Las emociones también son alimento y afectan al estómago

Las emociones también son alimento y afectan al estómago

Las emociones también son alimento y afectan al estómago

Última actualización: 22 de diciembre de 2016

Las emociones, tanto agradables como feas, funcionan como un alimento que el cuerpo debe digerir. No es de extrañar, entonces, que en base a la emoción que sentimos, el estómago reacciona como si fuera un alimento delicioso o no.

Sentir un nudo en el estómago si tenemos miedo o las famosas mariposas cuando estamos enamorados son solo algunos ejemplos de esta conexión entre la mente y el sistema digestivo. Pero, ¿es posible controlarlo o minimizar sus efectos negativos?



¿Por qué las emociones y el sistema digestivo están conectados?

El Dr. Mario Alonso Puig, médico especialista en cirugía general y aparato digestivo, explica que el impacto inmediato de las emociones en el estómago depende del hecho de que uno de los mapas emocionales más importantes del cerebro, la ínsula de Reil, recoge información del tubo digestivo.

Además, la parte del sistema nervioso que se ocupa del sistema gastrointestinal y que recubre el estómago contiene neurotransmisores como el cerebro. Asombrosamente, la estructura formada por una red de cien millones de neuronas permite que este sistema recuerde y aprenda de forma independiente al cerebro, por lo que también se le conoce como el "segundo cerebro".

Tenemos tres "cerebros"

No tenemos uno o dos, incluso tres cerebros han sido identificados en nuestro cuerpo. Aparte del ya conocido, el segundo y el tercero se localizan en el aparato digestivo y en el corazón respectivamente. De hecho, el 90% de la serotonina, la hormona reguladora del estado de ánimo, se produce en el sistema digestivo.

Estos tres cerebros están conectados y trabajan juntos. El Dr. Puig asegura que, cuando uno se independiza, los efectos nocivos se manifiestan a nivel físico.



En el caso del aparato digestivo, la persona sufre dolencias como colon irritable, espasmos, problemas digestivos... Desgraciadamente, desde el punto de vista médico, es difícil dar una ayuda concreta. Sin embargo, para el aspecto emocional hay algunas soluciones:

Eliminar la ansiedad

Si la persona reduce la ansiedad o ve la vida con más esperanza, con frecuencia y de forma natural, el sistema digestivo se resincroniza con el cerebro de la cavidad craneal.

¡Sonríe, aunque sea una sonrisa falsa!

Algo tan simple, o no tan simple en algunas situaciones, como una sonrisa tiene la capacidad de alterar el circuito de angustia porque envía un mensaje al cerebro diciendo que todo está bien.

La sonrisa “auténtica” descubierta por Duchenne en 1862, es decir la sonrisa involuntaria o espontánea tendría el mismo efecto en el cerebro que la sonrisa falsa. Como si recibieras buenas noticias.

Basta de emociones tóxicas

Entre el 60 y el 90% de las solicitudes a los centros médicos están ligadas a las llamadas "emociones tóxicas" (ira, ansiedad, tristeza, enfado, vergüenza, envidia, culpa, hostilidad, asco...) y a la liberación de cortisol, la hormona del miedo.


Buscar el lado positivo de la vida implica un cambio físico. La formación de un nuevo tejido cerebral que nos permita reinventarnos y, por tanto, poder centrarnos en los aspectos positivos de forma continua.

Solo come las emociones, escríbelas

El precio de comer continuamente emociones negativas puede ser el desarrollo de una enfermedad. Razón más que válida para ponerse a "dieta" con respecto a la negatividad.

Una técnica recomendada por el Dr. Puig es la escribir emociones; de hecho, al plasmarlas en el papel, pasan por la zona anterior o prefrontal izquierda, base de las emociones positivas.


Si la emoción en cuestión es la ira, corre

En caso de enfado, Mario Alonso Puig recomienda caminar rápido, por lo que la oxitocina y la beta-endorfina generadas por la actividad física se desconectan de la amígdala y el hipotálamo, la base de las reacciones de ira.

Antes de comer una desilusión, merendar con angustia o cenar con ira, recuerda que tomar un bolígrafo y escribir los sentimientos negativos es una alternativa más saludable.

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