Última actualización: 20 de enero de 2018
La imaginación emocional es una técnica para reducir la ansiedad, ese monstruo que nos acecha y nos impide disfrutar del presente. Lo hace hasta el punto de que muchas veces, incluso antes de levantarnos de la cama, nos vemos abrumados por todos los compromisos por cumplir en las horas, semanas y meses siguientes.
Hemos interiorizado estas preocupaciones a tal punto que se vuelven parte de nosotros y se deslizan por nuestros pensamientos a su antojo, cuando no notamos su presencia de manera constante, como si fueran un telón de fondo de todo lo que hacemos o una amenaza. sombra que ni siquiera desaparece cuando se pone el sol.
Ma es posible vivir más allá del "tengo que hacer esto", “esto tengo que terminarlo”, “mañana tengo que…”, “seguro que el jefe me dará otras tareas en cuanto cruce el umbral”, etc.? ¡Lee y descubre qué es la imaginación emocional!
“Todo el mundo tiene la capacidad de cambiarse a sí mismo”.
-Albert Ellis-
Imaginación emocional - ¿Qué es?
La imaginación emocional es una técnica psicológica que forma parte de la Terapia Racional Emocional Conductual de Albert Ellis, uno de los psicoterapeutas más reconocidos de todos los tiempos. Esta terapia se basa en un enfoque cognitivo-conductual, el que mayor sustento empírico tiene entre todas las corrientes psicológicas. En otras palabras, su uso ha sido verificado y validado por numerosos estudios.
¿No es eso lo que todos queremos cuando vamos a un psicólogo? Desafortunadamente siempre escuchamos de conocidos o nosotros mismos fuimos a terapia sin obtener ninguna ayuda. Aunque no pueda generalizarse y no sea una garantía irrefutable, ir a un terapeuta cognitivo-conductual puede ser muy efectivo y útil.
“Enseñamos a las personas a hacerse el bien. No podemos cambiar el pasado, así que tratamos de cambiar la forma en que las personas piensan, sienten y se comportan hoy".
-Albert Ellis-
¿Por qué utilizar la imaginación emocional?
Para entender por qué la imaginación emocional puede sernos útil, necesitamos entender qué postula la corriente cognitivo-conductual sobre las emociones. Estas son las respuestas de nuestro cuerpo a los cambios en el entorno externo o interno. es decir que las emociones pueden provenir de cosas que suceden a nuestro alrededor, pero también de pensamientos que aparecen en nuestra mente.
De hecho, estos pensamientos son parte fundamental del asunto que nos ocupa. La imaginación emocional trata de darnos las herramientas para modificar y gestionar el discurso interno negativo lo que a menudo hace que se desencadenen emociones negativas.
Vamos a ponerte un ejemplo: vas conduciendo tranquilamente por la autopista, y cuando estás a punto de adelantar a un coche por el carril izquierdo, aparece otro detrás tuyo a toda velocidad y se te queda pegado. En esta situación, hay gente que piensa “pero ¿cómo puedes conducir tan agresivamente? ¿No ves que si tengo que frenar acabamos en un accidente? Pero, ¿quién te crees que eres para conducir así?".. ¿Cómo crees que se sienten las personas que crean este tipo de pensamientos? ¿Cómo te sientes cuando piensas de esta manera?
Emociones como la ansiedad y la ira ciertamente aparecen. Lógico, ¿verdad? Luego hay otras personas que pueden tener un diálogo interno diferente: “Está bien, él puede pegarse a mí todo el tiempo que quiera… Voy a seguir a esta velocidad hasta que pase el auto, es su problema si tiene prisa y puede no esperes”. Esta vez, aunque pueda aparecer algo de ansiedad o enfado, la intensidad de estas emociones será menor, ¿ves?
¿Cómo se utiliza la imaginación emocional?
Para usar la imaginación emocional, lo primero que debemos considerar es nuestra capacidad de imaginar. Si nos resulta muy difícil, es posible que primero necesitemos una serie de ejercicios de práctica para aumentar nuestras habilidades en este sentido.
En primo del local, tenemos que pensar en una situación que nos causa ansiedad. Entonces, tenemos que pensar en cada detalle de lo que está “pasando” y eso nos causa malestar.
Intentaremos experimentar otras emociones negativas, pero que no sean tan perturbadoras. Es decir, necesitamos hacer que las emociones negativas parezcan más apropiadas y moderadas. Es importante señalar que no podemos cambiar nada de la situación imaginada, sí. El cambio de emoción debe darse como un ejercicio para la persona.
Una vez que lo hemos conseguido, debemos verbalizar los pensamientos que han aparecido y que nos han ayudado a que nuestras emociones negativas se vuelvan más adaptativas. Siguiendo el ejemplo del coche que está pegado detrás de nosotros, deberíamos intentar encontrar los pensamientos que se ven en la segunda situación.
¿Cuáles son los beneficios de la imaginación emocional?
La imaginación es una herramienta que, bien utilizada y entrenada, es capaz de facilitar enormemente la regulación de nuestras emociones. El aspecto positivo de las técnicas cognitivo-conductuales es que son complementarias, por lo que se pueden utilizar diferentes herramientas según la situación.
En este sentido, la imaginación emocional es un “extra” que nos ayuda en un aspecto central -el manejo de los pensamientos disfuncionales y poco adaptativos- para reducir nuestro malestar. Como puede imaginar, incluso si comprendemos la importancia de aprender a hacer esto, a menudo nos resulta difícil hacerlo durante la terapia.
“Los mejores años de tu vida son cuando decides que tus problemas son solo tuyos. No es culpa de tu madre, ni de la ecología ni del presidente. De esta forma uno se da cuenta del control sobre su propio destino”
-Albert Ellis-
Aquí la imaginación emocional puede ayudarnos a pensar más cuidadosa y críticamente sobre las preocupaciones y los miedos que tenemos. También nos ayuda a corregir errores del pasado y nos entrena en habilidades racionales para evitar que vuelvan a ocurrir en el futuro. Pero no solo eso, también nos ayuda a mejorar nuestra autoestima y nuestra confianza, ya que somos más capaces de afrontar situaciones que nos provocan malestar.
En definitiva nos ayuda a reeducarnos emocionalmente. Sin embargo, no debemos olvidar que si sientes un gran malestar, el primer paso para recuperar el control de tu vida es a través de un psicólogo capacitado. Esta figura profesional nos ayudará a adquirir las estrategias adecuadas para que podamos recuperar el control... ¡Trabajamos para regular mejor nuestra ansiedad!
Imágenes cortesía de Tanja Heffner, Davide Ragusa e Ian Espinosa.