Última actualización: 02 agosto 2016
No quiero olvidar todas las veces que tratamos de calcular juntos a qué distancia estaba el horizonte, ni los momentos en que todo lo daba por perdido y tú evitabas perder lo que me hubiera quedado, si no fuera por ti, al capricho de la gravedad y al deseo del viento...
No quiero olvidar los momentos que pasábamos jugando a pesar de que nos conocimos de adultos y con las manías suficientes para conquistarnos todos los días, para siempre. Pienso en cómo me gustaba bromear contigo cuando perdías, cómo cerraba la boca para que no lo hicieras conmigo diciendo tonterías.. También pienso en cómo te llené de besos para no dejarte respirar para olvidarlo.
Te confieso que hay veces que no te soporto por la distancia. Pero son momentos que no cancelaría porque entiendo que aún en ese dulce fastidio de no poder tenerte, vive la parte enamorada de mí, en gran parte, debo reconocerlo.
Las mariposas que se convierten en cosquillas
Los poetas que hablan de mariposas saben muy poco de nosotros. Creo que son bastante cosquillosas, como las que te provoco cuando no encuentro otra forma de calmarte (y entre nosotros, cuando me apetece). Y me dejas y sonrío porque en esos momentos me siento la dueña del tiempo. De tu tiempo, porque te quedas tranquilo, excepto tus labios que se estiran perezosos y se levantan en una sonrisa.
Y sí, hemos superado dificultades, tanto que hubo momentos en que, ni siendo glotones, nos hubiéramos podido comer el mundo. Sin embargo, lo estamos haciendo... Digo "estamos" porque esta es la mejor parte, no lo que ha sido o será, porque, te digo un secreto, la distancia al horizonte es infinita...
Por eso me gustan los matemáticos, porque inventan algo y creen en ello.. Como nosotros, que inventamos algo y creímos en ello. Vale, tal vez me dirás que no somos tan elegantes, pero coincidirás conmigo en que somos más valientes, porque entre nosotros no hay asíntotas que no se toquen.
No quiero olvidar ni un segundo de nuestra historia
No quiero olvidar ni un segundo de nuestra historia porque, gracias a la memoria, te llevo conmigo ahora que la distancia nos separa. Claro, las canciones perdidas, las imágenes y las frases escritas en la penumbra de un bar al amanecer ayudan, pero sin mi memoria no sería capaz de mantener todo junto y crear una entrada de diccionario para la palabra "magia".
Ni siquiera sería capaz de encontrarle sentido a tantas otras palabras que has invadido a fuerza de paciencia. Como Bécquer no hubiera sabido qué dar por un beso, y era un romántico, no tengo ni idea de lo que daría por los recuerdos que hemos dejado atrás y por los que quedan, no lo olvidéis, hasta que seamos viejos..
Pronto entrarás por la puerta, la misma por la que pasas todos los días con una dosis de energía que haría saltar a cualquier cuerpo y dejaré de hurgar en el baúl de la memoria para invitarte a crear juntos nuevos recuerdos. Con la idea "por si nos arriesgamos a olvidarlo" en mente, vivo cada momento contigo, aunque signifique extrañarte.
Llegará un momento en que sentirás que iré más lento, pero recuerda cómo se escribía en la Edad Media. Con esas plumas de ganso que se mojaban en tinta, poniendo a prueba la destreza de quienes las usaban. Espera, dame un segundo para hacer una pausa en esta imagen, porque me encanta el hecho de que en las películas antiguas usan papel de papiro que estaba empapado en tinta.
Sigo, pero no seré como esos directores, pondré en el guión lo bueno y lo malo, la lástima y la inocencia, la alegría y la tristeza porque hay de todo hasta el horizonte. ¿Porque? Porque el camino es muy largo y quiero recorrerlo contigo...
