Escrito y verificado por el psicólogo. ObtenerCrecimientoPersonal.
Última actualización: 15 2021 noviembre
A menudo se dice que lo importante en una familia no es vivir juntos, sino estar unidos. Sin embargo, esto no siempre es posible. Somos un caleidoscopio muy complejo con diferentes intereses y sentimientos que no solemos armonizar tanto como nos gustaría.
A veces también hay quienes piensan que por el mero hecho de compartir un vínculo genético, existe la obligación moral de estar unidos con quienes en algún momento nos han hecho daño, nos han abandonado o con quienes, simplemente, “no encajamos”. ”.
Todos tenemos muy claro que la familia simboliza ese pilar casi infalible que nos brinda arraigo, seguridad y ese amor incondicional que protege, que sabe calentar y que acompaña cada paso en el curso de nuestra vida.
Cada uno de nosotros tenemos nuestra propia realidad y experiencias. para muchos la palabra "familia" puede ser, en cierto modo, una etiqueta vacía con los que no fue posible crear vínculos significativos.
Por eso, siempre es catártico concebir el término familia de manera más amplia. Si no ha tenido el apoyo de lo que solía ser su familia en el pasado, tienes todo el derecho a crear uno nuevo en el que incluir a todas las personas que te ofrecen amor, el cariño y la reciprocidad que todo el mundo necesita.
Hoy hablamos de esto.
La familia como compromiso vital
Nadie viene a este mundo sabiendo cómo formar una familia.. En realidad no se requieren conocimientos teóricos, sino voluntad, cariño, inteligencia emocional y un compromiso vital con nuestros seres queridos.
Ser familia no es un concepto rígido e inmanente. Las familias son entidades en constante evolución y transformación; por eso, en ocasiones, también supone una amenaza para muchos de sus miembros que no aceptan tales “cambios”.
- Por ejemplo, las madres que no aceptan que sus hijos maduren y adquieran habilidades que los hagan cada vez más independientes.
- Padres a los que no les gusta que sus hijos tengan sus propias ideas y voces., y desean recorrer un camino diferente al que les está destinado.
- Familias que no aceptan la llegada de nuevos miembros, como la pareja de los hijos, o que sus descendientes se vayan del hogar.
Pocos organismos son tan dinámicos y cambiantes, e en pocos escenarios hay tantos problemas, traumas y decepciones como en las familias.
Son el primer escenario social en el que desarrollar dimensiones básicas, como el apego infantil, que nos permiten sentirnos seguros y reconocidos para empezar a explorar el mundo. siempre en la familia se desarrolla la intimidad y la reciprocidad, cuya inexistencia provocaría graves desajustes afectivos.
Si esto no se nos da o si se nos ofrece lo contrario, tenemos derecho a construir nuestra propia familia. con los que elegimos.
La familia que elegimos
La familia también son las personas que elegimos. En ella podemos incluir a nuestra madre, pero no a nuestro padre, por ejemplo, a nuestros hermanos y a ese primo lejano al que no vemos, pero al que apreciamos. Podemos considerar amigos, nuestras mascotas y todos los seres que nos traen emociones positivas y una relación significativa como familia.
, La verdadera familia es aquella que te respeta tal como eres. Con tu genialidad, con tu voz, con tus elecciones personales y tu forma de ver el mundo.
, Tu verdadera familia es la que da sin pedir nada a cambio, porque la reciprocidad no es un juego de poderes, sino un equilibrio en el que hay gratitud, lealtad y saber hacer.
- Nuestra familia no tiene que estar con nosotros en todo momento, pero siempre la llevamos en el corazón, porque la cuidamos, porque confiamos, porque nos une la cercanía y la distancia. Porque estamos ahí en los momentos negativos y disfrutamos de nuestra complicidad en los momentos positivos. Elegimos nuestra familia.
Imagen cortesía de Holly Sierra