Interacciones negativas en la pareja: ¿cómo frenarlas?

Interacciones negativas en la pareja: ¿cómo frenarlas?

A pesar de esforzarse, a veces parece imposible dejar de discutir con su pareja. Saber cómo funciona la comunicación humana puede ayudarte a poner fin a estas interacciones negativas.

Interacciones negativas en la pareja: ¿cómo frenarlas?

Última actualización: 26 de enero de 2022

Cada relación afectiva presenta lo que en lenguaje informal definimos "altibajos". Además, en la relación de pareja, estas dinámicas son más evidentes, pues generalmente el compañero es la persona con la que más tiempo compartimos y con la que tenemos un vínculo más estrecho. Podemos pensar que nuestra relación es fruto del destino, pero realmente depende por completo de nuestras acciones. Precisamente por eso hoy te explicamos cómo romper las cadenas de interacciones negativas en la pareja.



Habrás visto por ti mismo que a pesar de intentarlo, a veces parece imposible dejar de discutir con tu ser querido. Aunque es nuestro mayor deseo, cualquier gesto o palabra se malinterpreta y estalla el conflicto en un abrir y cerrar de ojos.

Antes de alarmarnos o pensar en terminar la relación, es importante entender cómo se desarrolla la comunicación humana y cómo intervenir. 

Los orígenes de las interacciones negativas en la pareja

Cuando vivimos juntos, la pareja se vuelve partícipe de nuestros mejores momentos, pero también de los peores. Es testigo de nuestro estrés, nuestro cansancio físico y mental, nuestros momentos de ira y nuestro mal humor.

Una relación de pareja debe encontrar su equilibrio; pero al crear un proyecto común tener en cuenta que habrá días en los que la otra persona solo nos podrá dar el 20% y tendremos que dar el 80% restante. En otros casos, ocurrirá lo contrario.


Por eso, ante una respuesta grosera, un comentario o un gesto inapropiado, es importante ser asertivos y comunicarnos de forma clara y respetuosa con la otra persona que nos ha molestado. Sin embargo, a menudo fallamos en hacer esto. Por el contrario, nos ofendemos y actuamos con indiferencia, desprecio o silencio hacia nuestra pareja. O, por el contrario, reaccionamos desmesuradamente, con una respuesta que duele igual.


Si esto sucede de vez en cuando, no importa. El problema surge porque los patrones de comunicación tienden a estabilizarse en general. 

Los patrones de comunicación tienden a estabilizarse

La comunicación entre dos personas consiste en una retroalimentación continua. Cuando nos dirigimos a los demás, no lo hacemos desde un punto de vista neutral, sino sobre la base de lo que hemos recibido de ellos en el pasado. El camino de las interacciones previas con una persona nos predispone a reaccionar hacia ella de manera positiva o negativa. Y lo mismo ocurre con la pareja.

Algunas parejas rara vez discuten, mientras que otras están perpetuamente en conflicto. Esto sucede porque ciertos modelos de comunicación se han establecido y arraigado. 

El compañero dice o hace algo que te molesta y tú reaccionas con un reproche, una ofensa o con frialdad, para herirlo. El otro, por su parte, siente el golpe y responde a su vez de manera inapropiada. Al final, ninguno de los dos admite que se equivocó y ambos están convencidos de que tienen razón.

Recordamos claramente todos los comentarios y gestos del otro que nos lastimaron, pero no tomamos en cuenta nuestra contribución en mantener una dinámica de interacciones negativas en la pareja


Cómo romper el círculo vicioso de las interacciones negativas en la pareja

Estas dinámicas no son fáciles de resolver porque estamos convencidos de que la culpa es de la pareja, por lo que es él/ella quien debe dar el primer paso. Si nos dimos cuenta de que ambos somos culpables, podríamos llegar a una conclusión simple: podemos frenar esta inercia y ayudar a crear un impulso positivo.


Deberíamos simplemente deja de reaccionar según las reacciones de tu pareja y decidir de forma independiente con qué gesto, palabra o interacción nos gustaría nutrir nuestra forma de comunicarnos. Damos el primer paso y cambiamos de rumbo.


Las interacciones negativas en la pareja tienden a repetirse, pero lo mismo ocurre con las positivas. Por lo tanto, al cambiar el enfoque, la comunicación también cambiará. En este punto ya no se trata de averiguar quién tiene la culpa o quién lo inició, sino quién ha terminado la discusión. Y esa persona podríamos ser nosotros si queremos.


Con el tiempo aprenderemos a reconocer estos patrones desde el principio; podremos distinguir claramente las interacciones negativas y cómo se desarrollan, por lo que podremos bloquearlas a tiempo. En este sentido, reflexiona sobre la implicación de tu pareja, pero también sobre la tuya.

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