Última actualización: 11 de mayo de 2016
A veces nos cuesta escribir el final de lo que, literalmente, “nos amarga la vida”. Este comportamiento, estas relaciones o patrones de pensamiento responden muchas veces a una necesidad: escapar de un malestar presente. Evitamos la confrontación con la realidad refugiándonos en el dolor, que es terapéutico por ser hábito.
Desgraciadamente, evitar el dolor puntualmente sin mirar más allá puede llevarnos a una catástrofe existencial. Prolongamos relaciones con quienes nos humillan a bajo precio o dependemos de hábitos que a la larga nos alejan de nuestros deseos. A veces necesitas cambiarte a ti mismo, a veces solo necesitas escribir el punto final. En ocasiones, ambos.
escribir el final
Es necesario tomar conciencia de los aspectos de la propia vida que a estas alturas no traen nada, si no malos momentos. Los siguientes puntos te ayudarán a comprender si tu relación ha llegado a un punto sin retorno:
- ¿Con qué frecuencia tu pareja te hace sentir mal o te hace sentir bien? Ser inundado con una serie interminable de excusas y excusas del otro no es una buena señal.
- ¿Qué hábitos están ayudando a relegarte a una rutina inadecuada para alcanzar tus metas futuras o sobrellevar tu malestar actual?
- ¿Qué patrones de pensamiento te llevan a ser emocionalmente inestable? Pensar constantemente en lo que no tiene solución, en problemas personales en el trabajo, pensar constantemente en lo que debes hacer, etc.
- ¿Dedicas tu tiempo y sufrimiento a cosas y personas que no lo merecen, descuidando muchas veces a los que merecen el castigo, y casi siempre la alegría?
No poner un punto tiene un alto precio: la destrucción de nuestra autoestima. A veces es inevitable que nos perjudiquen y nos decepcionen, es un proceso sobre el cual no tenemos capacidad de control; la diferencia está en la forma en que reaccionamos ante la fuente de perturbación. Seguir dando oportunidades o justificando conductas negativas solo minará nuestra autoestima. Esto significa perder el control, no solo sobre el daño que otros pueden hacernos, sino sobre el daño que nos hacemos a nosotros mismos una y otra vez.
Es difícil poner un punto, pero es peor no hacerlo
Puede ser un hábito o una relación tóxica arrastrada durante años que te has permitido consumir, erosionar tu bienestar emocional y tus sueños. La incapacidad de imaginar una vida que no incluya este eterno malestar es lo que quizás te impide salir de esta dinámica.
Ha llegado el momento de ser genuinamente egoísta. Corta lo que te hace daño y renueva el paisaje de tu vida... niéguese a boicotear más su dignidad. No querer escribir el final en el presente te obligará a hacerlo en el futuro y será mucho más traumático, el daño será mayor, al igual que el tiempo perdido.
Si no ponemos fin a lo que nos consume, nuestros días nunca verán la paz interior. Pon fin a todo lo que debería haber terminado justo después de que comenzó. Si no lo hace, le espera una degradación emocional irreversible que ni usted ni nadie más merece.
“¿Conoces algo que dure para siempre?
- He cambiado mucho.
-¿Mucho?
-Completamente.
Mi corazón nunca ha estado tan rojo.
Es bueno que haya muchos círculos en la vida. Sin embargo, mi, mi vida, ha tenido un solo punto de inflexión, y ni siquiera completo. Falta la parte más importante.
Dentro escribí su nombre muchas veces. Y aquí, ahora, no puedo cerrar nada. Estoy solo.
Me quedaré aquí todo el tiempo que sea necesario. Estoy esperando la coincidencia de mi vida, la más importante, aunque haya tenido otras. Sí. Podría contar mi vida como una serie de coincidencias. La primera y más importante fue la peor..."
-Los amantes del círculo polar-
Te mereces un cambio las veces que sea necesario
Es importante que le des permiso a tu corazón para empezar de nuevo sin culpa ni miedo. En la vida todo cambia y se transforma continuamente. La diferencia entre las personas que se renuevan constantemente y las que quedan atrapadas para siempre en sus dramas radica en la capacidad de sentir el cambio.
Puede haber muchas historias de tu pasado, pero permanecer demasiado tiempo en un escenario dificulta la decisión saludable de continuar por diferentes caminos. Perseverar por mucho tiempo en situaciones que te causan malestar no es solo un síntoma de masoquismo, significa darle poder sobre ti a personas y cosas que no lo merecen.
