imposible de evitar. Por ejemplo, simulamos cuando nos maquillamos o perfumamos.
Como en todas las formas de falsedad, también hay grados en la simulación. Pasamos del ejemplo del maquillaje a ocultar algunos aspectos importantes de nosotros mismos o de nuestra vida, llegando incluso a utilizar una identidad falsa.
Los objetivos de la simulación también pueden variar. A veces simulamos complacer a quienes nos rodean. Otras veces lo hacemos por supervivencia. Por ejemplo, no mostrar miedo ante la agresión para disuadir al agresor de lo que está haciendo. También podemos simular por miedo a una consecuencia grave o para obtener una ventaja sobre los demás.
La mentira y el engaño
Si bien tienen en común el hecho de que son formas de falsedad, la simulación, la mentira y el engaño tienen algunos matices que las diferencian.
Mentir está más asociado con declaraciones verbales. Ocurre cuando declaramos deliberadamente algo que sabemos que no es cierto.
El engaño tiene un espectro de acción más amplio. Puedes engañar con palabras, con actitud o creando situaciones que oculten o falseen la realidad. El engaño implica un plan, ya sea muy simple o muy elaborado. En este caso también existe un mecanismo de sensibilización.
En los humanos, la simulación, la mentira y el engaño alcanzan niveles muy sofisticados. ¿Qué hace que estos comportamientos sean moralmente reprobables?
Dos aspectos íntimamente relacionados: la motivación y el propósito. Por ejemplo, en Colombia se han llevado a cabo operaciones contra la guerrilla basadas en el engaño, la simulación y la mentira. Gracias a esto, un grupo de rehenes fue liberado. ¿Es esta forma de operar moralmente reprobable?
Conviene hacernos este tipo de preguntas también para los aspectos que conciernen a nuestra vida personal. Las simulaciones, mentiras y engaños no siempre corresponden a conductas reprobables. La motivación y el propósito son importantes en la evaluación de estos comportamientos. En cualquier caso, aprenderíamos mucho si en vez de rechazarlas a priori, las sometiéramos a un análisis más imparcial.