Última actualización: 18 de mayo de 2016
Ayer te gustaba la poesía y hoy la odias. Siempre estabas haciendo ejercicio el año pasado, pero no has ido al gimnasio desde 2016. Reír en las situaciones más incómodas o llorar sin entender por qué. Quizás, estas sean algunas pistas de que estás pasando por un período de “inestabilidad emocional”.
Si pasas del llanto a la risa, de la pasión a la indiferencia y del amor al odio en un abrir y cerrar de ojos, tal vez necesites comprender un poco mejor tus sentimientos. y tus sentimientos y encuentra un sano equilibrio entre ellos.
Inestabilidad emocional: los típicos altibajos
Es normal que no todos los días te sientas igual y que, afortunadamente, tienes varios mecanismos a tu disposición para expresar lo que te sucede. Sin embargo, el problema radica en la medida en que sus estados de ánimo varían, cuando los cambios son bruscos y sin razón aparente.
Los altibajos de tu estado de ánimo que no parecen tener un motivo y son más intensos de lo que te gustaría pueden ser perjudiciales para tu salud mental. y para tus relaciones interpersonales. Vivir en una constante “montaña rusa de emociones” te impide conservar los afectos y comprender lo que sucede en tu interior. Si en un mismo día pasas por fases de emoción, depresión, euforia, lágrimas, energía, miedo, alegría y angustia… es probable que sufras inestabilidad emocional.
Emociones vs estado de ánimo
Para comprender mejor la inestabilidad o desequilibrio emocional, en primer lugar es necesario saber distinguir entre emociones y estado de ánimo.
Las emociones son intensas y variables y se manifiestan como reacción a un estímulo.. Este puede ser un impulso externo, como el tráfico cuando tiene prisa, o un impulso interno, por ejemplo, un recuerdo. Esto significa que sin una situación específica, las emociones no se desarrollan. Por ejemplo, estar atrapado en el tráfico provoca ira, una carta de amor provoca felicidad y la pérdida de un ser querido implica tristeza.
Por el contrario, en cambio, el estado de ánimo es más estable con el tiempo. Puede permanecer igual incluso durante semanas, ya que es más profunda y está determinada por varios factores, como el estilo de vida o la salud del sistema nervioso.
Cuando una persona es emocionalmente inestable, su estado de ánimo cambia con frecuencia. Este problema puede tener que ver con circunstancias concretas (como el cansancio, la baja autoestima o la falta de objetivos), pero también puede deberse a una causa inexplicable. Sin embargo, si está lidiando con un estado de ánimo negativo, es necesario intervenir.
¿Cómo sé si tengo inestabilidad emocional?
Vale la pena tomarse un tiempo para reflexionar y analizar cómo te sientes durante el día. Es normal despertarse por la mañana lleno de energía y de buen humor y luego, por la noche, tener las "pilas agotadas" y estar irritable. Sin embargo, estamos hablando de otra cosa. Durante el día, ¿a menudo se desanima o sufre desequilibrios emocionales, pero no comprende la razón de estos cambios?
Si no existen razones para tus diferentes estados de ánimo o si te cuesta darte cuenta de tus altibajos, es probable que la inestabilidad emocional se esté arraigando en tu personalidad.
Los síntomas de este síndrome se basan en 6 estados de ánimo diferentes: euforia, tristeza, inestabilidad, poca tolerancia a la frustración, inseguridad y dificultad para separarse y dejar los problemas donde les corresponde (trabajo, familia, amistades, etc.). Un claro ejemplo de este último estado de ánimo es llevarse los problemas laborales a casa o viceversa.
¿Por qué surge la inestabilidad emocional?
Hay muchos factores que determinan este tipo de trastorno. Sin embargo, entre los más comunes podemos destacar los cambios en el metabolismo y el biorritmo, la dificultad para concentrarse y dormir y, por último, el consumo de ciertas sustancias nocivas.
A pesar de esto, en la mayoría de los casos, el estrés y un estilo de vida desequilibrado provocan distintos tipos de inestabilidad, entre los que, por supuesto, también está el emocional. Dentro del organismo no encontramos los niveles adecuados de aquellas hormonas que se encargan de regular nuestras emociones, como la serotonina, que desencadena los problemas emocionales.
Por ello, no es extraño que La inestabilidad emocional es más frecuente en mujeres que en hombres.. ¿Cómo? Porque los cambios hormonales femeninos son mayores que los masculinos.
No se trata de sexismo, ni de catalogar a la mujer como desequilibrada, sino simplemente de entender que lo que sucede dentro del cuerpo afecta la forma en que afrontamos determinadas situaciones. ¡O incluso cómo reaccionamos sin siquiera necesitar un estímulo!
Las consecuencias de la inestabilidad emocional
Pasar del llanto a la risa puede parecer una fortaleza que ayuda a superar los problemas y salir alegremente de cualquier situación. En realidad, sin embargo, la inestabilidad emocional es una carga muy pesada, ya que impide que quienes la padecen encuentren una estabilidad sobre la que planificar.
Dejar una carrera, romper una relación o no aceptar un cambio en el lugar de trabajo son fuente de frustración y tristeza. Reaccionar de forma exagerada ante las palabras o acciones de los demás, así como no saber comportarse ante determinadas situaciones, puede llevar a la ruptura de los lazos con los seres queridos.
Todo esto afecta la autoestima, intensifica los cambios de humor y crea un círculo vicioso del que es difícil salir.. Por esta razón, es necesario prestar atención a los altibajos del estado de ánimo. Quizás estés pasando por un momento difícil y necesites hablar con alguien o, al menos, tener una charla contigo mismo.