La confianza se reconstruye con acciones, no con palabras. El perdón es activo, no pasivo. No son las flores ni los chocolates los que curan la herida.
Última actualización: 20 de febrero de 2022
El vacío, la desesperación, la ira, la frustración, el dolor, la angustia… Es la mezcla de sentimientos encontrados que surgen cuando se descubre la infidelidad de una pareja.
La intensidad del dolor generalmente está relacionada con el tiempo de la convivencia y la duración de la traición. No quiere decir que les duela a los que acaban de empezar a vivir juntos. Para nada, pero la vida se hace añicos cuando resulta que llevas varios años con una persona infiel.
Dedicar tu vida a tu pareja
La traición es el fin de todo lo que se cree para aquellos que han dedicado años a su pareja e hijos. Las mujeres nacidas entre las décadas de 60 y 70 fueron educadas para sacrificarse, posponer sueños y metas personales para cumplir el rol de esposas y madres.
Quienes han dedicado los mejores años de su vida a una relación sienten que la tierra se les derrumba bajo los pies ante la infidelidad de su pareja. El cónyuge que se va abre una herida que ha sido seguida por un proceso de duelo por un período de tiempo no especificado.
Esto dependerá de los recursos sociales, familiares y personales. Será natural querer llamar al ex y pedirle que vuelva y al mismo tiempo discutir; es una reacción totalmente humana.
“¡El mundo se me ha derrumbado encima! Era el marido perfecto".
Infidelidad y confianza traicionada
Cuando se descubre la infidelidad, algunos piensan que será posible permanecer juntos sin tratar de comprender o reconocer el daño causado a la relación.
Finge que todo saldrá bien es un signo de una visión egoísta y miope. La confianza no se recupera simplemente diciendo "lo siento".
¿Puede continuar una relación después de una traición? Es difícil pero no imposible. El primer paso importante es reconocer que la relación se ha resquebrajado.
Qué factores contribuyeron o empujaron para que ocurriera esa traición. Sin embargo, cabe señalar que muchas traiciones no tienen circunstancias atenuantes. La pareja infiel siempre tiene la opción de terminar la relación. Divorciarse en lugar de hacer trampa.
El que traiciona engaña a tres personas: uno mismo, porque es imposible tener relaciones sexuales con otra persona durante semanas, meses o años sin albergar sentimientos, la pareja y el amante.
No somos autómatas. Es imposible separar los sentimientos cuando se comparten momentos privados en numerosas ocasiones y durante mucho tiempo.
Es absurdo esperar que la pareja no exprese sus sentimientos encontrados y haga "borrón y cuenta nueva" sin mencionar la situación. Más bien, debemos abordar por qué sucedió. Sin excusas.
La confianza se reconstruye con acciones, no con palabras. El perdón es activo, no pasivo. No son las flores ni los chocolates los que curan la herida. Ni una semana ni un mes es el tiempo necesario para la curación.
Las etapas de la vida de pareja y la infidelidad
Muchas personas aseguran que siguen enamoradas de su pareja aunque sea mentira. Se esconden y callan su incomodidad por un tiempo, lo que inevitablemente conducirá a una crisis.
A medida que la relación avanza con el tiempo, la pareja experimenta una fluctuación en los sentimientos. El inicio del noviazgo es la etapa de ilusión en la que se idealiza a la persona que se pinta según las propias necesidades.
La convivencia abre las puertas a la rutina, las responsabilidades y los hijos reducen el tiempo dedicado a la complicidad de pareja. Así, la seducción y el misterio decrecen y cada vez más.
La llegada del primer hijo implica compartir los afectos. ¡Ya no hay 2!... La atención y el cuidado hay que compartirlos con el recién llegado. En esta oración, muchos hombres se sienten excluidos porque no participan activamente en los primeros meses de vida del bebé.
Las relaciones íntimas disminuyen y aparece a menudo la frustración. En muchos casos, las personas cometen el error de no expresar sus sentimientos. Se pierden espacios comunes y muchas mujeres se dedican a sus hijos sin involucrar a la pareja en términos de responsabilidad y diversión.
También suele ocurrir que se descuide y se ponga a la pareja en un segundo plano. La llegada de un hijo coincide con la mayor tasa de infidelidad.
Razones que conducen a hacer trampa
Lejos de expresar su descontento, el hombre se refugia en el alcohol o en los amigos. Aparece un celo no manifiesto. La frustración crece con la indiferencia. Mientras que la mujer vive su vida como una prolongación de la de su hijo.
Años después, cuando los hijos llegan a la adolescencia o abandonan la casa, la pareja vuelve a estar sola, como los primeros años. Muchos temen enfrentarse a la soledad con su pareja. ¿Cómo? Porque ahora somos extraños.
La vida cambia, es dinámica y lo que sentimos hoy no será lo mismo mañana. Hemos dejado atrás la fase de idealización del noviazgo. Por otro lado, es inmaduro esperar que continúe.
El amor también madura, y esto nos permite superar las diferentes crisis o los altibajos en la pareja, y luego en la familia. La pasión da paso a la calma, la estabilidad, el amor tranquilo, pero ¿por qué no nos sentimos vivos? ¿Qué hemos hecho para mantener la seducción y la complicidad en la pareja?
Muchas mujeres tienden a guardar silencio sobre su insatisfacción sexual.. Persiste el mito de que las mujeres no deben disfrutar de la sexualidad. Da, pero no pidas. ¿Cómo puede saber la pareja lo que nos gusta si no lo expresamos?
Este es uno de los factores que favorece la infidelidad femenina. Pero como cuando el hombre es el que traiciona, los dos somos responsables. Tanto los que no dan como los que no piden. Si esta es tu situación, busca ayuda profesional.