Última actualización: 10 septiembre, 2022
La amistad protege nuestra salud psicológica y física. Está comprobado que el aislamiento tiene un gran impacto en la mortalidad; de hecho, hay estudios que afirman que la falta de apoyo psicológico puede tener efectos nocivos para nuestra salud al igual que el tabaquismo, la hipertensión, los niveles elevados de colesterol malo, la obesidad o la falta de actividad física.
En este sentido, podemos decir que los lazos estrechos que creamos con los demás duplican nuestro bienestar y reducen a la mitad nuestro dolor. Crear relaciones emocionales íntimas nos fortalece, no hay duda.
No es fácil lograr una intimidad psicológica satisfactoria con las personas que nos rodean, porque muchas veces las decepciones nos hacen preferir la soledad. Sin embargo, mientras esta soledad no se convierta en aislamiento, nuestra salud no se ve comprometida.
Amistad: la formación de vínculos afectivos
Estar rodeados de personas que nos aman nos hace fuertes psicológicamente y previene dificultades emocionales derivadas de diversas cuestiones como un divorcio, un obstáculo económico o una enfermedad.
Tener amigos, por tanto, nos ayuda a repartir el estrés. Es maravilloso tener un confidente, alguien que nos pueda ofrecer ayuda, consejo o un hombro para llorar. La mera presencia de seres queridos en nuestras vidas reduce el impacto de los contratiempos vitales que enfrentamos.
La calidad y frecuencia de nuestras amistades parecen ser la clave para reducir el malestar y la tristeza que, en ocasiones, nos embarga. Las palabras de Robin en "Robin Hood - A Man in Tights" parecen ilustrar precisamente eso.:
«Habla libremente y revélanos tus dolores. El fluir de las palabras calma el corazón de los que sufren; es como abrir las mamparas cuando la presa amenaza con desbordarse».
El psicólogo e investigador James Pennebaker señaló que hablar de los problemas que más nos preocupan tiene un efecto beneficioso a nivel físico y psicológico. Hablar con nuestros amigos, por tanto, nos da una salud de hierro.
Fortalecer nuestras habilidades emocionales
Cuando hablamos de habilidades emocionales, nos referimos a nuestra capacidad para reconocer, canalizar y controlar los sentimientos personales, la empatía y las emociones que surgen en las relaciones sociales.
No es de extrañar, entonces, que cuando tenemos buenos amigos alrededor, podamos fortalecer nuestras habilidades emocionales. Esto, a su vez, nos permite estar más predispuestos a que otros se acerquen a nosotros (y viceversa), por lo que tendremos más opciones para crear relaciones significativas.