La inteligencia estética nos permite captar la belleza donde otros no ven nada.
Última actualización: 21 agosto 2020
¿Por qué algo se ve extremadamente hermoso para algunas personas pero parece carente de belleza para otras? Hay muchas ocasiones en que la belleza se ve donde otras no pueden, este fenómeno se llama inteligencia estética, que es captar la belleza donde otros no ven nada.
El concepto de belleza no es nada fácil y son muchos los pensadores y filósofos que han intentado definirlo. ¿Es un modelo estético? ¿Una combinación de color y forma? ¿Un sentimiento? ¿Fruto del placer espiritual? El filósofo y psicoterapeuta italiano Piero Ferrucci, con su teoría de la inteligencia estética, nos ofrece una explicación del concepto de belleza a partir de la fealdad y los efectos que tiene sobre nosotros.
Violencia contra los animales, maltrato infantil, guerras, desastres y daños a la naturaleza. A veces es necesario enfrentarse a la fealdad destructiva para comprender la belleza y sacudirse el significado más superficial, sentimental o ambiguo. Sea lo que sea, la belleza parece poseer un extraordinario poder curativo para el alma.
La inteligencia estética es una forma de entender la belleza
Existe la duda de por qué algunas personas pueden encontrar algo extremadamente hermoso mientras que otras no ven nada de belleza en ello. En muchos casos, algunos ven belleza donde otros no pueden encontrarla. Se llama inteligencia estética, o la capacidad de percibir una belleza no apreciada por los demás.
Según la teoría de la inteligencia estética, hay tres componentes principales que definen el grado de percepción estética: el grado de estética, la profundidad de la experiencia y la capacidad de integrar la belleza. Estas tres variables se dan en diferentes términos y grados en cada uno de nosotros.
El grado de estética.
Aquellos con un grado más amplio de estética pueden capturar la belleza en más situaciones. Por ejemplo, personas que ven la belleza no solo en la música, sino también en la poesía, el cine, los paisajes, la decoración del hogar o el sonido de la lluvia en el techo.
Estas personas son capaces de percibir la belleza en muchas situaciones simples de la vida diaria. Esta forma de entender la belleza no es común a todos, al contrario, un tipo más general de percepción de la misma está más extendido y ligado únicamente a la apariencia física de las personas.
La profundidad de la experiencia.
La experiencia perceptiva de la belleza puede variar de persona a persona. Apenas puede "tocar" a algunas personas, que lo reconocen, pero no se dejan llevar por él. Lo experimentan como algo "externo" que no les afecta significativamente.
Al contrario, las mismas cualidades pueden tener un efecto muy intenso en otras personas. Hay momentos en los que la belleza se apodera de nuestro ser, hasta el punto de oprimirnos o hacernos sentir sentimientos intensos y difíciles de explicar. No podemos explicar cómo nos sentimos, la sensación de placer es muy intensa.
La capacidad de integrar la belleza.
Integrar la belleza percibida explica por qué hay bellezas que "tocan" y bellezas que "cambian". Hablamos de integración cuando la belleza no solo nos toca, sino que altera nuestro pensamiento.
“Puedo dejar que (la belleza) no solo me excite, sino que me cambie de manera duradera: cambia mi forma de pensar, sigue operando en mí, influye en mi forma de relacionarme con los demás, de actuar en el mundo, incluso mi relación. con el planeta en el que vivimos. Veo y experimento las conexiones que tiene una experiencia de belleza con todas las áreas de mi vida".
-Piero Ferrucci-
La experiencia de la belleza enriquece nuestras vidas
El concepto de inteligencia estética destaca un hecho evidente: las personas con un grado estético más estrecho ven un mundo más pobre y estrecho y tienen una personalidad menos flexible. Parece existir una relación entre esta característica y la capacidad de adaptación a nuevos entornos y circunstancias, teniendo en este caso más dificultad para gestionar el cambio.
Por el contrario, las personas con un mayor grado estético desarrollan personalidades más curiosas, más inclinadas a aprender y a acoger nuevas ideas y proyectos, además de tener una gran capacidad para asombrarse y divertirse mientras aprende. Son mucho más flexibles con respecto a las circunstancias, a los demás ya ellos mismos. Tienen mayor capacidad de relacionarse con los demás, mayor autoestima y un espíritu vital más intenso.
Para muchas personas, rodearse de belleza es vital y necesario para la felicidad. Piero Ferrucci, en su libro La belleza y el alma, asegura que la privación de la belleza puede causar depresión, inquietud, agresión y un profundo sentimiento de inutilidad.
“Se puede vivir sin justicia, sin verdad y sin belleza. La pregunta es si todavía valdría la pena vivir".
-Carlos Fernández Liria-